La semana pasada contábamos las expectativas que el sector tenía hace 11 años y lo que logramos conseguir, nos quedó pendiente la opinión sobre qué fue lo que falló.

El repaso que hicimos no pretendió ser una burla a lo planificado, ni una acusación. La intención es que sirva como punto de partida para reflexionar y buscar de una vez por todas el verdadero despegue de la lechería argentina.

Tratar de que las nuevas planificaciones sean más creíbles y por supuesto realizables.

Dos comentarios hablaron de la falta de vacas para sustentar esa proyección, eso está claro, y lo marcamos. Que sirva entonces para que busquemos la forma de aumentar el rodeo lechero, porque de no hacerlo estaremos dentro de 10 años hablando de lo mismo.

Pero también debemos destacar que la productividad por animal tampoco ha aumentado en un número similar al de otras lecherías.

Está claro que no hay una única causa, ni un único responsable, y seguramente muchos podrán aportar más datos que los que vamos a referir, pero hay cosas que decir sin pudor.

1- Argentina inflacionaria e impositiva

Está claro que uno de los mayores problemas que atraviesa cualquier cadena productora es la inflación (más en la cadena lechera).

La carga impositiva es un factor relevante, tanto en lo que afecta a la producción primaria como al sector industrial. Sí o Sí se deberá abordar este problema que deja fuera de competitividad a todo el sector lechero frente a nuestros competidores.

2- Industria

El clima de negocios instalado en el país, fue la industria que supimos conseguir. Cuando se prepararon para exportar, precio de corte. Cuando existieron problemas climáticos y las vacas desaparecieron, no está la leche para hacer funcionar las fábricas. Y como en la vida, hay empresas que en los próximos 15 años no van a estar. La explicación se podrá encontrar en que no se hicieron los deberes, la demanda exigirá otros productos y la escala será necesaria para seguir adelante. NO solo la macroeconomía va a definir la existencia de las empresas, LA ESCALA SERÁ CASI TODO.

En el sector que tenemos hoy, la recepcion de leche de los integrantes de la principal cámara de argentina (CIL) se puede elaborar diariamente en tres polos productivos (General Rodríguez, Villa María y Rafaela-Sunchales)

La relación industria/sindicato claramente atravesó dos etapas. Durante la gestión 2003/2015 se observaron conquistas sindicales por todos conocidas. Desde el 2015 al 2019, la relación fue otra hasta mediados del 2019. Sigue esta incógnita que nos depara la elección que tenemos por delante.

3- Productor lechero

Con la mirada de “la culpa es del otro”, se observa que no es un diálogo claro y sincero. Y así no es posible limpiar el horizonte para crecer.

El cáncer macroeconómico que arma este país hace tener miradas equivocadas del negocio. Creer que sacar menos leche para así obtener un mayor precio por el litro/solido creemos que es pegarse un tiro en los pies. La carrera de costos a la que nos pone a jugar el estado (Nacional, Provincial y Municipal) siempre será inalcanzable. Por lo tanto observamos que no pasa por ahí. SIN NEGOCIOS NO HAY SECTOR.

4 Institucionalidad

Recién ahora comienzan a aparecer espacios de diálogo entre los actores, aunque las crónicas de las reuniones de la Mesa lechera revelan que cada encuentro es una visita al psicólogo donde hacer catarsis, con pocos logros concretos, es necesario que se funcione mejor ese espacio, que se trabaje con objetivos concretos y realizables, y que se comience a hablar seriamente de una lechería que crece.

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