José Luis Volando, productor del sector, señala que actualmente reciben solo 440 pesos por litro de leche, apenas el 30% del precio que paga el consumidor final. A esto se suma la caída en el consumo de lácteos, afectada por la crisis económica y la estacionalidad del verano.
La falta de rentabilidad ha provocado la desaparición de alrededor de 1.000 tambos en el último año, lo que representa una reducción del 10% en el número de productores activos.
La pérdida de tambos no solo impacta en la producción de leche, sino también en las economías locales. Los tambos son fuentes de empleo y su desaparición agrava el éxodo rural y debilita el tejido económico y social de estas comunidades. Frente a este panorama, los productores reclaman medidas urgentes que garanticen precios justos y políticas que impulsan la sostenibilidad del sector.