Detrás de este repunte se esconden importantes diferencias regionales, con descensos en el sur y el este de Francia, probablemente relacionados con la aparición de la lengua azul.
Esta mejora de la producción permitió al sector exportar más que el año anterior (+9% en volumen, +2,5% en valor). En el mercado mundial, la presencia de los principales países exportadores se mantiene estable desde 2022, tras varios años de crecimiento.
En cambio, la producción de los países asiáticos está en auge, lo que ha reducido la demanda. El precio pagado a los productores se ha mantenido relativamente estable desde 2022, en torno a 450 euros por 1.000 litros, frente a unos 350 euros entre 2019 y 2021.
En los lineales, los productos lácteos han resistido bastante bien la inflación, impulsados por las compras de nata y queso. La interprofesional ha observado una ligera ralentización del crecimiento de las marcas blancas, tras un pico durante el periodo inflacionista.