Inseminar demasiado pronto a una vaca de alta producción supone desaprovechar parte de su potencial para dar leche y genera problemas añadidos a la hora del secado. Este es el razonamiento que ha llevado a algunas granjas asesoradas por Ángel Ávila a implantar lactaciones prolongadas en sus animales más productivos.
Este especialista en nutrición ha explicado recientemente en un seminario sobre robot de ordeño organizado en Asturias por la Asociación Nacional de Especialistas en Medicina Bovina (Anembe) los criterios para la selección de las vacas y el momento de inseminarlas teniendo en cuenta su pico de producción.
“Diferenciamos primíparas y multíparas. En vacas adultas multiplicamos el pico de lactación por 2 y le sumamos los días desde el parto que ha tardado en alcanzarlo. Es decir, para una vaca que alcanza el pico de lactación a los 60 días con 51 litros el cálculo de cuándo inseminar sería el siguiente: 60 + (51×2) = inseminación a los 162 días”, explica Ángel.
Una vaca que alcanza el pico de lactación a los 60 días con 51 litros sería inseminada a los 162 días después del parto
En primer parto, diferencian 3 grupos distintos: “a las que bajan de 35 litros las inseminamos ya, sin esperarles; cuanto están entre 35 y 40 litros multiplicamos el pico de lactación por 2,2 y sumamos los días al que lo ha alcanzado y por encima de 40 litros hasta que recuperan carnes no inseminamos, lo que puede ser a los 180 días”, detalla.
“¿Qué sentido tiene inseminar una vaca dando 62 litros?”, se pregunta este especialista. “Si nos fijamos en las vacas de carne, muchas de ellas empreñan cuando destetan a los terneros”, sostiene.
Una de las granjas que realiza lactaciones prolongadas es SAT As Pandas, de Vilalba (Lugo), que ha mejorado con ello en aspectos productivos y reproductivos. “Tenemos medias de 1,9 dosis por vaca preñada. Al inseminar a las vacas cuando bajan a la leche tenemos tasas de preñez a la primera inseminación muy buenas”, insiste Ángel.
Al alargar las lactaciones necesitamos menos recría
En la explotación la primera inseminación se pone, de media, a los 150 días. Las primerizas alcanzan el pico de lactación a los 100 días y las vacas adultas a los 60. “Todo son ventajas, porque al alargar las lactaciones necesitamos menos recría y bajamos la huella de carbono de la granja”, añade.
Producción vitalicia y número de lactaciones
As Pandas realiza lactaciones de entre 400 y 500 días, lo que le ha permitido incrementar de manera considerable la producción por parto. “Supone pasar de 20.000 litros a los 305 días a 29.000 alargando la lactación”, indica. “Tenemos vacas con 3 lactaciones que han hecho 90.000 litros de leche”, detalla.
Ángel defiende que “el período seco es un período improductivo que cuesta dinero al ganadero”. “Yo soy un enamorado de la eficiencia. Si hacemos 90.000 litros con 3 lactaciones prolongadas es mejor que hacerlos con 5 lactaciones convencionales, porque nos estamos ahorrando 2 períodos secos”, argumenta.
Alargar la lactación de 305 días a 400 supone pasar de 20.000 litros a 29.000 por parto
Ese mismo criterio de eficiencia es el que aplican para establecer el número de animales por robot. SAT As Pandas ordeña 130 vacas en 3 robots de ordeño, con medias de 45 kg por vaca al 4% de grasa y 3,4% de proteína.
“Los beneficios de la granja han pasado de 62.000€ a 69.000€ al pasar de 2 a 3 robots, sólo con 10 vacas más”, detalla. “Si haces 2.500 litros de leche por robot con menos vacas estás siendo más eficiente, porque no se trata de meter más vacas por robot, sino de sacar la misma leche con menos vacas en el robot”, argumenta.
Pero pese a los beneficios de esta nueva estrategia de inseminaciones retardadas, aclara que no sirve para todas las granjas. “Llevamos 2 o 3 años implantando lactaciones prolongadas en algunas ganaderías, pero tienen que ser ganaderías buenas, con altas producciones y buen manejo”, insiste.
Manejo de la nutrición en ordeño robotizado
Uno de los aspectos clave para minimizar los retrasos en una granja con ordeño robotizado es la alimentación. “Para estimular la frecuencia de ordeño e incentivar que las vacas asistan voluntariamente al robot debemos manejarlo a través de la formulación, porque si la vaca está muy saciada no acudirá al robot”, afirma Ángel Ávila.
