Los referentes de Santander, Mastellone Hnos, Nestlé y Corteva Agriscience dieron cuenta del trabajo para lograr empresas más responsables ambientalmente.

El segundo panel de Empresas Sustentables estuvo integrado por Ignacio Lorenzo, Head de Global Debt Financing y líder del proyecto ESG de Santander Argentina; Verónica Rosales, directora de Comunicaciones, Asuntos Públicos y líder de sustentabilidad en Nestlé; Julián Sudera, director de Marketing para la Región Cono Sur de Corteva Agriscience; y Natalia Bernasconi, jefa de Sustentabilidad en Mastellone Hnos.

Corteva comenzó su camino en la producción agrícola hace cuatro años y que tiene dentro de su ADN a la sustentabilidad. “Hoy el agro tiene la potencialidad de poner a todo el sistema agrícola a capturar carbono y bajar la cantidad de carbono ambiental”, aseguró Sudera. “Es necesario trabajar en conjunto con los financistas, los productores de alimentos y los integrantes de esta gran cadena”, agregó y afirmó que “la sustentabilidad corta toda la cadena de igual manera por un cambio generacional dentro del campo”.

El aporte del sector financiero también pone de manifiesto que la agenda pone a todos en el mismo nivel y bajo el mismo objetivo de la sustentabilidad. Así lo expresó Lorenzo, quién destacó que “para Santander el mercado de capitales es un negocio bastante estratégico”, y destacó el papel que tiene el inversor a nivel mundial porque “exige de los colocadores que tengan un incentivo ESG”, algo que marca el rumbo del mercado.

“El año pasado se hicieron 100 operaciones en el mercado local y sólo 12 fueron catalogadas como ESG. Es un mercado que vino para quedarse, pero aún esta dando los primeros pasos”, reconoció.

Para Mastellone Hnos la innovación en dirección a una mayor sustentabilidad es una piedra fundamental para obtener un crecimiento direccionado. Por esto, sus esfuerzos se orientan hacia el principio del producto y no su etapa final. “Buscamos que el foco esté puesto en el bienestar animal, uso eficiente de los recursos, reutilización de agua y tener una especial preocupación por la salud de las personas”, dijo. A esto hay que agregarle la preocupación por el envase de sus productos, algo que trabajan en conjunto con los diferentes empaquetadores. “Pensamos en qué materiales componen al envase y cómo eso va a impactar en la huella de carbón”.

Nestlé trabajó con los productores lecheros en la primera leche orgánica del país. Un trabajo que llevó un proceso de tres años y que integró a 17 tambos. “Hoy tenemos las primeras leches orgánicas, un mercado que es tendencia en el mundo”, afirmó Rosales.

El camino hacia una reducción de huella ambiental es dónde convergen estas empresas de diversos ecosistemas. La clave para una sustentabilidad plena es fijar metas claras en esta dirección.

Por esto, Santander busca “llegar a 2050 con emisiones netas cero, de parte del banco y de todos sus clientes. El primero de esos pasos es que el consumo interno provenga de energías renovables hacia el 2025”.

Nestlé también apunta hacia ese objetivo, algo que quieren lograr con envases 100% renovables o reutilizables. “Tenemos proyectos que implican disminuir el uso de embalajes, reducción de plásticos vírgenes y desarrollar sistemas alternativos de embalaje.”

Corteva fomenta la participación de las pymes y la seguridad alimentaria. “Tenemos que pensar cómo innovar en la creación de cultivos que permitan abastecer y cómo distribuir todo esto”, dijo Sudera.

El futuro en Mastellone Hnos. está volcado hacia la estrategia de cambio climático. “Nuestros ciclos de planificación y gestión están orientados a este proyecto. El 96% de nuestros envases es reciclable, es decir, que queda trabajar en el resto de nuestros productos o envases que aún pueden mejorar”, enumeró Bernasconi.

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