Frente a la inminente ola de calor compartimos algunas recomendaciones y reflexiones para los tambos, su administración en estas circunstancias y el especial cuidado de los animales frente al estrés calórico

“De un tiempo a esta parte la sequía que se extiende en varias zonas del territorio argentino, acompañada por altas temperaturas, ha pasado a ser el tema excluyente en el sector agropecuario. A partir de mediados de diciembre, año tras año comienza a operar la espada de Damocles del clima, que se extiende hasta enero e incluso febrero, justo en la época crítica de producción de reservas. Y es precisamente es en el tambo donde estos efectos tienen mayor perdurabilidad en el tiempo. Si apelamos a las estadísticas, en los últimos diez años, son mayoría los años de falta de lluvias, o fuera de la ventana ideal de ocurrencia, y ha sido un común denominador las altas temperaturas en primavera/verano lo que agrava toda la situación”, comenta al médico veterinario Félix Fares.

La sequia y las altas temperaturas en el tambo1

A su vez, desde la comisión de lechería de AACREA, en cuanto al cuidado animal, se sugiere suspender o limitar lo máximo posible el trabajo en corrales, y de no poder evitarlo, realizarlo muy temprano en la mañana. Limitar los traslados de hacienda o realizarlos de noche. Asegurar agua fresca y limpia y chequear al menos la cantidad disponible y el funcionamiento de aguadas, tanques, molinos y bebederos al menos dos veces al día. Tener nafta disponible para las bombas de extracción de agua. Poner especial atención en los campos con aguas saladas. Procurar espacios y lugares de sombra y exposición al viento. En cuanto a la alimentación, disminuir la energía de la ración, asegurar fibra y en lo posible humedecer la dieta. Es de gran ayuda entregar el alimento en un 30% por la mañana y un 70% por la tarde y evitar la ventana entre las 9.00 y 17.00. Ante la observación de animales con baba, bajar la entrega diaria de comida hasta un 50%.

Es bueno también evitar aquellas dietas como pasturas pasadas o silos viejos que provocan exceso de actividad rumial e incremento calórico que pueden afectar la temperatura homeostática del animal, explica el Dr. Juan Cozzarín, médico veterinario.

El calor y la sequía afectan también a la producción de alimento para los tambos, “en una campaña como la presente se conjugan, por un lado, costos crecientes, no solo de implantación sino de confección, que ha trepado en forma importante con respecto a la campaña anterior. Y sumado a ello silos de bajo rendimiento, problemas de tapado por esos maíces arrebatados, que cuesta compactar y además poco granados: en suma baja calidad. El resultado será contar con silos de menor calidad, más secos que lo habitual y con muy poco grano. A eso hay que agregarle las pérdidas de pasturas, que en más de un caso habrá que pensar en resembrarlas (o intersembrar) en el otoño”. Explica Fares, y recomienda para los animales incrementar las medias sombras, los aspersores y los ventiladores en los corrales de espera.

En la semana que comienza, los días más críticos, serán jueves, viernes y sábado, con temperaturas mínimas elevadas que rondaran los 27 y 28 grados.

Principales recomendaciones para el cuidado de los animales:

• Agua de calidad en cantidad
• Revisar los bebederos y bombas sumergibles, aguadas y tanques
• Mover los animales solo si es indispensable en la madrugada o por la noche
• Evitar los trabajos en el corral
• Ordeñar preferentemente de madrugada y en las últimas horas de la tarde
• En corrales de espera bañar y refrescar con ventiladores a los animales
• Proveer sombra natural o artificial
• Cuidar la alimentación

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