Desde el CIL plantean con preocupación que el sistema de precios máximos pone en riesgo a la cadena. El industrial Ércole Felippa puntualizó los problemas y por qué hay que resolverlos cuanto antes.

“Estamos viendo con preocupación el tema de los precios a salida de fábrica, porque lo cierto es que sólo han tenido dos aumentos; un 3% en julio y un 2% a principios de octubre que da un aumento total del 5%, pero cuando analizamos los distintos componentes de nuestros costos vemos que la inflación fue muy diferente”. Es decir, lo que Felippa cuestiona es que “la materia prima aumentó 23%, la mano de obra un 40% y el resto de los insumos más de un 30%, con lo cual eso también se refleja en el precio que hoy cobra el productor y que claramente no hay número posible que lo pueda cerrar a favor”. Ni hablar si “uno lo compara con el aumento que ha tenido el maíz, la soja y los subproductos, evidentemente hay un desfasaje importante en la cadena”, afirmó el designado pero aún no asumido presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), en una entrevista con el programa radial ADN Rural.
Sobre esta preocupación, “en octubre vencía el acuerdo de precios máximos y le hemos planteado al Gobierno, al ministro Kulfas, de ver una salida de esto, no con aumentos importantes porque tampoco da el mercado interno para eso, pero al menos hay que contemplar que estamos en un escenario de producción de un 6 a un 7% de crecimiento, cuyo mayor volumen solo tiene como alternativa ir al mercado exportador”.
Según Felippa, “acá tenemos el segundo gran problema, porque si bien la exportación no tiene un mal precio comparado en términos históricos (3.000 US$/TN), el dólar al que estamos exportando está en el orden de los 69/70 pesos, si consideramos que al dólar comercial del Banco Nación hay que descontarle las retenciones, que en el caso de la leche en polvo es del 9%”.
Por lo tanto, “lo que necesitamos es, por un lado, salir de este esquema de precios máximos que para nuestro sector es tremendamente perjudicial, y por el otro lado, así como se redujeron las retenciones a los granos, necesitamos que se haga lo mismo con los productos lácteos, que además, es un producto que tiene valor agregado, que genera puestos de trabajo, que incentiva el crecimiento del sector y de las exportaciones y así obtener de manera genuina los dólares que necesitamos para afrontar los compromisos como país”, opinó el actual presidente de la cooperativa MANFREY.
“El Gobierno entiende esta situación, tanto Kulfas como Basterra y Videla nos dicen que están trabajando en ese sentido pero necesitamos una salida razonable a esta situación –comentó Felippa-. Claramente, nosotros sabemos que al consumidor no le da para mucho tampoco porque todo el país está atravesando un momento complejo con motivo de la Pandemia”.
Sobre esta coyuntura ficticia de la economía nacional, con precios controlados y costos descrontrolados, Felippa asintió cuando se le recuerdan aquellas prácticas coercitivas del infame secretario de comercio Guillermo Moreno, aunque aclara: “tal vez ahora cambiaron los modales, pero no las cuestiones de fondo”.
En este sentido, “los controles de precios sistemáticamente han demostrado que no cumplen con el objetivo por el cual se los crea, lo que no implica que ante determinadas circunstancias no haya que aplicarlos, pero siempre como medidas transitorias y en un período muy corto de tiempo”.
La situación es compleja de resolver: “acá venimos desde marzo con una inflación como la que tenemos y plantear una medida de esta naturaleza al sector lo perjudica enormemente y de alguna manera esto explica, no como una única causa, que nuestro sector hace 20 años que no crece”, concluyó Felippa. En el terreno de los deseos para una lechería en crecimiento, Felippa sugirió de manera optimista: “si bien estamos atravesando una coyuntura muy compleja, no es muy distinta a las que se dan posteriores a procesos devaluatorios, donde la lechería siempre corre detrás, pero que después tienden a converger. Se vienen meses muy difíciles pero obviamente va a demorar el que tiempo necesario hasta que los precios logren un equilibrio. Eso es lo que creo, porque si esto se llegara a mantener por mucho tiempo, no hay manera de que la actividad sea viable. Habrá que encontrar los mecanismos anticíclicos para aliviar al sector primario, y respecto a la industria, tener una macroeconomía ordenada con equilibrio fiscal para que el Estado no siga presionando con semejante cantidad de impuestos, que permitan inversiones para ganar competitividad y poder crecer”.

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