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27 Nov 2024
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La empresa de productos lácteos recontrató a su ex director general para retomar el crecimiento perdido. Las primeras cifras son positivas, pero los inversionistas aún no parecen convencidos.

Arquímedes Celis no logra jubilarse. El ejecutivo estuvo al frente de Grupo Lala entre 2001 y 2015, cuando renunció a los 62 años con la intención de retirarse del mundo laboral. Pero sus sustitutos, en comparación, no duraron mucho en el cargo de director general: Scot Rank, ex CEO de Walmart en el país, lo ocupó entre 2015 y 2018; y Mauricio Leyva, ex CEO de Grupo Modelo, en 2018 y 2019. Esta alta rotación en un puesto clave indica que ninguno cumplió con las expectativas del consejo de administración presidido por Eduardo Tricio.

Y en febrero de 2020, éste recurrió a un viejo conocido para que retomara el rumbo de una compañía que había perdido tres cuartas partes de su valor en Bolsa: Celis regresó como CEO en ese mes, con los objetivos de “aumentar el valor a nuestros accionistas” y “recuperar los niveles de margen de nuestro negocio en México”. ¿Lo ha conseguido? De momento, la respuesta es: a medias. Las primeras cifras muestran una mejora en la rentabilidad, pero la recuperación en la Bolsa es muy leve.

De dónde viene

Grupo Lala nació en 1949 con la creación de la Unión de Crédito de Productores de Leche de Torreón, y con los años se convirtió en una de las principales marcas de productos lácteos en el país. Su fama y reputación se confirmaron en 2013, cuando su Oferta Pública Inicial marcó historia al recaudar 14,055 millones de pesos y convertirse en la mayor salida a Bolsa del mercado mexicano. Todo parecía marchar bien, y Arquímedes Celis decidió retirarse.

Con Scot Rank al frente, Grupo Lala puso la vista más allá de México y decidió consolidar su internacionalización en Centroamérica, Brasil y Estados Unidos a través de numerosas compras de otras empresas. Entre ellas, dos de las mayores adquisiciones de la historia de la compañía: Vigor en Brasil, a cambio de 1,380 millones de dólares; y Laguna Dairy en Estados Unidos, por 249 millones de dólares. Esto aumentó las ventas totales anuales, pero también incrementó la deuda y redujo la rentabilidad.

Los analistas se mostraron muy críticos: en general, opinaron que los montos de las operaciones aumentaban demasiado la deuda y reducían el flujo operativo de la empresa. Según ellos, la empresa buscó crecer demasiado rápido con las compras fuera de México, y existía el riesgo de perder el foco en mercados con una cultura muy diferente a la mexicana, como Brasil. Los inversionistas parecieron pensar lo mismo, y las acciones de Lala comenzaron a caer en Bolsa. Rank dejó el cargo en 2018.

Lala apuesta a la continuidad para convencer a un mercado esceptico1

Tomó su relevo el colombiano Mauricio Leyva. “Su nombramiento confirma la confianza que tenemos en el inicio de una siguiente etapa que nos permitirá capitalizar las inversiones realizadas en los últimos años, retomar el crecimiento y reactivar la rentabilidad de Lala”, dijo entonces Eduardo Tricio.

La estrategia de Leyva fue conocida por las constantes innovaciones y lanzamientos que ampliaron el portafolio de productos. Sin embargo, los analistas critican que fueron demasiadas novedades lanzadas en muy poco tiempo. No se reflejaron en las ventas, que durante 2019 sólo crecieron 0.5%, mientras que los gastos realizados golpearon el resto de rubros: el flujo operativo o Ebitda retrocedió 27.5% y la utilidad neta se desplomó 86.5%. A finales de 2019, Lala anunció la salida de Leyva.

Ante este vaivén de CEOs, que muestra retos en el gobierno corporativo de la compañía, el mercado también reaccionó negativamente. Tras la inesperada noticia de la marcha de Leyva, las acciones cayeron 8% y tocaron, en ese entonces, su mínimo histórico.

Las cifras del periodo de estos dos directores generales muestran una empresa que creció a base de adquisiciones y de aumentar la deuda —lo que para la compañía es una apuesta a largo plazo, pero que no suele gustar a los inversionistas—, pero cuya rentabilidad bajó: la utilidad de operación pasó de 5,640 millones de pesos en 2015 a 5,400 mdp en 2019, y la utilidad neta cayó de 3,950 a 1,850 mdp. Los pasivos se multiplicaron por ocho. En esos periodos, el precio de la acción pasó de un máximo de 47 pesos en abril de 2016 a 16 pesos a finales de 2019.

Lala apuesta a la continuidad para convencer a un mercado esceptico2
Lala apuesta a la continuidad para convencer a un mercado esceptico3

Hacia dónde va

Arquimedes Celis regresó dejando las cosas claras. En una conferencia con analistas e inversionistas, con motivo de la presentación del reporte anual de 2019 —ese que presentaba más números rojos de lo deseado—, y apenas unos días después de asumir el cargo, afirmó que había que cambiar de rumbo y dio a entender que los tiempos de comprar empresas y enfocarse en nuevos lanzamientos habían terminado: “Cuando un CEO llega a la empresa, siempre hay una emoción sobre las cosas que se pueden lograr en cualquier empresa. Y creo que ese ha sido el caso aquí. Desafortunadamente, toda esa emoción se debe adaptar primero a la comprensión profunda del sector y la comprensión profunda de la empresa. Creo que, en general, una cosa es tener una propuesta de valor muy creativa para los consumidores y otra cosa es poder implementar esas ideas”, señaló. “Para comenzar, necesitamos corregir los conceptos básicos para mejorar sustancialmente el rendimiento operativo. Esto significa reequilibrar y empujar de acuerdo con la demanda del producto. Significa reducir el desperdicio de productos en nuestras cadenas de suministro en México y minimizar las pérdidas de materia prima en nuestros procesos de producción”, agregó.

