La bautizada “operación del año” en el negocio del consumo masivo parece estar llegando a las instancias finales, sin que hasta ahora exista una definición sobre la eventual compra de Mastellone Hnos. por parte de la sociedad integrada por Arcor y Danone.
Este miércoles 28 de mayo vence el plazo legal establecido por los involucrados en el deal para definir el precio en el cual se debería cerrar el traspaso de la mayoría accionaria de la empresa dueña de la marca La Serenísima a la dupla conformada por la mayor productora de golosinas del país y el gigante lácteo francés.
La Serenísima, Arcor y Danone: día clave para la eventual venta
Así quedó establecido el pasado 28 de abril, cuando se dio a conocer públicamente la intención de Bagley Latinoamérica de sumar el 51% de las acciones de Mastellone que esta compañía conformada en partes iguales por Arcor y Danone no controlan en la láctea local.
Ese día, y mediante un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), la sociedad notificó su intención de sumar ese porcentaje al 49% que ya controla en Mastellone haciendo uso del a opción del contrato inicial firmado en el 2015 para ir quedándose con el control total de esta compañía antes de que finalice el 2025.
Arcor y Bagley tienen el derecho de ejercer una opción de compra (call) sobre el 51% restante, aún en manos de la familia Mastellone y del fondo de inversión Dallpoint Investments, mientras que los los vendedores se reservan la posibilidad de activar una opción de venta (put) antes de que concluya este año.
Mastellone Hnos. rechaza la oferta: postura repetida
Sin embargo, el mismo 28 de abril, desde Mastellone enviaron un comunicado a la CNV a modo de respuesta al anuncio de Arcor y Bagley, anticipando el rechazo a la oferta económica, lo cual abrió una ventana de 30 días para alcanzar un acuerdo sobre el valor de la operación.
Ese lapso está a punto de finalizar sin que existan certezas sobre el futuro del deal ya que el pasado 23 de mayo Mastellone volvió a enviar un comunicado a la CNV reiterando el rechazo a la propuesta y dando por finalizadas las conversaciones.
En ambas oportunidades, el vocero de la postura de los actuales accionistas mayoritarios de Mastellone fue Carlos Agote, CEO de la láctea y a la vez dueño del fondo Dallpoint que posee el 33% de las acciones de Mastellone mientras que otro 16% está en manos de familiares de los fundadores de la láctea creada a principios de 1927.
En los dos comunicados, el ejecutivo acusó a Arcor y Danone de haber enviado una oferta “que no cumple con los términos y condiciones establecidos en el contrato de opción”.
Si bien quedó claro que la postura perseguía un mejoramiento de la oferta inicial, hasta ahora esa posibilidad no se habría concretado, por lo que algunas fuentes conocedoras de los pormenores de las negociaciones apuntarían a una solución judicial.
Es decir, si antes de este miércoles 28 de mayo, los accionistas controlantes de Mastellone no reciben una oferta que satisfaga sus aspiraciones o si no se prorroga el plazo de las conversaciones, la operación podría complicarse al punto de iniciarse una serie de juicios cruzados entre compradores y vendedores.
“Si no hay acuerdo se abren instancias judiciales”, sostuvieron fuentes del mercado que siguen de cerca esta transacción, y reconocieron que los ejecutivos de Mastellone “están dispuestos a ir a un juicio para defender su posición”.
¿La venta terminará en la Justicia?
En este sentido, no queda claro aún las razones de la probable judicialización de la operación, aunque hay quienes argumentan que se debe a las interpretaciones diferentes que se esgrimen desde Mastellone y la dupla Arcor-Danone para la toma de control de la láctea local.
“Al no ponerse al día, teóricamente habría mecanismos judiciales que permitirían laudar”, agregan las fuentes, aunque queda claro que el mecanismo de los tribunales solamente terminaría dilatando el proceso por varios años, por lo cual otras fuentes del mercado entienden que todavía existe chance de un acuerdo económico.
Lo cierto es que después del último comunicado firmado por Agote, las relaciones entre los involucrados se tensaron, más que nada entre Mastellone y Danone, teniendo en cuenta que ya los unen negocios en común.