Por eso, insiste, “debemos tener una ración balanceada, porque si hacemos una ración muy energética en el pesebre la vaca no irá a ordeñarse al robot, donde el aliciente es el pienso”, explica.
En vacas de alta producción, el consumo de agua está también íntimamente relacionado con la ingesta. “SAT As Pandas era una granja con muchos problemas de postparto (cetosis y cuajares) en invierno, sobre todo en los meses de enero a marzo, y se solucionó calentando el agua de los bebederos, porque el agua estaba muy fría y las vacas no bebían, y como no bebían, no comían tampoco lo suficiente”, ejemplifica Ángel.
El éxito de una dieta es 80% manejo del ganadero y 20% del nutrólogo
Este experto en nutrición diferencia también entre lo que la vaca come y lo que aprovecha. “Los forrajes para robot tienen que ser muy digeribles. Una alta digestibilidad implica que se vacía rápidamente el rumen, por eso cuanta más fibra neutro detergente libre de cenizas tengamos digerible a las 30 horas mejor irán nuestras vacas y más leche obtendremos”, aclara.
Digestibilidad
Por el contrario, una mala digestibilidad traerá como consecuencia una menor asistencia al robot. “Cuando la fibra indigestible es mayor a un 0,4% de su peso vivo, la vaca no va al robot, se queda en el cubículo”, explica.
“El ganadero, cuando llegan los análisis del silo, pregunta cuánta proteína tiene y no cuánto digiere la vaca de eso. El objetivo en silo de raigrás es lograr más del 60% de digestibilidad en las primeras 30 horas. Hay un incremento de 6 litros por vaca y día entre meter un silo de hierba de buena calidad y uno de mala calidad, metiendo la misma cantidad en la ración”, indica.
Hay un incremento de 6 litros por vaca y día entre meter un silo de hierba de buena calidad y uno de mala calidad en la ración
La tendencia actual en Galicia es hacer silos de raigrás con entre un 22 y un 28% de materia seca, segando con rotativas acondicionadoras y cortando más alto. “Así se evita tener que extender e hilerar la hierba, por lo que se ahorra en maquinaria y se evita el riesgo de arrastrar tierra”, destaca. Pero la hierba con mucha humedad tiene pocos azúcares y fermenta mal, por lo que son necesarios conservantes químicos o inoculantes si el grado de humedad es muy alto.
En cuanto al silo de maíz, asegura, “no debemos buscar sólo grano, sino que toda la planta sea digestible”. “Las vacas dan más leche con un maíz verde con poco grano que con un maíz muy seco, porque es más digestible. Produce más leche un silo de maíz con un 30% de materia seca y un 30% de almidón frente a otro silo con un 35% MS y 35% de almidón”, insiste.
Por eso, a la hora de ensilar un maíz para vacas de leche, “el maíz tiene que soltar también leche a la hora de picarlo. Eso es lo que yo digo a mis ganaderos para que lo entiendan”, indica.
Las vacas dan más leche con un maíz verde con poco grano que con un maíz muy seco
El objetivo es lograr silos con niveles cercanos al 35% de almidón y con una buena digestibilidad, “pero no es fácil de conseguir en zonas donde el maíz se seca mucho”, reconoce Ángel.
“Con silos de maíz de alta digestibilidad las curvas de lactación se aplanan y las vacas aguantan mucho mejor la producción en los meses de verano”, indica. En cuanto al grano húmedo, “si se hace bien, es más barato que la harina de maíz y produce más leche porque tiene más energía”, compara.
Cortar más alto
Ángel Ávila es partidario de picar más alto el maíz, ya que otra forma de aumentar la digestibilidad es aumentar la altura de corte. “La diferencia entre picar a 17 cm o a 39 cm en una granja de 100 vacas equivale a 30.000€ más al año de ingresos por venta de leche”, calcula.
Cuando picas el maíz muy bajo estás metiendo 3 kg de paja de baja calidad en la ración
Pero, ¿cómo convencer a un ganadero para que corte el maíz más alto y luego le eche medio kg de paja a la ración? “Primero porque la parte baja del maíz aporta fibra de mala calidad, ya que es todo lignina, por lo que estás metiendo 3 kg de paja mala sin darte cuenta, y además porque estás metiendo una cantidad enorme de hongos al silo, que es lo que hay en la parte baja del maíz”, asegura Ángel.
