Ayer se conoció el documento “Tres años de Gobierno”, un resumen de lo realizado hasta aquí por las autoridades del Ejecutivo.

Esta es la visión que tienen las autoridades sobre la Ganadería y la lechería.

GANADERÍA Y LECHERÍA

Después de años de estancamiento y retracción, el sector ganadero está volviendo a ser un motor productivo y exportador, gracias en parte a las medidas de impulso y normalización tomadas por el Gobierno.

•En 2015 habíamos dejado de estar entre los 10 principales exportadores de carne, habíamos perdido 10 millones de cabezas de ganado y 18.000 puestos de trabajo sólo en la industria frigorífica. La industria lechera no crecía, no tenía inversiones, no había ningún registro claro de las transacciones y era muy dispar el poder de negociación entre los distintos actores de la cadena.

•En estos tres años, el sector tuvo una fuerte reactivación, con aumentos en la inversión, la producción y la exportación sin perjudicar el consumo local de carne y leche. Después de haber retrocedido del 3º al 12º puesto en una década, en tres años avanzamos al 6º. Las exportaciones de carne vacuna están cerca de recuperar lo perdido entre 2009 y 2015. Si bien recuperar el stock total llevará tiempo, ya recuperamos la misma cantidad de vacas, es decir, la fábrica de terneros que teníamos en 2007.

•Lo mismo sucede con la producción de leche, que sigue recuperando terreno.

Entre 2011 y 2015 las exportaciones de leche habían caído un 32%. Desde2016, las medidas trabajadas con el sector en la mesa lechera se orientaron a dotar a la industria de transparencia y reglas claras. Los resultados son positivos: entre enero y octubre de 2018 la producción de leche creció un 6%y las exportaciones, un 30%.

•Desafíos pendientes.

Tenemos que profundizar los ejes actuales: más transparencia y formalización de las cadenas productivas, más apertura de mercados internacionales para seguir impulsando las exportaciones y más trabajo en conjunto entre el sector público y el privado para buscar soluciones que ayuden a consolidar a la ganadería como un motor productivo y una referencia internacional.

QUÉ ENCONTRAMOS

Las políticas productivas anteriores a 2015 relacionadas al desarrollo del sector ganadero tuvieron un impacto negativo. La cantidad de cabezas de ganado vacuno, uno de los principales capitales del sector, cayó un 16% en seis años, mientras en Brasil creció un 33%.

Argentina pasó de ser el tercer exportador mundial de carnes a ser el 11°. Entre 2009 y 2015, las exportaciones de carne cayeron casi 70% y en 2015 sólo se exportaba el 7% de lo producido, 13 puntos menos que en 2009. Por falta de inversión, la industria frigorífica perdió 18.000 puestos de trabajo.

Las casi diez millones de cabezas de ganado perdidas se tradujeron en una considerable pérdida de empleo. Las autoridades nacionales prefirieron cerrar las exportaciones, con el objetivo de proteger el mercado interno, pero al costo de perder mercados de exportación debido a demoras e incumplimientos de distinto tipo, lo que desalentó la inversión y quitó competitividad. Además, entre 2006 y 2014 la industria de las curtiembres perdió, por razones parecidas, otros 4.500 empleos, un 30% de su personal, según estadísticas del Ministerio de Trabajo.

Entre los mercados perdidos en estos años y que estamos recuperando están Alemania, a la que dejamos sin nuestras carnes para el Mundial, u Holanda, que antes sólo compraba carne argentina y en diciembre de 2015 les compraba a dos o tres proveedores por las dudas, para no volver a quedarse sin carne si la Argentina decidía volver a cerrar sus exportaciones. Entre enero y noviembre del 2018, las exportaciones de carne en dólares registraron el valor más alto desde 1990 (1.178.530.000 dólares).

Encontramos un sector lechero poco transparente, sin información clara sobre los distintos eslabones de la cadena y con una fuerte disparidad de poderes de negociación entre productores e intermediarios.

La producción nacional casi no creció en los últimos diez años, mismo período en que nuestros vecinos aprovecharon para crecer entre 5% y 7%. La inversión en tecnología en los tambos fue muy baja y no hubo políticas activas para fortalecer el sector y la industria, lo que generó pérdidas de productividad y peores condiciones para el trabajo.

QUÉ HICIMOS

Como primera medida, se avanzó en la normalización del mercado, con foco la eliminación de los impuestos distorsivos a la exportación como lo eran los ROE, que penalizaban especialmente al sector.

La ganadería reaccionó positivamente al cambio de políticas, en el marco de un círculo virtuoso que motorizó el crecimiento de la producción, el consumo y las exportaciones principalmente de bovinos y porcinos (el sector avícola se vio perjudicado por el aumento de los costos).

En 2018, la faena de ganado bovino fue 10% mayor a la de 2015. La producción creció 8% y alcanzó su mayor nivel desde 2009. El principal foco de aumento vino por las exportaciones, que crecieron un 180% con respecto a 2015 y superaron las 500.000 toneladas luego de nueve años, con nuevos mercados estratégicos para el país, como China e históricos como Estados Unidos. Todo esto fue posible gracias a las políticas de aperturas y simplificación de trámites enfocadas en facilitar la exportación. En sólo tres años, la Argentina pasó del puesto 11° al 6° en el ranking de exportadores y quedó segundo en el Mercosur.

