Desde las industrias lácteas aseguran que la situación es “insostenible”. Los productos aumentaron un 7% contra un incremento de costos del 49% y una inflación oficial del 36%.
Según los números de las lácteas, los costos se incrementaron un 49% durante el año pasado, al considerar los aumentos en la materia prima, los salarios, la logística y los salarios, entre otras variables.
Según el Indec, la inflación anual del 2020 fue del 36% y el precio del sachet de leche fluida aumentó un 5%. Los lácteos que están en el programa Precios Cuidados tuvieron una actualización del 7,4%, en promedio, y los que se encuadran en el programa Precios Máximos directamente quedaron congelados.
“Esta situación de costos cercana al 50% y un aumento promedio en precios de sólo 7%, genera situaciones de quebrantos no sólo en las empresas sino también en toda la cadena”, advierten desde las industrias lácteas.
A este escenario hay que sumar los costos adicionales que tuvieron las empresas lácteas por los protocolos para enfrentar la pandemia de covid.
Las empresas lácteas -la mayoría vuelca su producción en el mercado interno- insisten en que la situación es insostenible y recuerdan que durante todo el año pasado las industrias que cotizan en bolsa tuvieron balances negativos.
De continuar esta coyuntura, el riesgo es que suceda algo similar a lo que pasó con la cadena de la carne vacuna a finales de la década pasada, cuando se perdieron millones de vientres por la fuerte caída en la rentabilidad.