Los hallazgos pueden jugar un papel fundamental en la seguridad alimentaria y combatir el calentamiento global.
Los europeos aun no recuperan el aliento después de sufrir este verano las temperaturas más altas registradas en todo el continente. Mientras tanto en algunos estados de los Estados Unidos continúan evalúe el daño causado por las inundaciones y tornados sin precedentes durante mayo y junio.
Todo esto sucede a medida que nos acercamos a un punto sin retorno en términos de calentamiento global. Entretanto un equipo de investigación internacional encabezado por el Prof. Itzhak Mizrahi de Israel, descubrió que los genes de las vacas se pueden usar para controlar los microbiomas y controlar la cantidad de gases de efecto invernadero que emiten los animales.
Además del valor del descubrimiento, los hallazgos tienen profundas implicaciones para los productores de productos lácteos y de carne de res. Ellos intentan reducir la contribución de su industria al cambio climático. Por otro lado buscan reforzar los intentos de los productores de lácteos en mantener o mejorar la eficiencia de la producción de leche. Todo esto sin caer en riesgos en la seguridad del procuto.
El estudio, cubrió 1016 vacas (816 vacas lecheras Holstein, 200 vacas lecheras Nordic Red) repartidas en cuatro países europeos (Italia, Finlandia, Suecia y el Reino Unido).
Ellos encontraron que un pequeño número de microbios hereditarios realizan contribuciones significativas a ciertas variables y fenotipos del hospedador.
Los investigadores buscaron programas genéticos de reproducción, dirigidos a los microbiomas para proporcionar una solución sostenible. Es decir aumentar la eficiencia y reducir las emisiones del ganado.
“Nuestros hallazgos son un gran avance para la ciencia básica y tendrán un impacto positivo en los dos desafíos principales que enfrenta la comunidad internacional para el futuro.”, dice Mizrahi.
“Incluso ahora, el planeta está operando a la máxima producción de carne y productos lácteos, y el problema solo empeorará en las próximas décadas. Para el 2050 el mundo tendrá aproximadamente 9 mil millones de personas. Eso va a significar una grave crisis en nutrición proteica.
“Esperamos poder aumentar la eficiencia de la producción al mismo tiempo que se reducen las emisiones de metano. Sería difícil pensar en una solucion win-win más importante para el planeta que esto”, agregó Mizrahi.
El estudio, como un enfoque de probióticos de precisión, podría ofrecer la posibilidad de complementar el microbioma hereditario de forma optimizada.
Significativamente, los investigadores creen que aunque se centraron en dos razas de productores de leche, es probable que los resultados sean aplicables a otros animales de carne y otras especies de rumiantes.
“Dada la gran importancia de la dieta en el rendimiento y la composición del microbioma de los animales, tales programas deben tener un enfocarse en los posibles regímenes de alimentación.
Dentro de ese contexto, el impacto general de los microbios hereditarios asociados con rasgos identificados en los índices de producción debería dar como resultado una industria ganadera de rumiantes más eficiente y más respetuosa con el medio ambiente”, dijo el estudio.