Apesar de los controles de precios comandados por Matías Kulfas y Paula Español desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, hay aumentos en el rubro alimentos muy por encima de la inflación. Así lo vienen detectando distintos relevamientos privados. Y que ponen en duda el alcance de esos programas oficiales -el más importante es Precios Máximos- ya que sólo alcanzan a los grandes supermercados, pero dejan afuera a los comercios de barrio.
El Isepci (Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana) lleva varios años relevando la variación de precios en autoservicios y almacenes del conurbano bonaerense.
En el reporte que acaba de publicar llegó a la conclusión que, en promedio, los alimentos de la canasta básica se encarecieron nada menos que 7,85% durante marzo.
Allí están incluidos varios de los productos de almacén incluidos en “Precios Máximos”, que el Gobierno acaba de prorrogar hasta mediados de mayo, y que los empresarios que fabrican esos productos quieren sacar de circulación.
¿Qué pasa? ¿Por qué suben de precio los alimentos que deberían estar congelados?
Básicamente, que el programa de control alcanza a las grandes cadenas minoristas pero dejan afuera a los autoservicios “chinos” y a los almacenes de barrio, donde los precios se mueven libremente. Esos negocios deben abastecerse en comercios mayoristas que tampoco forman parte del plan oficial y que, por lógica, les venden a los “chinos” y a los almaceneros a precios más caros que lo que marcan los “Precios Máximos”.
De acuerdo al relevamiento de Isepci, el pan, las galletitas saladas y el sachet de leche encabezaron las subas del mes pasado. En cuarto lugar se ubicó la botella de 900 mililitros de aceite mezcla.
La gran pregunta de fondo refiere a las medidas que el Gobierno puede tomar para desacelerar esta dinámica. De otra forma, este 2021 se transformará en el cuarto año consecutivo de pérdida de poder adquisitivo.
Entre 2018 y 2021, los salarios perdieron 20% de poder de compra, en promedio. Lo que quedó patentado en la extensa recesión que perjudica a la economía, con el agravante de la pandemia a lo largo del año pasado.
Desde los despachos oficiales afirman que el encarecimiento de las materias primas es un fenómeno global, que excede a la Argentina. Lo cual es cierto. Pero que evidentemente perjudica más a una economía que corre con un ritmo de inflación superior al 40% anual. Está visto que las medidas de control no alcanzan.
Por otra parte, y como ya sucedió en meses anteriores, los productos frescos también mostraron fuertes alzas. La carne y los productos lácteos volvieron a mostrar aumentos.
Esa cuestión depara en internas hacia adentro del Gobierno. La mirada está puesta en el ministro de Agricultura, Luis Basterra, a quien dentro del gabinete sindican como poco eficaz en la puesta en marcha de medidas para evitar subas en las carnicerías. Desde el Gabinete, algunos de sus colegas aseguran que la mayor parte de esas alzas “se lo llevan los frigoríficos; ni siquiera los productores”.
Para tener en cuenta, estos fueron los principales aumentos de marzo, según el relevamiento de Isepci.