Agroindustria se convirtió en la nueva autoridad de aplicación de la Cuota Hilton, un cupo de exportación fijado por la Unión Europea a los principales productores de carne vacuna. Nuestro país es uno de los principales beneficiados dentro de este contingente, lo que permite el ingreso de nuestra carne a uno de los principales mercados del mundo, con una menor carga arancelaria.

Durante años, la selección de los frigoríficos beneficiados estuvo marcada por arbitrariedades y preferencias políticas, lo que impacta de manera negativa en el resto de la cadena. En junio de 2017 se modificó el mecanismo de asignación, dando lugar a más empresas con un esquema más ágil y flexible.

Entre 2012 y 2017, el promedio de cumplimiento fue del 78%. En la campaña 2017/2018, el cumplimiento mejoró y, a partir del cambio en el mecanismo de asignación y de la eliminación de las distorsiones, se alcanzó el 96%. Para la campaña 2018/2019 esperamos cerrar con un cumplimiento del 100%.

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Tanto la faena como la producción de porcinos crecieron alrededor del 25% desde 2015. El consumo también creció en estos niveles. Además, se avanzó en la reducción de impuestos. Se presentó en la reforma impositiva la baja del IVA al 10,5% para la carne de aves, cerdo y conejos. Se instalaron las “cajas negras” (balanzas electrónicas) en todos los frigoríficos del país para un mayor control, la creación del Sistema de Información de Operaciones de compra-venta de carne bovina (SIO Carnes) y la implementación de la prenda ganadera (se reglamentó la posibilidad de prendar stocks de hacienda, como herramienta de garantías por 30.000 millones de dólares), y el mercado de futuros.

Lechería

La lechería también estaba muy golpeada en el momento del cambio de gobierno. Había caído la producción de lácteos sólidos entre 2011 y 2015, especialmente yogur y leche en polvo, y las exportaciones habían bajado un 32%.

Una de las prioridades fue dotar de transparencia a las operaciones, para equilibrar el desbalance de poder de negociación entre los actores de la cadena y remediar la falta de información para la toma de decisiones, la falta de reglas claras en la comercialización y la existencia de prácticas desleales de comercialización a lo largo de la cadena.

Se llevaron adelante acciones para recuperar las estadísticas del sector, se implementaron la LUME (Liquidación Única Mensual Electrónica) y el Sistema de Gestión de la Lechería Argentina (SIGLeA), que registra el precio de la totalidad de ventas primarias de leche dando a todos los actores un valor de referencia real y transparente, y se renovó el convenio de cálculo de costos regionales llevado adelante por el INTA, que había sido discontinuado.

El 17 de diciembre de 2018 inició sus operaciones en MATBA-ROFEX el Mercado de Futuros de Leche lo que permitirá seguir transparentando los valores de este producto y les dará certezas a los productores y la industria sobre las perspectivas de negocios en la actividad.

Para potenciar la competitividad del sector, se impulsó el programa de Cambio Rural Lechero (del que participan más de 400 productores), la recuperación del Monitoreo de Competitividad en tambos y el programa de Reconversión Industrial. Además, se buscó profundizar el acceso a financiamiento con la articulación con Banco Nación y la emisión del Certificado Oficial Productivo (COP), que permite mejorar el acceso al financiamiento no sólo en bancos públicos sino privados.

Luego de haber sido discontinuado en 2012, desde el inicio de la gestión se retomó el trabajo del Consejo Federal de la lechería donde de manera mensual se hace un seguimiento de la coyuntura y la agenda de mediano y largo plazo de la actividad y se definen planes de acción.

Para acceder a nuevos mercados y hacer llegar los productos argentinos a más países, se trabajó en misiones comerciales a destinos estratégicos, participación en ferias internacionales, negociaciones internacionales para la apertura y consolidación de mercados y en la desburocratización del proceso exportador. En los primeros once meses del 2018, las exportaciones crecieron un 34% anual y quedaron cerca de los 300.000 toneladas.

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DESAFÍOS PENDIENTES

El sector ganadero tiene mucho potencial, por su tradición y sus ventajas comparativas pero también por el aumento de la clase media global, que presenta una oportunidad para la carne argentina. Para estar a la altura, tenemos que seguir trabajando en la inserción de argentina en las cadenas de valor, lo que requiere de la cooperación de los distintos sectores, para que trabajen con un objetivo común y coordinados. Para 2030, el objetivo es aumentar un 20% la producción de carne vacuna, 75% la de carne aviar y 48% la de cerdo.

El mercado de leche en la Argentina todavía tiene mucho por mejorar en términos de transparencia, profesionalización y sofisticación. Actualmente se registra la comercialización de alrededor de 800 millones de litros mensuales entre más de 8.300 tambos y más de 300 industrias y mes a mes se van incorporando más actores al sistema.

Se estima que aún queda un 10% de la producción que se opera pero no se registra. Por otro lado, la leche se vende en el mercado sin una correcta segmentación de precios que identifique las diferencias en calidad. Avanzar en el mercado de futuros de leche, que ya está comenzando a operar, permitirá comenzar a descubrir precios y a dar herramientas a los productores e intermediarios para tener esquemas financieros más avanzados.

El documento completo aquí: https://cambiemos.com/tres-anos-de-gobierno/recursos/3_GOB_COMPLETO_A.pdf

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