Esta iniciativa responde a los últimos estudios de mercado elaborados por Nestlé, que señalan que existe una necesidad creciente entre los consumidores de productos que conserven todo su sabor y propiedades, pero que sean respetuosos con el medio ambiente. Por tanto, en el caso de la leche de vaca y sus derivados, es fundamental desarrollar tecnologías emergentes que permitan crear proteínas lácteas sin ningún tipo de intervención animal, un ámbito en el que trabaja desde hace años tanto Perfect Day (que ya cuenta con diversos tipos de helado, postres lácteos y leches que se comercializan en diversos puntos de Estados Unidos) como otras compañías.
En España, la start-up ubicada en Barcelona Real Deal Milk también trabaja desde hace algo más de un año en la creación “de lácteos sostenibles de verdad”, según explica su CEO y fundador Zoltan Toth-Czifra. Este señala que ya existen tecnologías bioquímicas que permiten crear las mismas proteínas de la leche de vaca de forma sostenible a partir de la fermentación controlada de determinados microorganismos, sin limitar el sabor y las propiedades físicas de los lácteos. Toth-Czifra explica, además, que “esta tecnología es relativamente sencilla y existe ya desde hace dos o tres décadas, de modo que el reto al que nos enfrentamos las empresas del sector es la escalabilidad de precio, es decir a las dificultades para hacer un lanzamiento a gran escala”.
Según el CEO de Real Deal Milk, “si hacemos una estimación realista, en mi opinión necesitaremos la década de los 20 para poder producir leche y derivados en grandes cantidades y tal vez en unos cuantos años, teniendo en cuenta que la Unión Europea tarda un tiempo en aprobar su comercialización, se podría disponer de estos productos de forma habitual en los supermercados”. Toth-Czifra insiste en la necesidad creciente de este tipo de productos por parte de unos consumidores que quieren cuidar el planeta, pero no quieren vivir sin quesos.
Pese a que todavía es pronto para avanzarlo, el reciente acuerdo entre Nestlé y Perfect Day podría contradecir esta afirmación, ya que Nestlé pretende lanzar estas leches al mercado a finales de este año con el propósito de testarlas entre los consumidores, valorando si es realmente una oportunidad para la compañía. Con este fin, desde Nestlé ya se trabaja, a través de su departamento de I+D, en su producción y comercialización a gran escala si la respuesta de los consumidores a este primer lanzamiento es positiva.
No obstante, desde el pasado verano el público estadounidense ya puede comprar leche sintética en algunos establecimientos, fruto de la colaboración entre Perfect Day y Betterland Foods. “Es increíble que finalmente podamos ofrecer un producto que los consumidores nos han estado pidiendo desde el primer día, y brindarle al mundo otra forma de disfrutar la leche que hemos amado durante literalmente miles de años, ahora con mucho menos impacto en el planeta”, explica Ryan Pandya, cofundador y director ejecutivo de Perfect Day, una compañía que desde hace años también comercializa otros productos que incluyen un porcentaje de proteína sintética como helados, postres lácteos o pasteles.
Desde el pasado verano ya se puede comprar leche sintética en Estados Unidos
Desde Perfect Day recuerdan que las ventajas medioambientales de consumir lácteos sintéticos son rotundas. La producción de leche de vaca sintética, a partir de la fermentación de microorganismos, supone una reducción de hasta el 97% en gases de efecto invernadero, un 99% menos de agua y un 60% menos de uso de energías no renovables.
De hecho, el impacto de la ganadería intensiva sobre el medio ambiente ha sido puesto de manifiesto por diversas investigaciones científicas en los últimos tiempos, que alertan sobre la necesidad inminente de un cambio de modelo si se desea preservar la salud del planeta. Una de ellas, publicada en la revista científica Carbon Balance and Management y patrocinada por la NASA y el Joint Global Change Institute (JGCRI), concluyó que las emisiones de metano producidas por el ganado aumentaron un 11% respecto a 2006. El estudio señala que las vacas son las responsables del 14,5% de los gases de efecto invernadero en todo el mundo, y que, pese a lo que la mayor parte de gente cree, no son las flatulencias las principales responsables de este impacto, sino los eructos.
Según datos de Greenpeace, el sector agrícola es el responsable del 24% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y el 80% de la deforestación mundial es resultado de la expansión agrícola, cuya mayor parte ya se destina a alimentar animales en lugar de personas. La organización denuncia que “los nitratos derivados del uso masivo de fertilizantes sintéticos y de la ingente cantidad de excrementos generados por la ganadería industrial se filtran en el terreno envenenando la tierra y sus acuíferos”. En este sentido, la FAO alerta de que nos encontramos ya “en una crisis global de la calidad del agua”.