Desde la semana pasada, cuando Atilra se ausentó de la mesa paritaria, el gobierno tomó un papel mucho más activo que el que venía manteniendo hasta ahora.
Durante el fin de semana hubo contactos entre ambas partes para buscar un acercamiento e intercambiar propuestas con miras de un acuerdo que evite profundizar el conflicto. El lunes, sin embargo, se habrían modificado las condiciones propuestas, lo que llevó nuevamente el diálogo al punto de inicio.
Durante cuatro horas la reunión paritaria ingresó en un punto muerto, y el pronóstico era el de una ruptura mayor al que se había ingresado, el pesimismo entre los mediadores llegó a tal punto que pidieron estar alerta a los integrantes de la comisión de garantías, un espacio conformado por representantes de la CGT y diversos empresarios y especialistas del derecho que determina cuán esencial es una actividad y si la medida de fuerza de un gremio no pone en juego otros derechos.
Cuando se estaba en esa situación, se abrió una posibilidad de llegar a un acuerdo, que si bien no tendría un consenso total, se podría llegar a firmar el próximo miércoles. Los detalles por el momento están sellados entre los presentes en la reunión, pero claramente se requería de consultas importantes, y por eso el cuarto intermedio hasta el miércoles.
Según pudimos recoger en EDN no hay grandes modificaciones entre lo que las partes se llevaron a sus oficinas para evaluar y lo que el gremio exige desde hace semanas, pero todos salieron sabiendo que mañana se realizará una nueva reunión con sólo dos posibilidades, o se firma ese acuerdo o Atilra comienza un paro más fuerte que el de la semana pasada.
Las cartas están sobre la mesa, y al parecer, no hay muchas chances de barajar y dar de nuevo.