Pero aclara que “si el maíz tiene una buena digestibilidad, no necesitas meter paja en la ración, aunque yo prefiero meter medio kg de paja controlada que 3 kg de paja de mala calidad procedente de la parte baja del maíz”, insiste.
Esperar 6 meses para abrir el silo
Además de elegir el momento idóneo de ensilado y realizar una recogida y procesado adecuada, logrando así llevar al silo un forraje digestible, es necesario garantizar su posterior conservación en el silo, para lo que Ángel recomienda el uso de conservantes. “Los conservantes hay que meterlos siempre, porque una buena comida pero mal conservada la vaca no se la va a comer”, asegura. Los objetivos de conservación a lograr serían más de un 10,5% de ácido láctico, menos de un 3% de ácido acético y menos de un 0,8% de ácido butírico.
Otro consejo que Ángel da es esperar al menos 6 meses para abrir el silo de maíz. “Si lo hacemos en octubre, lo ideal es abrirlo a partir de marzo. Si lo abrimos muy pronto habrá mucho almidón en heces”, advierte.
Perdemos un 14% de digestibilidad abriendo el silo antes de tiempo
“Hay 14 puntos más de digestibilidad entre abrir un silo de maíz a los 2 meses o hacerlo al año. No sólo las vacas suben en leche, sino también en sólidos (grasa y proteína). Realmente merece la pena esperar para abrir el silo”, asegura.
Pienso en el robot
La posibilidad de dispensación individualizada de concentrado en el robot de ordeño en función de parámetros como producción, número de lactación, días en leche o días al parto permite una alimentación de precisión.
Los concentrados para la estación de ordeño deben ser altamente palatables, formulados con ingredientes como DDGs, cebada, trigo, avena o melazas y reducir los ingredientes menos apetecibles como jabón cálcico, minerales y buffers.
Para animales de alta producción es recomendable que el concentrado sea en forma de péllet (3,5 – 4 mm) y alto en fibra soluble, para evitar acidosis y mejorar la durabilidad del péllet. Se aconseja también aportar edulcorantes y aromatizantes al péllet para mejorar su apetecibilidad, tales como naranja, melón o vainilla.
El tiempo de rumia debe ser superior a 400-450 minutos por día y por debajo de 250 minutos existe un alto riesgo de acidosis ruminal
Lo deseable es que no tengamos, a nivel de granja, diferencias superiores al 3-4% entre la cantidad de pienso programada en el robot y la consumida. Si superamos esa desviación deberemos modificar los permisos de ordeño.
Pueden ser varios los motivos por los que una vaca no come la cantidad de concentrado programada para ella, bien por baja afluencia al robot, bien por tener un flujo de leche alto, etc.
Ninguna marca de robot es capaz, a día de hoy, de pesar el pienso que queda en el comedero, por lo que no sabemos realmente cuánto ha comido la vaca, sino simplemente cuanto le ha dado el robot.
Sistemas de alimentación automáticos
Ángel tiene sus esperanzas puestas en los nuevos sistemas de alimentación automatizada y considera que permitirán dar un salto de calidad en nutrición de precisión. “El siguiente proceso de robotización que vamos a tener en las granjas va a ser la alimentación. Aún están empezando y les falta desarrollo, como cuando aparecieron los robots de ordeño, pero van a empezar a aparecer muchas máquinas de este tipo; es algo que va a ser imparable”, augura.
Cuantas más veces arrimemos la comida, más ingesta vamos a tener
A su juicio, entre las ventajas de estos sistemas autónomos está el aporte de datos sobre alimentación y su mayor precisión a la hora de realizar la ración. “Al hacer el carro pasa un poco como con el ordeño, que depende mucho del operario que maneje el carro, y a veces si faltan 4 kg de silo no se vuelve para cargarlos, mientras que la máquina va a hacer la ración siempre igual ”, razona.
Cuando un ganadero carga el carro con una pala y le faltan 4 kg de silo, normalmente no vuelve a cargarlos
En cuanto al manejo de la ración en el comedero, “cuantas más veces arrimemos la comida, más ingesta vamos a tener, pero yo soy partidario de echar de comer más de una vez al día, porque es comida fresca. Es mejor eso que hacerla una vez al día y arrimar después más veces”, argumenta.