“El consumo de bebidas vegetales no ha crecido como se esperaba y por eso las empresas que en algún momento nos habíamos llegado a plantear entrar en ese segmento, aunque solo fuera a nivel de estudios de mercado, hemos decidido frenar y esperar”. La reflexión es de Sílvia Domènech, directora general de La Fageda, una compañía láctea radicada en Catalunya que este año ha dado el salto para tratar de conquistar a los consumidores de Madrid y la Comunidad Valenciana. El negocio de la leche, de los yogures, de los helados y de los postres le está dando para vivir hasta ahora con cierta holgura y es ya la segunda marca en el mercado catalán. De hecho, su próximo lanzamiento es también un lácteo: una crema catalana que ya está a punto de salir a la venta.
Tras años de dificultades, la industria láctea española parece haber alcanzado cierta estabilidad. Lo confirmó hace un par de semanas la directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Elena Busutil, en la última reunión que mantuvo la mesa sectorial del vacuno de leche, en la que se constató que la producción láctea se mantuvo prácticamente estable en 2023, con un leve repunte del 0,1% con respecto a 2022. Los datos disponibles de enero a agosto de 2024, tanto en España como en el conjunto de la Unión Europea, confirman esta ligera tendencia al alza, informó Busutil.
CAMBIO DE TENDENCIA
También las últimas cifras que ha presentado la multinacional Danone, dirigidas a inversores en bolsa, van por esa misma senda. En el tercer trimestre de 2024, la compañía creció el 4,2%, por encima de sus propias previsiones, y el 4% respecto al segundo trimestre del este mismo año. La evolución del negocio de lácteos, que representa en torno al 52% de las ventas de la empresa, fue del 4,1%, “con una mejora relevante en el volumen, del 3,8% en el tercer trimestre frente al 2,6% del segundo”, recoge una nota elaborada por analistas del Banc Sabadell.
¿Cómo se explica este cambio de tendencia? Fundamentalmente, por el repunte del sector de la hostelería y por el uso de los lácteos como ingrediente en la industria alimentaria. Y en este último destacan el queso y la leche en polvo, dos productos que se incluyen en la elaboración de numerosos alimentos procesados, en platos preparados (como las pizzas y la pasta) y en la fabricación de piensos.
Estos dos factores (la hostelería y la industria) han compensado la reducción del consumo doméstico, que suma una pérdida del 29% en los últimos 20 años. Este descenso ha sido especialmente marcado, según la consultora Kantar Worldpanel, entre la población infantil, los niños de 0 a 14 años, algo atribuible en parte al descenso de la natalidad. Por eso, empresas relevantes del sector, como Pascual, han decidido dirigir su plan estratégico 2024-2027 hacia los consumidores más veteranos, los sénior, para los que acaba de presentar una leche enriquecida en calcio, con la que aspira a “llegar a duplicar la cuota de mercado en nutrición avanzada”, según apuntó el director general de Negocios, César Vargas.
Mención particular merece el buen comportamiento de los quesos, cuyas “exportaciones en la primera mitad de 2024 superaron a las del mismo periodo del año anterior, en que ya alcanzaron su máximo histórico tanto en volumen como en valor”, destacan fuentes de la organización interprofesional láctea (InLac), que agrupa a todo el sector productor de España. A diferencia de lo que ocurre en términos globales, el consumo de queso en el mercado doméstico sí crece de manera sostenida. “Ahora lo importante es que ese consumo sea preferentemente de producto español, en lugar de extranjero, que sigue siendo mayoritario. De ahí la campaña Quesea con quesos de España, con la que persigue fomentar el consumo de elaboraciones de origen nacional”, indican las mismas fuentes.
En todo caso, el consumo de productos lácteos en España tiene un patrón diferente al del resto de la UE debido a que el consumidor español, además del queso, se inclina en especial por la leche y los yogures, y por un consumo muy inferior de mantequilla.
NUEVAS AMENAZAS
Cierto es que la situación no es para lanzar cohetes, porque el censo de vacas de leche sigue siendo bajo, aunque “parece que se ha estabilizado en 2024”, en palabras de la directora general Busutil. “Hay que esperar a ver si se consolida esa tendencia, pero todo apunta a que no va a ser así”, avisa Marc Xifra, ganadero de Girona y portavoz del sector del bovino de leche en el sindicato agrario Unió de Pagesos. La sequía, que ha diezmado las cosechas de herbáceos, y sobre todo «las nuevas enfermedades que están atacando a las reses, como la lengua azul y la hemorrágica epizoótica» están siendo una sacudida importante. “La gente ha hecho grandes inversiones sus explotaciones y ver cómo se te infecta el ganado es de una impotencia absoluta”, afirma Xifra.
Por no hablar de los precios, prosigue el productor. “El año pasado fue un buen año en este sentido, y la leche se le llegó a pagar al productor a 0,60 euros el litro, pero ahora ha vuelto a bajar a 0,47 euros. Si ese importe no se revierte, los ganaderos vamos a tener que empezar a rebajar la producción y son cada vez más los que están barajando pasarse a la producción cárnica, que ahora se paga bien”, indica Xifra. El portavoz de Unió de Pagesos recuerda que, mientras tanto, siguen a la espera de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) les responda a la demanda presentada hace ya tres años en relación al pacto de precios que mantienen diversas distribuidoras.
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