Así encabeza su resúmen ejecutivo un informe del Ieral -Fundación Mediterránea- firmado por Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre, que analiza la escasez de materia prima, lo que “reacomoda precios en la cadena láctea”.
“El precio pagado a productor (SIGLEA) ha dibujado una gran curva ascendente en el último año; de $ 6,75 que se pagaban en junio de 2018 se ha pasado a $ 15,15 en junio de 2019, una suba del 125% en términos nominales y del 46% en términos reales (poder de compra de una canasta básica de bienes y servicios)”.
Añade que “en una interpretación que no deja de ser subjetiva, podría argumentarse que la mayor demanda externa (empuje de las exportaciones) seguramente contribuyó al fenómeno de ajuste de los precios, particularmente en un comienzo (en el segundo semestre de 2018), pero más recientemente el factor dominante sería la importante caída que se observa en la producción de leche cruda (primer semestre 2019)”.
Tras repasar la debilidad del mercado interno y la baja de exportaciones, el informe señala que “hasta tanto no se observe una suba relevante del precio internacional de la leche en polvo y/o del dólar en el mercado interno, las exportaciones de este producto difícilmente puedan recuperarse, dado el (elevado) nivel actual que muestra el precio interno de la leche cruda (medido en moneda dura).
Más adelante advierte el análisis que “sólo la recuperación del mercado interno, probable en los próximos meses, podría darle algo más de oxígeno a la suba”. Pero advierte en ese sentido que la incertidumbre -elecciones mediante- sugiere que “la recuperación del consumo probablemente será lenta y no muy vigorosa” por lo que no se prevén más actualizaciones en los precios.
Menos producción
“El 2019 continúa la tendencia declinante que se observara en los meses finales del año pasado. En efecto, la producción a salida de tambo se contrajo un 5,8% interanual durante el primer semestre de este año, retrocediendo 8,3% en el primer trimestre y 3,2% en el segundo”.
Consumo débil
En cuanto a los precios de los productos lácteos, desde abril / mayo del año pasado la cadena enfrentó una demanda interna débil, “con la capacidad de consumo de las familias deteriorada por la aceleración de la inflación; para adaptarse a este contexto adverso, los precios de los lácteos se mantuvieron durante varios meses por detrás de la inflación, es decir, abaratándose”.
Encarecimiento
“La novedad de este año -advierte el informe del Ieral- es el cambio de tendencia: los lácteos pasaron a encarecerse en términos relativos. Una combinación de demanda aún floja por la crisis y encarecimiento de lácteos en góndola sólo puede explicarse por un problema de escasez de productos (por un retroceso importante de la oferta disponible)”.
11 % interanual cayó en el primer trimestre el consumo interno de lácteos según la DNL. Y retrocedió entre 8 y 9 % en el segundo trimestre.
A mediados de este año los valores de los lácteos en góndola se ubicaron 24% arriba en términos reales respecto del mismo período de 2018, pero además en niveles que no se veían desde hace al menos 8 años atrás.
Diferencia
Para el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), la caída del consumo sería menor de la que sugeriría el indicador de ventas de la DNL. Según las estimaciones de OCLA, el consumo interno habría ajustado un 3,3% interanual en primeros 5 meses del año, con una mayor caída de la producción (-6,3%), pero atenuada en sus efectos sobre el mercado interno por una reducción de exportaciones (-4,7%) y, sobretodo, de las existencias de productos terminados (-30,0% interanual).
Baja existencia y menor exportación
“Además de la menor disponibilidad de leche cruda para transformar en productos, otro factor que contribuye a explicar la fuerte suba del precio de los lácteos tiene que ver con las existencias; la industria arrancó 2019 con las menores existencias de productos lácteos de los últimos 5 años, equivalentes a 709 millones de litros (apenas 0,9 veces la producción mensual promedio del primer bimestre), es decir, con pocas reservas para aplicar al mercado y compensar una menor producción”.
El informe advierte que “por otra parte, la dinámica exportadora, que fuese tan intensa el año pasado, se resintió en forma notable este año. Las exportaciones han absorbido en promedio 128 millones de litros de leche equivalente por mes en los primeros 5 meses de 2019, un flujo que es 9% menor respecto al del mismo período de 2018. El problema mayor está en las leches en polvo, en el período se despacharon 8.096 toneladas/mes, 30% menos que el año pasado.
Un sector de alta sensibilidad social
Para quienes se preguntan sobre lo que pasa con un consumo sensible como los lácteos, los autores del informe advierten que “en un año los tambos pueden perder el 40% del valor de su producto (en poder de compra), como sucediera en 2015, y en otro recuperar un 45%, como ha sucedido en los últimos 12 meses. A este riesgo de mercado se suma el riesgo productivo (clima, manejo). La volatilidad del precio de la leche cruda también rige para industrias, particularmente del segmento PyME.
“Es muy importante suavizar estos vaivenes de precios”, dicen los autores, aunque señalan que ello depende de “mayor estabilidad macroeconómica y cambiaria, condiciones financieras de países ‘normales’ (tasas, plazos), mayor integración con el mundo y diversificación de mercados, apoyo público permanente a los exportadores y mayor predisposición por parte de las empresas a invertir en activos ‘estabilizadores’ (caso de instalaciones para atenuar efecto del clima sobre la producción o de equipamiento e intangibles para ‘descomoditizar’ productos lácteos), entre otras”.