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27 Nov 2024
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Por más de U$S 160.000, la empresa realizó este viernes el envío número 51 a Curitiba y San Pablo, ya pisa todo el Mercosur y piensa seriamente en Perú.

Eduardo Tonutti conoce muy bien los procesos de exportación de productos lácteos entrerrianos al mundo. De hecho fue uno de los impulsores de Vederlac, el consorcio compuesto por cinco empresas que unos 15 años se conformó para reunir volumen, agregar valor y ganar mercados externos que le brindaran más rentabilidad y diversificación a la leche de la provincia.
Los avatares y algunos desencuentros hicieron de aquella experiencia un hito que alguna vez será ponderada en su real dimensión.
Hoy, concentrado en la producción de unos 20 tipos de queso de calidad y para nichos determinados, el empresario diamantino nunca dejó de mirar el mundo como una alternativa en su estrategia de comercialización. Sin embargo, en los últimos años había profundizado su posición en el mercado interno ocupando plazas en muchas provincias argentinas, con particular atención en nichos selectos vinculados a la gastronomía y los procesos de agregado de valor, especialmente en las ciudades más grandes y con mayor rotación.
Sin embargo, desde marzo, sintió que la pandemia del Covid 19 le marcaba un nuevo mapa de desafíos y con la caída del mercado interno para sus productos especializados debió reconvertirse rápidamente. Junto a su hijo Catriel, de 30 años, recalcuron su mirada en los países limítrofes buscando colocar su oferta y aprovechar los mejores precios que la crisis cambiaria argentina le otorga a quienes ingresan dólares.
Así fue que este viernes Lácteos Tonutti realizó su exportación número 51 desde que a mediados de 2018 volvió a conformar una estructura -que dicen que buscan profesionalizar cada día más- y Dos Florines fue invitado a cubrir la carga en los camiones de gran envergadura que llegarán hasta Curitiba y San Pablo. Ese día, además, se desplegó una visita a una modernísima planta con inversiones millonarias que empujan a la empresa ubicada en Villa Libertador San Martín a una automatización inevitable.
También ha realizado envíos por barco llegando a los puertos que están ubicados en Salvador de Bahía y los que están más arriba, en el nordeste del país. El avión, por su costo, lo hace inviable como opción, y por ahora se mantiene vía terrestre o marítima.
Se trata de dos equipos de 24 toneladas cada uno de quesos mozzarella especial y Romano -con la propiedad de ser de cocción y rallado, muy requerido por los brasileros- y que representan unos 165.000 dólares, que cotizan al valor oficial de unos 76 pesos y sobre el que se le aplican 5 % de retenciones, se encargarán de explicar Eduardo y Catriel cuando se le consulta sobre el monto de la operación. Agregarán que no pueden retenerlos más de cinco días, he aquí el lapso del parking.
Estos empresarios, segunda y tercera generación ya que hablan con orgullo del esfuerzo del Tonutti fundador, aseguran que están en un buen momento, pero con la rentabilidad al límite, aunque creciendo y con expectativas.
“La rentabilidad ideal para nuestro negocio sería un 5 %. Con estos cambios que hicimos y la posibilidad de profundizar las ventas al mundo nos pusimos apenitas por encima de los costos, ahí nomás. Esperamos que se recupere el mercado interno, que vuelvan a funcionar los nichos donde operábamos y podamos mantener esta estrategia externa con nuevos mercados. Pero les aseguro que nada es fácil”, dice Eduardo con la anuencia de su hijo que se ha convertido en un puntal para el funcionamiento corporativo.
Tecnología.
Para ingresar a la enorme planta productiva hay que firmar un protocolo de seguridad ambiental. Se provee de delantal, gorra y cofia para los pies y ni bien se ingresa se advierte algo que desde la ruta que va de Racedo a Puiggari es imposible notar. Su hermana Otilia, responsable de Producción, inspecciona con rigor prusiano que se cumplan los controles.
El nivel de tecnología de la planta habla de un alto nivel de inversión y la última máquina incorporada de Córdoba permite optimizar todos los procesos de los quesos barras y que evita el contacto de la mano humana desde que la leche ingresa a los grandes toneles metálicos hasta que salen los productos terminados e ingresan en la salinización y posteriormente el envasado.
