La industria láctea no la está pasando bien desde hace 18 meses, y se estima que seguirá trabajando a pérdida al menos hasta el arranque del 2021, cuando finalizarán los acuerdos de Precios Máximos y Precios Cuidados que cerró con el gobierno de Alberto Fernández.
Los números del sector son en rojo, y desde hace un par de meses ya le están pasando facturas al sector primario, debido a que corren a la inflación muy desde atrás en las góndolas. Allí la inversión está más que parada.
Por lo menos hasta mediados del 2020, la facturación de las usinas lácteas, que destinan un 77% de su producción de leche, yogures y quesos al mercado doméstico, reportan un resultado negativo. Las ventas facturadas por la industria láctea crecen a razón del 34% mientras que el costo de vida reporta un incremento por encima del 42% anualizado.
Jorge Giraudo, Director del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), reconoció que el sector lechero en su conjunto “otra vez está en un punto crítico, donde se reporta una situación más profunda de lo habitual. El resultado del acumulado que reporta la actividad láctea en los últimos años es negativo”.
“Ahora se profundizó en una cuestión: hay una traslación de precios de la industria láctea hacia el sector primario, con una leve suba que está por detrás del índice de Inflación, y también por detrás de la variación que reporta el tipo de cambio. Todo esto se suma a mayores costos por subas internacionales que reporta el precio del maíz y de la soja, que son insumos vitales para la ganadería”, reconoció Giraudo.
Y agregó: “Eso hace que a los resultados negativos que reporta el sector primario, se le suma el traslado que hace la industria, y que se debe a que ve resentidos sus ingresos por la imposibilidad de ajustar precios en el orden doméstico por los programas de precios máximos y en el orden internacional por el impacto que tienen las retenciones”.
Según el Director del OCLA, “en el orden doméstico de precios el atraso rondaría un 20%, y la perspectiva de modificación de los listados sería al 31 de enero próximo, lo que demuestra que los próximos meses la industria seguirá trabajando a pérdida”.
Escenario futuro
Días atrás, se conoció a través de la Comisión Nacional de Valores (CNV) que la empresa láctea Mastellone enfrentó una pérdida de $ 1.785 millones en el tercer trimestre del 2020. Allí la empresa láctea señaló la imposibilidad de ajustar sus precios de mercado.
Para los especialistas del OCLA, el escenario futuro que deberá enfrentar el sector lácteo local “no es promisorio” debido a las condiciones que reporta actualmente el mercado interno y también la actividad fabril en su conjunto, que debe enfrentar la crisis económica que se profundizó con la pandemia del coronavirus.
Para las industrias lácteas, el 77% de sus ingresos corresponden a las ventas realizadas al mercado doméstico, donde la totalidad de los productos elaborados y manufacturados están regidos por los programas oficiales de Precios Máximos y Precios Cuidados. Allí las empresas debieron hacer frente a la pandemia, y al cierre masivo de restaurantes, bares y pizzerías, y readecuar su producción en la búsqueda de nuevos nichos de ventas en las góndolas y almacenes.
Por último, desde el OCLA recordaron que aquellas industrias que logran exportar, principalmente leche en polvo o quesos, deben afrontar el pago de las retenciones de un 5%, algo que deteriora el ingreso que pudieran tener.