Además de leche cuajada y fermento, los maestros queseros podrían utilizar un nuevo ingrediente en la elaboración de sus mejores productos: la música. Según un curioso experimento llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Berna, en Suiza, una sesión de hip-hop dotaría este producto de un sabor más consistente y un olor más fuerte.
Los científicos separaron nueve quesos de 10 kilos de tipo Emmental en unas cajas de madera para probar el impacto de la música en el aroma y el sabor del producto. Después les aplicaron distintos géneros musicales durante 24 horas de manera ininterrumpida. Algunos de ellos ‘escucharon’ el álbum “We Got it From Here”, del grupo de hip-hop A Tribe Called Quest, otros recibieron la melodía de “La Flauta Mágica” de Mozart y otros el “Starway to Heaven” de Led Zeppelin, a otros les aplicaron ondas de baja, media y alta frecuencia. Finalmente a un último grupo de quesos le dejaron en completo silencio. En lugar de altavoces, los científicos emplearon mini transmisores para conducir la energía sonora de la música hacia el interior de cada pieza.
Comprobación gastronómica
Un plantel de gastrónomos cató posteriormente los nueve quesos y elaboró un veredicto sobre el olor, el gusto y la textura de los mismos. “Las diferencias eran claras, señala Benjamin Luzuy, un chef conocido en la televisión suiza y miembro del equipo de expertos encargado de elaborar el veredicto. Según el mediático cocinero, las notas musicales habían potenciado el sabor y el olor, dándole a los quesos un aroma más afrutado. El más favorecido , según los miembros del jurado, fue el que fue sometido a los incisivos ritmos del hip-hop.
Los responsables de la investigación aseguran que el jurado realizó dos catas, y en ambas llegaron a la misma conclusión. Habida cuenta del éxito del hip-hop en la elaboración de los quesos, los científicos planean repetir el experimento con 5 o 10 quesos diversos para comparar las sutilezas entre distintos grupos de este género musical. Quién sabe, quizá la próxima batalla de gallos se libre en una quesería, al ritmo del beatbox y las rimas.