El inicio de la relación se remonta a una alianza para la producción y comercialización de yogures y postres bajo la marca La Serenísima. Más tarde, Danone adquirió la participación de Mastellone en este área.
De hecho, esta realidad hizo que el actual directorio de Mastellone pusiera en marcha el año pasado un plan para enfocarse en crecer “puertas afuera” liderando las exportaciones de leche en polvo, además de contar con una importante presencia en los mercados regionales, principalmente Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú y Uruguay, y también en otros mercados externos, como Argelia y China.
Los acuerdos con Danone
Actualmente, el holding francés ya opera varias de las marcas de Mastellone, que fue comprando en años anteriores, como en 2013, cuando pagó u$s22 millones por la división de leche para niños de la compañía local, que se comercializaba bajo la marca Crecer.
Pero ya en 1996 había cerrado un joint venture con el gigante francés para la producción, comercialización y distribución de yogures y postres de La Serenísima.
Del mismo modo, Danone controla desde la década de los 90 el proceso logístico de Mastellone, por lo que la sinergia entre ambas empresas es de larga data.
Es más, desde hace tiempo que vienen trabajando en la conformación de una nueva compañía unificada, conocida internamente como “La Serenísima Unida”.
El objetivo está puesto en que ambas empresas tengan una participación del 50% en esta naciente productora láctea para evitar que el control mayoritario esté de un solo lado.
Además, se pretende concentrar todas las operaciones de la marca en el país bajo una única estructura, en el marco de una operación que lleva el impulso casi total de Danone, que viene enfrentando un escenario complejo en la Argentina por la caída del consumo, presión de costos y dificultades para escalar su negocio local de productos refrigerados.
Concentrar negocios
De hecho, en el 2020 el grupo estuvo a punto de abandonar el país al poner en revisión su estrategia y sus operaciones locales, incluyendo un plan de retiros voluntarios y la evaluación de sus activos.
En ese momento, el objetivo del grupo europeo fue el de alinear su portafolio con sus metas globales, especialmente después de haber enfrentado desafíos en el mercado local, como la baja del consumo y el aumento de costos.
La eventual unificación también apunta a ganar eficiencia, desarrollar una estrategia de marca más integrada y reforzar el posicionamiento frente a un contexto “desafiante” para la industria láctea argentina.
En el plano internacional, el proceso derivaría en una fuerte expansión, teniendo en cuenta que en la actualidad la compañía concentra el 90% de su producción para abastecer el mercado local.
La idea es internacionalizar la marca La Serenísima, que es considerado su principal activo en un entorno de fuerte competencia como el que se da en el mercado lácteo local y global.
Recursos financieros
Como paso previo, a fines del año pasado, el directorio de Mastellone autorizó un endeudamiento financiero por hasta u$s30 millones que se encontraba atado a una serie de condiciones como la de obtener u$s10 millones mediante operaciones de prefinanciación de exportaciones y/o acuerdos para operar en descubierto con los bancos con los que opera Mastellone actualmente, a un plazo de vencimiento no superior al 30 de junio de este 2025 y sin garantía.
La segunda condición es la de evaluar la emisión y colocación por oferta pública de las Obligaciones Negociables (ON) por hasta un monto equivalente a u$s20 millones, a un plazo de vencimiento no superior también al próximo 30 de junio.
La tercera posibilidad es la de aprobar que, en el eventual caso que por razones del mercado de capitales la emisión de ON no sea factible en forma parcial o total, Mastellone pueda incurrir en la toma de endeudamientos bancarios en su reemplazo, a un plazo de vencimiento no mayor al 30 de junio de 2025, sin garantías.
El dinero serviría para encarar los futuros planes de inversión y de expansión que la láctea tiene en carpeta para enfocarse mayoritariamente al mercado externo o, dicho de otro modo, en el incremento de la rentabilidad de las operaciones de comercio exterior.
Esto marca que, a partir de la recesión en el mercado doméstico, Mastellone puso sus esfuerzos en enfocarse en crecer “puertas afuera” liderando las exportaciones de leche en polvo, además de contar con una importante presencia en los mercados regionales, principalmente Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú y Uruguay, y también en otros mercados externos, como Argelia y China.
