Desde hace por lo menos cuatro años, y producto de la inestabilidad económica del país, la retracción del consumo masivo en un contexto de alta incertidumbre, la inflación imparable y los constantes cepos establecidos por el Gobierno, las empresas alimenticias vienen acumulando resultados negativos.
Basta con analizar los resultados financieros de las principales compañías del sector para deducir que, a pesar de que algunas presentan balances con cifras positivas, en la mayoría de los casos se trata de resultados que derivan de asientos contables que les permiten reflejar una mejora en sus ingresos.
Sin embargo, la realidad es otra ya que la estructura de sus ingresos sigue resentida y los problemas se profundizan a medida que crecen los controles de precios adoptados por el Gobierno desde la Secretaría de Comercio que han reducido los márgenes de rentabilidad al impedir una adecuación de valores acorde al incremento de los costos.
Un caso que viene siendo paradigmático para entender el escenario actual de este sector empresario es el de Mastellone Hnos, la dueña de La Serenísima y cuyo 49% del capital accionario es controlado por Arcor.
Según un informe enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), la láctea mostró ganancias netas por $2.756 millones durante los primeros meses de este año, contra los $976 de rentabilidad que había obtenido en igual período del 2022.
Sin embargo, sus resultados operativos siguen siendo malos. El año pasado había acumulado pérdidas en este sentido por $240,5 millones, producto del deterioro de sus márgenes de rentabilidad debido a la imposibilidad de trasladar los incrementos de costos principales a los precios de venta, lo cual tuvo efecto directo sobre el resultado de las operaciones comerciales de Mastellone en el mercado doméstico, principal destino de su producción. Adicionalmente, la caída del poder adquisitivo, como consecuencia de la alta inflación, produjo una baja en las categorías vinculadas al consumo de lácteos, siendo sus volúmenes de ventas también afectados.
En ese marco, logró un resultado neto positivo final del año gracias a la puesta en marcha de un plan de reducción de costos financieros, capturando el efecto pleno de la refinanciación de su deuda financiera de junio del 2021, y por el otro, a efectos de económicos no vinculados directamente con sus actividades productivas o comerciales.
Algo similar le ocurre a la mayor láctea argentina durante lo que va de este 2023, cuando los resultados arrojan una ganancia neta básicamente generada por un resultado positivo en el impuesto a las Ganancias y no debido a mayores operaciones.
Por lo menos así lo asegura la compañía en la nota enviada a la CNV, en la cual destaca “la significativa mejora registrada después de un primer trimestre afectado por la estacionalidad y la sequía, la cual impactó sobre el costo de la materia prima”. Asimismo, recuerda las medidas que ha venido implementando en materia de costos y gastos, lo que “nos permitió alcanzar una evolución positiva de nuestros resultados”.
Compensar la menor rentabilidad
De todos modos, los ejecutivos admiten no poder abstraerse del contexto económico del país, “el cual indudablemente tiene efecto sobre los márgenes de rentabilidad y los volúmenes de ventas”.
En este sentido, la compañía hace mención a estudios de mercado que marcan una cierta tendencia a la baja en el consumo para las categorías ligadas a productos lácteos, estando sus volúmenes en línea con tal comportamiento.
En materia de los negocios internacionales, desde Mastellone explican que orientaron la estrategia a los mercados regionales, obteniendo resultados económicos positivos, muy especialmente en Brasil, donde operan a través de su subsidiaria Leitesol.
“Estos resultados nos han permitido compensar parcialmente la caída en la rentabilidad del resto de las exportaciones debido al atraso en el tipo de cambio”, advierte el informe enviado a la CNV.
Expectativas del segundo semestre
En síntesis, luego de un primer trimestre complicado, desde la compañía entienden haber comenzado a revertir sus resultados, generando una tendencia positiva que confían se consolidará en la segunda mitad del año.
Al respecto sostienen que “el segundo semestre presentará importantes desafíos dada la incertidumbre producto especialmente de las próximas elecciones nacionales, sumado al estado de la marcha de la economía”.
En este sentido, en la empresa consideran como “claves” las novedades que puedan existir en materia de inflación, tipo de cambio, actividad económica, entre otras.
Además, hacen referencia al crecimiento estacional que registrará la producción de leche cruda, que tendrá su pico máximo en la primavera y que terminará volcándose en el mercado doméstico y en menor medida en la exportación, dado los escasos márgenes de rentabilidad actuales.
Dado este escenario, Mastellone llevará adelante una estrategia cuyos objetivos fundamentales serán los de continuar fortaleciendo su posicionamiento en los mercados domésticos, y también, sosteniendo la presencia en los regionales “donde contamos con excelentes oportunidades de rentabilización para nuestras exportaciones”.
En este último caso, el rol de las subsidiarias en Brasil y Paraguay, como así también los vínculos comerciales con Danone y Arcor serán claves para cumplir este objetivo.
“Contamos con todas las herramientas y fortalezas necesarias para afrontar estos desafíos, empezando por la potencia de nuestras marcas, la alta calidad de nuestros productos, la relación con los productores de leche, proveedores y especialmente nuestros recursos humanos”, destaca la empresa.