En total, el gasto promedio en abril se ubicó en $2.850, por lo que el 92,1% de ese importe fue abonado con la Tarjeta Alimentar, y el 7,9% con otros medios de pago.

Los beneficiarios de la Tarjeta Alimentar pagaron un ticket promedio de $2.625 durante diciembre, concentrando las compras en un 41,9% en productos lácteos y carnes, según surgen de datos oficiales.

Justamente, en el periodo enero-abril se observa que los alimentos recomendados nutricionalmente fueron los que sufrieron el mayor incremento de precios con un alza del 8,6%, de acuerdo a los registros del programa dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, canalizada a través de la ANSES.

En total, el gasto promedio en abril se ubicó en $2.850, por lo que el 92,1% de ese importe fue abonado con la Tarjeta Alimentar, y el 7,9% con otros medios de pago.

Vale recordar, que en el marco del Plan Argentina Contra el Hambre (PACH), la Tarjeta Alimentar fue lanzada el año pasado y ya alcanza a 4 millones de niños menores de 14 años, uno de los sectores sociales más vulnerables. En la actualidad, todos los meses se acredita un monto para consumir en alimentos según la siguiente escala:

En el PACH los productos se dividen en tres categorías según su valor nutricional: alimentos recomendados, alimentos no recomendados y otros alimentos. En un repaso de las compras por categoría el relevamiento destaca que “desde febrero está cayendo la participación de lácteos y de frutas. Aunque en abril, se recuperó el consumo de proteínas de la carne y de verduras, que también habían caído”.

Por su parte, entre los alimentos no recomendados las gaseosas vienen perdiendo peso en la distribución del consumo desde febrero. En tanto que entre los otros tipos de alimentos se destaca el incremento del consumo de harinas sin azúcar y el azúcar. Mientras que el consumo de aceite se mantuvo casi invariante, luego de un alto incremento en el mes de marzo.

Un dato interesante del informe es que según los datos de la Cámara de Tarjetas de Crédito y Compra (ATACYC) sobre ventas pagadas con Tarjeta Alimentar según la denominación del comercio, el 68,8% de las ventas se realizan en almacenes y supermercados, lo que evidencia la penetración del beneficio y el círculo virtuoso que genera en el consumo de los comercios de cercanía.

El gasto y el impacto de la inflación en la Tarjeta Alimentar

En cuanto al consumo por tipo de alimentos, el informe señala que luego de un descenso en julio de 2020, el consumo de alimentos recomendados comenzó a recuperarse hasta llegar en diciembre a un marcado incremento (fundamentalmente de carnes), producto de las compras por las fiestas de fin de año. En enero de 2021, el consumo de los alimentos recomendados subió aún más (54,4%), impulsado por los lácteos. Sin embargo, a partir del mes de febrero el consumo de estos alimentos experimentó una tendencia a la baja (51,9% en febrero, 51% en marzo y 50,6% en abril).

Por otra parte, en lo que va de 2021 el consumo de alimentos no recomendados se mantuvo en niveles superiores a los experimentados en 2020 con un 19,3% de participación; a excepción del incremento de diciembre que, nuevamente, se explica por las compras asociadas a las fiestas.

En cuanto al monto que destinan los titulares de la Tarjeta Alimentar a cada categoría de productos, entre marzo y abril el gasto en alimentos recomendados pasó del 51,2% al 51,9%; el de otros alimentos se mantuvo en 21,9% y el de no recomendados bajó del 27,0% al 26,1%. En abril “es el primer mes del año en que baja el gasto en alimentos no recomendados, aunque, como se vio anteriormente, el consumo se mantuvo todos los meses en 19,3%”, señala el informe.

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