Iván Castro es productor lechero en La Carlota. Trabaja un tambo familiar que hasta noviembre le entregó la leche a la cooperativa, que –asegura– le debe tres meses de facturación.
SANCOR
MIRADA. Integrante de un tambo familiar ligado a Sancor durante décadas, iván Castro, es pesimista sobre el futuro de la empresa. (Gentileza)

La crisis que atraviesa desde hace casi 10 años la empresa láctea Sancor tiene en los productores de leche asociados a la cooperativa a su primera línea de perjudicados.

En especial, aquellos con los cuales la industria tenía una deuda, que ahora pasa a ser parte del concurso preventivo de acreedores abierto por la Justicia santafesina.

Este es el caso de Iván Castro, productor lechero de La Carlota, cuya familia ha estado vinculada al tambo por más de 30 años. Su padre, Carlos Castro, un médico veterinario y fanático de Sancor, inculcó en sus hijos un profundo sentido de pertenencia hacia la empresa.

La conexión de la familia Castro con Sancor va más allá de lo comercial. Carlos fue integrante del consejo de administración entre 2016 y 2019, lo que le permitió conocer a fondo el funcionamiento de la empresa. Por su rol dentro del órgano de conducción de la cooperativa, participaba activamente en las reuniones y en la discusión con los consejeros.

Por ese entonces, la crisis económica de la cooperativa comenzaba a tomar cuerpo. Incluso, en 2017, Carlos habló públicamente, en una entrevista FM 101.1 de La Carlota, sobre la necesidad de reducir personal y vender fábricas si no lograba refinanciar sus deudas.

A pesar de percibir de cerca las dificultades de la empresa, la familia continuó entregando leche a Sancor, demostrando su sentido de pertenencia. Carlos dejó de pertenecer al consejo en 2019, y en 2022 decide alquilarles el tambo a sus hijos, con una condición: que la leche se siguiera entregando a Sancor.

Luego de su fallecimiento, los hijos de Carlos continuaron entregando la materia prima hasta noviembre de 2024.

Para ese momento, Sancor ya les adeudaba tres meses de producción, que pasaron a ser parte del concurso.

En una reciente reunión con directivos de la cooperativa realizada en Sunchales, y de la que participó de manera virtual, Iván Castro se mostró indignado por la “improvisación”, con lo que –a su juicio– se está llevando a la empresa a la quiebra, de manera inevitable.

En esa reunión, las autoridades de la empresa presentaron un balance al 30 de septiembre con un activo valuado en $ 80 mil millones y un pasivo de $ 251 mil millones, con una deuda de $ 24 mil millones a acreedores comerciales, donde se incluyen los productores de leche: alrededor de $ 10 mil millones.

La mayor parte del pasivo corresponde a deudas con bancos, por un total de $ 162 mil millones.

Además, la empresa tiene deudas laborales por $ 33 mil millones y deudas fiscales por $ 22 mil millones.

El productor aclara que los números presentados corresponden al balance al 30 de septiembre, por lo que considera que la situación al 3 de febrero es aún peor.

Castro sostiene que el concurso preventivo solicitado por Sancor es una “quiebra encubierta”. Considera que la empresa no vale ni siquiera el monto de su pasivo y que el objetivo del concurso es ganar tiempo para buscar un inversionista o vender activos. Sin embargo, duda de que alguien se haga cargo de la deuda. Afirma que es muy probable que los productores no cobren sus deudas, ya que el valor de la empresa no alcanza para cubrir el pasivo.

Castro critica la falta de transparencia de los directivos de Sancor, quienes –según él– conocen la situación crítica de la empresa, pero no se la comunican a los productores.

Considera que la empresa es inviable y que la actitud de los directivos es una falta de respeto hacia los productores y los empleados. Además, se queja del actual comportamiento que tiene la empresa, que intenta seducir a los productores con pagos al contado, mientras les deben grandes sumas de dinero.

Castro enfatiza que la producción de Sancor hasta la semana pasada rondaba los 70 mil litros de leche diarios, lo que demuestra la gravedad de la situación y las complicaciones la empresa por conseguir volumen de producción.

“Es necesario que los productores asociados y los trabajadores sepan cuál es la situación real de la empresa y dejen de ser engañados por funcionarios que saben perfectamente cuál es la situación de la empresa y qué futuro próximo le espera; pero prefieren quedarse callados y no comunicarlo para seguir ganando tiempo, incluso sabiendo que va en perjuicio de sus asociados”, destaca el productor en diálogo con La Voz.

Sin un inversor a la vista, la situación de la empresa no tendría retorno.

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