Desde la Organización de Productores de Leche (OPL) advierten que siguen recibiendo denuncias de ganaderos que ven como en los supermercados se vende leche por bajo de costes de producción (venta a pérdidas).
En concreto señalan como La Unión Regional de Cooperativas de Castilla y León (URCACyL) denunció, ayer, a través de su cuenta de Twitter, como El Corte Inglés vende leche a 0,60 céntimos de euro el litro. A esto añaden otra denuncia, a través de un recibo de compra, de unos ganaderos en Supermercados Lupa con leche 0,49€/ litro.
“Hace meses denunciamos la misma práctica en estos supermercados, ante la Agencia de información y control alimentaria (AICA) y ante los medios de comunicación y la organización recibió un correo de un bufete de abogados representante de supermercados Lupa, amenazando a nuestro presidente con demandarle por supuestas falsas acusaciones”, recuerdan.
Mientras en países como Francia se han firmado, en el último año, acuerdos entre industria, distribución y ganaderos para revalorizar el precio de la leche y trasladarlo a los ganaderos con precios más justos (cinco céntimos más que en España), “aquí se incumple, a diario, un acuerdo firmado en septiembre de 2015 después de una oleada de manifestaciones. Los supermercados utilizan como reclamo los bajos precios de la leche, devaluado un producto que cuesta mucho trabajo e inversiones sacar, viendo como estas prácticas están arruinando a los ganaderos, por ser claramente venta a pérdidas”, lamentan.
Insisten en que los productores reciban amenazas y coacciones por parte de las empresas, cuando denuncian prácticas ilegales. Como ya pasó con las cooperativas, que denunciaron años atrás los acuerdos para bajar los precios por parte de las industrias. El Tribunal de Competencia les sancionó con 88 millones de euros, aunque ahora después de las apelaciones, está todo paralizado por la justicia y otra vez vuelve competencia a iniciar todos los trámites.
Tanto la OPL, como diversos sindicatos han interpuesto más de 40 denuncias ante la AICA contra las prácticas de ventas a pérdidas, habiendo solo unas cuantas sanciones con multas ridículas. Otras se perdieron al trasladarlas la AICA a las respectivas comunidades autónomas, que son las que tienen la última palabra a la hora de sancionar. “Estamos totalmente indefensos ante cualquier abuso que se comete contra los ganaderos productores de leche. Las denuncias no sirve en de nada. Y si denuncias estás expuesto a tener represalias, sin que nadie sancione, ni ponga orden y vigile estas prácticas abusivas”.
Añaden que tras el cambio de gobierno y los cambios de responsables en la AICA, “este organismo está desaparecido y estamos aún mucho más desprotegidos. Si no percibimos un precio justo que cubra los costes de producción, nos obligan a cerrar. Nos llevan a la ruina. Los datos que publica el Ministerio de Agricultura señalan que en 2018 se perdieron casi 800 ganaderos, bajó un 2% el censo de vacas productoras y más del doble el de novillas y la producción de leche. Si sumamos que la gran mayoría de ganaderos tienen una media de más de 50 años y que no hubo incorporaciones de jóvenes al sector, el índice de que el sector lácteo español está en una grave crisis es claro, por más el Ministerio quiera maquillar los datos”.
“De poco va a servir el etiquetado en origen que entró en vigor ayer. Con el camino que llevamos dentro de unos años no van a quedar ganaderías en España que puedan producir y toda la leche tendrá que ser importada de otros países. Por ello, pedimos que se extremen los controles para que la industria cumpla con el etiquetado y la producción sea verdaderamente de origen española. Las prácticas de ventas a precios tan ridículos de la distribución hacen mucho daño. Devalúan el producto. La guerra comercial entre supermercados, utilizando la leche como reclamo repercute al final en el precio que se paga al productor y deja al producto sin valor ante un consumidor que desconfía de la calidad del mismo, con lo cual bajan las ventas”, reclaman.
Así mismo, desde la Organización de Productores Lácteos insisten en que “nadie parece darse cuenta que este sector fija población en el medio rural, genera puestos de trabajo e inversiones a su alrededor, no solo en las granjas. Además de la responsabilidad de cuidar el ganado y de producir cada día con más calidad, con controles diarios e inspecciones constantes de granjas, instalaciones y animales. Todo esto cuesta mucho trabajo y mucho dinero. Una parte que nadie parece querer ver”.