El ajuste de precios de la leche pagada al tambero –producto de la recomposición de la producción de leche registrada en los últimos meses– aún sigue sin trasladarse a la góndola.
En el último año, según los últimos datos publicados por el Indec, la “canasta láctea” mostró una inflación interanual del 80.0% versus un 54.9 % el promedio de alimentos y bebidas no alcohólicas en comercios y supermercados de la ciudad de Buenos Aires.
En el segmento lácteo, las mayores variaciones interanuales correspondieron al queso sardo (+88.5%), manteca (+86.9%), queso pategras (+83.9%), leche en polvo entera (+76.8%), queso cremoso (+70.2%) y dulce de leche (+69.1%).
En tanto el yogur firme (+55.4%) y la leche fresca en sachet (+59.9%) experimentaron las menores variaciones gracias a la exención temporaria del IVA que rige hasta el próximo 31 de diciembre.
Por su parte, en el último año la “canasta cárnica” –integrada por el asado, carne picada, paleta, cuadril y nalga– mostró una inflación interanual del 55.2%, una cifra que se encuentra en línea con la inflación general en alimentos.
Mientras que los huevos –con alícuota cero de IVA hasta fines del presente mes– registraron un ajuste interanual del 39.8%, el pollo entero experimentó un alza del 61.2% en el período.
La canasta de productos farináceos básicos en la ciudad de Buenos Aires experimentó un aumento promedio interanual de precios de 46.9%, buena parte del cual se debe al hecho de que la harina de trigo (con un ajuste interanual del 30.6%), los fideos secos (+31.6%) y el pan francés (+46.1%) se encuentran exentos de IVA. Las galletitas dulces y de agua –que no están exentas de IVA– registraron una variación del 72.9% y 59.2% respectivamente.
El pan de mesa industrial registró un ajuste interanual del 47.5%, lo que indica que en ese producto la posibilidad de trasladar aumentos de costos continúa restringida por una caída sustancial de la demanda.