El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (Ocla) advirtió por impactos “muy negativos” que podrían darse en los tambos y en la industria láctea, si no repunta el nivel de exportaciones.
En base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el Ocla señala que entre enero y noviembre se exportaron 263.310 toneladas de productos lácteos, lo que significa una caída del 11,1 por ciento con respecto al volumen comercializado en el mismo período de 2018.
Este comercio exterior representó una facturación de 804,8 millones de dólares, lo que supone una caída del 10,8 por ciento.
“Sobre una producción de leche acumulada a noviembre de 9.396 millones de litros, la producción destinada al mercado externo representó en litros de leche equivalentes el 19,5 por ciento del total producido en Argentina”, indica el Ocla en su reporte.
Retenciones y dólar
Según el análisis del Observatorio, un problema es que si bien las exportaciones de noviembre se mantuvieron en niveles altos respecto a los de los primeros nueve meses del año, fueron casi iguales en volumen que en octubre e inferiores en valor.
El mayor inconveniente es que, por factores estacionales, la lechería ingresa en el verano en un momento bisagra en que se reduce la producción de los tambos. A la par, los cambios ocurridos con las retenciones y con el reciente desdoblamiento cambiario perjudican a toda la cadena de manera transversal.
“Es probable que las exportaciones desde diciembre, y en adelante, no presenten altos registros en función de la menor producción estacional. Y sobre todo porque el principal producto de exportación (leche en polvo entera), ha tenido un incremento importante en los derechos de exportación, el tipo de cambio oficial se mantiene fijo a pesar que el proceso inflacionario continúa y el dólar no oficial sigue subiendo”, repasa el informe.
Y completa: “Además, hubo una importante caída de los precios internacionales en la última subasta del Global Dairy Trade”. En concreto, la leche en polvo se derrumbó 6,7 por ciento para ubicarse apenas por encima de los tres mil dólares la tonelada.
“Esta situación de menor incentivo para las exportaciones de productos lácteos (todos productos con valor agregado), si no se contrapone con incrementos en los niveles de consumo interno (2019 presenta un consumo seis por ciento inferior a 2018) puede generar resultados muy negativos para los dos eslabones principales de la cadena láctea: producción primaria e industria”, alerta el Ocla.