El evento consiste en el lanzamiento de un queso rodante colina abajo que los participantes deben atrapar. Debido a la inclinación de la colina es prácticamente imposible mantenerse de pie toda la bajada. El primero que coja el queso o atraviese la línea de meta será el ganador, el premio: el queso.
Esta tradición se celebra desde el año 1836. Desde entonces, y sobre todo debido a la pendiente, las caídas y lesiones son tan frecuentes como espectaculares. En el 2009 se canceló por la masificación turística, pero el evento se siguió celebrando.
Es así que el queso, marca Gloucester se convierte en el principal protagonista del evento. El constituye toda una cultura ancestral del condado Gloucestershire en Inglaterra, que data del siglo XVI. Su peso aproximado es de 4 kilos, no pasteurizado, y semiduro, que se elaboraba sólo con leche de vacas de Gloucester, raza de ganado casi extinta.
Este queso tiene una corteza natural y textura dura, pero varía según sus dos tipos; el “Gloucester simple” que se desmigaja con facilidad, más ligera y menos graso y el “Gloucester doble” el usado en la competencia que se deja envejecer de cuatro a nueve meses y tiene un sabor más fuerte, siendo algo más firme. Ambas clases de Gloucester se producen en forma redondeada, siendo el doble más grande.