Con esta estrategia pudo ofrecer al mercado un nivel de calidad crediticia por encima del promedio en comparación con otras empresas locales del sector, mostrando también una mayor capacidad para pagar sus obligaciones de deuda senior no garantizada de corto plazo.
De todos modos, debe competir en un entorno local limitado por el elevado riesgo de descalce de moneda, la exposición a riesgo regulatorio, la industria altamente competitiva que se traducen en márgenes de rentabilidad volátiles y menores en comparación a otras empresas de calificadas y del sector.
De hecho, posee bajos niveles de rentabilidad a través del ciclo, medido en términos de EBITDA, en comparación a otras empresas calificadas que hasta el 2023 fueron afectados por la caída en los niveles de consumo masivo de alimentos y particularmente de los lácteos, los elevados niveles de inflación, el atraso en el tipo de cambio y la baja de los precios internacionales que impactaron negativamente en las exportaciones.
Una década de compras
Pero para que este escenario se haga realidad, todavía falta desentrañar la “novela” de la compra de Mastellone por parte de los dueños del Bon o Bon y de la multinacional láctea europea que, desde hace ya una década vienen sumando acciones en la empresa dueña de La Serenísima.
La primera compra de acciones de Mastellone por parte de Arcor y Danone fue a fines de 2015, cuando se quedaron con un 25% de la láctea. En ese entonces se precisó además que la operación se concretó por u$s50 millones mediante un aporte de capital, complementado por la adquisición de acciones existentes de Mastellone por u$s10 millones.
Luego fueron sumando acciones con compras sucesivas hasta asumir el 100% del capital, lo cual debería ocurrir en este 2025.
En el apartado Consideración de la inversión en la Sociedad y celebración de acuerdos, el contrato original revelaba en detalle la estrategia del grupo cordobés de la familia Pagani y sus socios franceses.
Según el paper, el 4 de diciembre de 2015, Arcor realizó un aporte irrevocable en Mastellone para la suscripción de acciones ordinarias que fueron emitidas bajo una nueva clase designada como E con un valor nominal de $ 1 y un voto cada una.
Fue una emisión por u$s50 millones y además, los accionistas de Mastellone entregaron a Arcor una prenda de privilegio sobre el 30% de la dueña de La Serenísima.
Se detalla también que antes del 31 de enero de 2017, Arcor y Bagley realizarían otro aporte para suscribir por u$s 35 millones que fue efectuada luego de haber recibido el aval de las autoridades regulatorias de Brasil, donde Arcor es un jugador fuerte en el negocio del consumo masivo.
A cambio de este nuevo aporte, Mastellone emitió acciones por un 30,04% del capital social y votos.
La transacción también le otorgó a Arcor y Bagley Latinoamérica, subsidiaria de Bagley, la posibilidad de seguir adquiriendo acciones de la láctea entre 2017 y 2020 por hasta otro 19% del capital social., lo cual fue ocurriendo. A partir de ese año y hasta este 2025, fueron comprando hasta el 100% de Mastellone.
En el acta se asegura que el directorio de Mastellone aprobó por unanimidad la operación en todos sus términos y autorizó a los ejecutivos José Moreno; Antonio Mastellone y Carlos Agote para que negocien, firmen y otorguen “cualquier otro acuerdo, contrato, constancia, informe, certificación o cualquier otro documento que resulte necesario y conducente a los fines de llevar adelante la transacción”.
También se aclara en aquel momento que los primeros u$s50 millones ya aportados por Arcor y Bagley a Mastellone son necesarios ya que la láctea “requiere fondos líquidos en forma inmediata para solventar deudas de corto plazo y planes de reestructuración y expansión de sus negocios a la luz de ciertas estrategias de optimización y expansión”.
De hecho, las conversaciones entre dos de los principales jugadores del negocio alimenticio argentino se aceleraron luego de que desde Mastellone hicieron públicas sus intenciones de buscar un inversor que le permita al grupo salir a flote, luego de varios anos de balances negativos, y de la crisis que sufre el negocio lácteo.