La pulcritud impera. Todos los empleados ataviados en forma sistemática y cumplen con precisión las 20 horas diarias de producción y las cuatro restantes en limpieza de todas las instalaciones.
El número de quesos que circula por las cintas y piletas es incesante. Describen que cada exportación de este tipo es el producido de un par de días, y eso se advierte en el nacimiento permanente de quesos y la estiba en las cámaras frigoríficas determinadas donde un zampi (elevadores) va y viene estibando cajas.
“El proceso de comercialización nos obliga a tener este nivel de stocks, y además, la rotación nos define los tiempos”, describen los Tonutti.
Es que en su cadena de comercialización se cuentan, además, los distribuidores que venden la marca, las comercializadoras que lo colocan en toda la Mesopotamia, Chaco y Formosa, sin perjuicio de Buenos Aires y Rosario donde hay mercados más selectos como los gastronómicos, la fuerte penetración en sandwichería, empanadería e individuales que se adquieren en estaciones de servicios de todo el país. En este sentido, también venden suero con trazabilidad a la empresa La Sibila – de Federico Boglione- y mostrarán este sector que funciona, dentro de la planta de unos 5 mil metros cuadrados, con alguna independencia en los procesos.
Estos mercados desde marzo se achicaron y allí salieron a compensar con las exportaciones. Hoy la empresa elabora unos 200.000 litros de leche diarios, para lo cual requiere que unos 20 camiones lleguen desde tambos de unos 100 kilómetros a la redonda, y esto incluye a los cinco tambos propios que provee a la empresa y que aporta casi el 25 % del total.
Para Eduardo Tonutti esto es una limitante ya que traer la leche desde más lejos dificulta el costeo y, a pesar que valora la estructura de pequeños tambos que tiene la provincia y su atomización, cree que la falta de una política a largo plazo sigue siendo una carencia recurrente en Entre Ríos. “Este tipo de estructura termina limitando las inversiones en las empresas de la provincia y el sector está limitado. Con apoyo y políticas claras podríamos pasar de producir el 4 % de leche en el país a un 15 %. Para las empresas es muy difícil planificar y la incertidumbre es clave a la hora de la inversión. Se hace muy difícil para las Pymes lácteas de la región”, subraya el empresario, uno de los hombres clave de las instituciones en la provincia y el país, y con fuerte incidencia en la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER).
Expectativas.
“Con Brasil compartimos la estación de la primavera y eso hace que tengamos la zafra simultáneamente, por lo que el volumen de leche también crece allí y mucho más se dispone a quesería, por lo que la oferta crece y la importación decae. Esto está pasando ahora y los pedidos están un poquito planchados, por eso es que estamos trabajando en la captación de nuevos mercados”, expresa Catriel cuando describe el momento de los flujos externos.
Sin embargo la expectativa es alta ya que creen que estos mercados seguirán creciendo y hay que sostener el criterio comercial y garantizar la calidad. A pesar las poco felices experiencias en las grandes cadenas en la Argentina, no es un canal que desechen y esperan mejores condiciones. Pero es en Brasil y Chile -donde ya tiene envíos realizados- y esperan ingresar directamente como proveedores de grandes marcas de supermercados ya que eso acorta la cadena comercial y mejora los ingresos, superando el 5 %, describen sin problemas en la entrevista periodística.
Sin embargo, en este punto expresan preocupación porque se dan algunas externalidades que terminan siendo barreras paraarancelarias como las diferencias de criterios que tienen los organismos de control -El Senasa y su par brasilero- lo que genera complicaciones, aunque asegura que los entes están trabajando en eso y es posible que exista una especie de aduana común para facilitar el intercambio comercial entre ambos países.
Los quesos de Tonutti salieron para Brasil el viernes. Tardarán unos 10 días para llegar a destino y con suerte ya estarán preparando un nuevo envío para estos países, donde, confían, están poniendo todos los esfuerzos en las plataformas de comercialización en una visión abierta y asociativa en la que tienen depositadas las expectativas.

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