Con demasiada frecuencia, los ganaderos se endeudan tras invertir en los últimos artilugios y aparatos, cegados por las promesas de aumento de la rentabilidad y los cortos plazos de amortización. Mantener el negocio del ordeño de vacas relativamente sencillo e invertir en personal en lugar de en demasiada maquinaria es el espíritu de la granja Maria Teresa Sur Tambo 1 en Argentina.

La explotación está a 20 km de la ciudad más cercana, Treinta de Agosto, con una población de 8.000 habitantes. Esta es una de las numerosas explotaciones lecheras que posee Luis Peluffo en la región. Matias Ohlsson ha gestionado esta granja de 600 hectáreas con su esposa Patricia durante los últimos 8 años. Matías se ocupa de todos los aspectos de la alimentación de las vacas, la salud del rebaño y la temporada de partos, mientras que Patricia gestiona toda la información del rebaño por ordenador.

“En esta granja, seguimos el sistema neozelandés, produciendo leche mediante el pastoreo de las vacas en los prados al aire libre. En invierno, cuando el crecimiento de la hierba disminuye, también alimentamos a las vacas con heno, ensilado de maíz y grano.

“Todas las vacas paren en otoño, por lo que la carga de trabajo es muy intensa durante esta época. En la granja sólo se crían las novillas y entre 20 y 30 toros de reposición, lo que supone una gran carga de trabajo, ya que se crían entre 400 y 450 animales cada temporada.

Es más importante invertir en los trabajadores concediéndoles el mayor número posible de días libres y ofreciéndoles buenos salarios.

“A finales de abril, empezamos a inseminar el rebaño y eso dura 45 días, tras los cuales empezamos la monta natural con toros durante otro mes y medio. Durante los tres primeros meses del año separamos el rebaño en dos, según la fecha de parto, y después por su nivel de producción para poder alimentarlos en consecuencia”, añade.

  • Granja: Granja María Teresa Sur Tambo 1 en Argentina. La granja está situada en la provincia de Buenos Aires y es una de las muchas que posee Luis Peluffo.
  • Personal: Matias Ohlsson dirige esta explotación de 600 hectáreas con su esposa Patricia (en la foto) desde hace 8 años.
  • Producción: Ordeña una media de 800 vacas Jersey, cruce de Kiwi y Holstein Friesian dos veces al día. Las vacas producen una media de 16,5 litros al día con un 4,11% de proteínas y un 4,9% de grasa butírica.

Invertir en personal

La inversión en buen personal, más que en equipamiento, es la clave de esta explotación, que emplea a 9 trabajadores a tiempo completo y a otros 2 a tiempo parcial para ayudar durante la temporada de partos. Un veterinario visita la granja 3 veces por semana para controlar a los animales.

Nos gusta automatizar los trabajos sencillos, como el uso de la puerta trasera y el lavado de los corrales.

Matías dice: “Utilizamos una sala de ordeño en espina de pescado de 39 unidades dirigida por 3 empleados para ordeñar las vacas. Las vacas son animadas a entrar en la sala mediante una sencilla puerta de acceso automática que fabricamos hace unos años”. La empresa apuesta por la virtud de la sencillez utilizando menos tractores y sin carro mezclador. Es más importante invertir en los trabajadores permitiéndoles el mayor número de días libres posible y ofreciéndoles buenos salarios. Nos gusta automatizar los trabajos sencillos, como el uso del portón trasero y la limpieza de los patios para lavarlos.

“La empresa tiene otras 3 explotaciones lecheras y espera un crecimiento anual del 15%. Dispone de 400 novillas adicionales al año para venderlas o utilizarlas para abrir una nueva explotación lechera, pero como ya lo hicimos hace unos años, nos centraremos en la venta de novillas enteras durante unos años. Empezar una nueva granja lechera significa que tenemos que encontrar más tierras para alquilar, ya que no tenemos interés en comprarlas. La empresa vende hoy leche A2A2 y está explorando el negocio de la leche orgánica para entrar en un futuro próximo”, dice.

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El director de la granja, Matias Ohlsson, con su esposa Patricia y sus hijos, incluidos los nuevos bebés gemelos.

Desafíos en Argentina

La producción de leche en Argentina no está exenta de desafíos. Mantener una buena salud del rebaño es difícil, ya que la tuberculosis es un gran problema que aumenta las tasas de sacrificio. Además, las bacterias resistentes a los antibióticos son un problema en esta granja, ya que E. coli, Salmonella y Cryptosporidium han reducido la tasa de supervivencia de los terneros en los últimos tres años.

“Otro de los principales retos es adquirir y mantener buenos trabajadores”, afirma Matías. “El desempleo y otros subsidios gubernamentales han dificultado que las empresas privadas del país dispongan de mano de obra estable y en crecimiento. En nuestra zona, hay escasez de trabajadores cualificados y capaces, porque muchos lo consideran un trabajo temporal, y la mayor parte del tiempo y el esfuerzo para formar a un nuevo empleado se pierde cuando se va.

Esta es la razón por la que hay un gran número de empleados de otras provincias y países como Paraguay y Venezuela. Estoy aprendiendo que uno de los aspectos más importantes en la ganadería lechera es la capacidad de crear equipos y proporcionar un entorno de trabajo que atraiga a los mejores para el trabajo.

Busco comprometer a nuestros trabajadores y hacer una declaración reforzando que si la empresa va bien, el personal también lo hará. Más días libres, posibilidades de préstamos u horarios de trabajo cómodos y respetuosos con el ser humano son algunas de las ventajas de trabajar aquí. Al contar con un buen equipo de ayudantes para hacer el trabajo todo es más fácil.

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Personal de la granja Maria Teresa Sur Tambo 1 en Argentina.

“La pandemia de Covid-19 ha sido un gran inconveniente en la granja. Ha habido escasez de materiales, ya que la distribución estaba cerrada y hacía muy difícil conseguir suministros. Esto ha afectado a la reparación de los equipos, al mantenimiento de las máquinas y ha ralentizado los trabajos de construcción. Tenemos que ser muy cuidadosos porque si uno de los ayudantes enferma o está en contacto cercano con un caso positivo de Covid-19 será aislado en casa durante 15 días, e incluso puede poner a toda nuestra plantilla en aislamiento. En marzo di positivo en Covid-19 y no pude ir a la lechería durante 15 días. Así que sólo pude recorrer la granja por mi cuenta, pero no ir a la lechería ni entrar en contacto con el personal.

“Mi mano derecha, Waldemar, me sustituye y se encarga de la producción de leche cuando me tomo un día libre. Sólo tuve dos días en los que los síntomas me hicieron sentir muy mal. Vivo a 200 metros de la lechería y fue raro no poder ir a mi lugar de trabajo como siempre. No puedo imaginar lo que habría pasado si hubiera contagiado el virus a mi equipo”, afirma Matías.

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