«La ferme des 7 chemins trabaja en ecológico, produce todo el alimento que consumen sus animales y reutiliza los restos lácteos para alimentar a una decena de cerdos.

En La ferme des 7 chemins, que puede traducirse como la granja de los siete caminos, nada se tira. A todo se le intenta encontrar un aprovechamiento útil. Pero tampoco nada se compra, porque «tratamos que todo venga de la granja», explica Cédric Briand, uno de los tres socios de esta explotación en ecológico ubicada en la Bretaña francesa. Estos ganaderos tienen muy claro que buena parte de la calidad de sus productos proviene de la biodiversidad en la que crían a sus animales y por eso tratan de ser autosuficientes y producir, sin fertilizantes ni fitosanitarios, todo lo que consumen sus vacas. Apuestan, además, por la recuperación de razas autóctonas, como la Pie Noir, que da una leche con mucha grasa, ideal para hacer quesos de calidad.

«En este pueblo, el 35 % de las granjas son ecológicas, eso es un récord en toda Francia», explica Cédric. Él y Hervé Mérand se sumaron a la granja que entonces tenía Mathieu Hamon en el año 97 y apostaron por trabajar en un sistema respetuoso con el medio ambiente. Querían una explotación autónoma, de la que pudieran vivir y convertirse en grandes defensores de la biodiversidad, apostando por razas de vacas locales, como la Pie Noir, preservando los ecosistemas naturales y practicando una ganadería en ecológico. Actualmente cuentan con 44 vacas en ordeño que producen 115.000 litros de leche al año, 100.000 de los cuales se destina a producir queso y otros derivados lácteos. Elaboran diferentes tipos de quesos, yogures, mantequilla, nata y una especialidad bretona llamada gwell, que no dudan en definir como «la única leche fermentada indígena que existe en Francia», explica Cédric.

Una de sus máximas es que sus animales solo comen lo que se cultiva en sus tierras y por eso cuentan con 53 hectáreas de prado, además de otras siete en las que cultivan un mix de cereales. Ahora mismo tienen en marcha un proyecto para diversificar su producción, cultivando vegetales que también les servirán para la alimentación animal. «La grana puede ser autónoma, solo hay que encontrar la mejor forma de gestionar la tierra», insiste Cédric. Esa autonomía les ha permitido, por ejemplo, esquivar la subida de los costes de producción que tanto daño está haciendo al sector lácteo gallego. «Somos autónomos, no notamos incremento en los costes de producción, aunque sí en algunos materiales que compramos», añade.

Reciclar los residuos

En Les 7 chemins son muy partidarios de la economía circular. El abono para sus tierras sale del establo de las vacas, que pasan solo encerradas los dos meses de invierno. Y los restos de hacer queso se destinan a alimentar a diez cerdos de la raza Blanc de l’Ouest, que también crían en extensivo en esta explotación. Esta es la raza de animales con la que se elabora el Jamón de París. La explotación ha invertido en la adquisición de placas solares, porque uno de sus objetivos es ser totalmente autosuficientes. «Lo que nos consume más energía es la producción de leche y por eso hemos invertido en placas, porque queremos ser autónomos», añade Cédric. Tiene muy claro que esa apuesta por cuidar el medio ambiente se refleja también en sus productos y que parte de su calidad se debe a que sus animales viven en un entorno natural y biodiverso. «Nuestras vacas viven más porque le pedimos menos», concluye.

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