A pesar de este propósito de reducir los lanzamientos, ahora acaba de anunciar su apuesta por un segmento donde casi no tiene presencia, pero donde ve mucho potencial de crecimiento: las carnes frías. El 6 de abril, la compañía reveló 11 nuevos productos para su marca Plenia, con la que compite en este segmento. “Definitivamente, optimizar y quedarse con un portafolio relevante es prioridad, pero en el caso de carnes frías tenemos todo por crecer, y por eso generamos un equipo abocado al desarrollo de este negocio”, declaró Miguel Fuertes, vicepresidente comercial y de nuevos negocios de la empresa.

Otra de las metas de Celis fue deshacerse de algunas inversiones. En diciembre del año pasado, cerró de forma definitiva su negocio en Costa Rica. La operación de Lala en este mercado era muy pequeña y sus ventas representaban sólo el 0.4% del grupo. Con este movimiento, la compañía estima que obtendrá un beneficio de 3 millones de dólares en el flujo operativo de 2021 y reasignará sus recursos para las operaciones en Centroamérica, que mantienen las de Nicaragua y Guatemala.

Además, Celis estudió el impacto de las operaciones fuera de México y solicitó préstamos de corto plazo para fortalecer su liquidez por 6.1 millones de pesos y disminuir en 6.1% sus gastos financieros.

Los primeros resultados ya son tangibles. En México, las ventas de la empresa aumentaron 8.2% en 2020. La caída en algunos productos ocasionada por el cierre de escuelas y oficinas se compensó por el alza del consumo en casa, cuenta Marisol Huerta, analista bursátil de Grupo Financiero Ve por Más. “En México, la compañía se enfocó en mejorar su rentabilidad, y lo logró a pesar de la situación”.

Brasil tuvo un mejor desempeño, con un alza en ingresos de 15.4% en moneda local. Allí, Celis planea mejorar la propuesta de valor de algunos de los segmentos en los que participa con Vigor, en donde comercializa yogur, quesos, mayonesa y mantequilla. Este año incrementará esa oferta para impulsar sus ventas y eficientar la cadena de suministro. A esto se suma que la productora ya encontró un proveedor de leche para ese mercado.

Carlos Hermosillo, analista especializado en consumo, considera que la empresa debe tomar los resultados en el mercado brasileño como “un grano de sal” que servirá de base para los resultados de los próximos trimestres. “Si bien no es una región que pierda dinero, sí tiene una menor rentabilidad que en México. Este es uno de los retos para la empresa, y no sólo para este año”, puntualiza.

En conjunto, Grupo Lala sorteó la crisis por el COVID-19 y, por primera vez desde 2017, reportó un crecimiento de su utilidad neta de 8.6%, a 1,889 millones de pesos, de acuerdo con los resultados de su último informe financiero. La cereza del pastel fue el crecimiento en las ventas impulsadas por el confinamiento, que en el segundo semestre del año, la época más dura de la pandemia, subieron 6.8%.

Lala apuesta a la continuidad para convencer a un mercado esceptico4

Sin embargo, los resultados financieros con los que la empresa cerró 2020 no fueron suficientes para el mercado accionario, dado que los inversionistas aún se mantienen cautelosos. Otras empresas del sector de consumo aumentaron su valor en Bolsa en 2020 debido a la pandemia y el mayor gasto de los hogares en sus productos: el año pasado, Herdez subió casi 40%; Bimbo lo hizo un 25%, y Gruma, un 22%. Lala, en cambio, perdió un 4%.

“Los inversionistas no han visto viable invertir esta empresa en la Bolsa a pesar de que por su sector, que es consumo de primera necesidad, es una emisora que puede presentar buenas oportunidades”, opina Humberto Calzada, economista en jefe para Rankia LATAM.

¿Por qué los inversionistas no reaccionan? Bajo la condición de anonimato, varios analistas que siguen a Lala afirman que preocupan la rotación de CEOs, la dificultad para encontrar un líder que no sea Arquímedes Celis y la injerencia del presidente, Eduardo Tricio, en los asuntos de la dirección general.

Muchos grandes fondos de inversión prefieren compañías con un gobierno corporativo sólido. En el tercer trimestre de 2019, antes de la salida de Mauricio Leyva, había 74 fondos invertidos en Lala, según datos de Bloomberg. Para el primer trimestre de 2021, después de la rotación en la dirección general, esa cifra había caído a 36. En ese periodo, 43 fondos de inversión se salieron de la empresa, y sólo entraron cinco nuevos. Esta ‘desbandada’ de grandes inversionistas explica por qué no se recupera el valor perdido en el mercado.

Hacia dónde irá

Desde marzo de 2020, tras el nombramiento de Celis, la compañía ha tenido una revaloración de cerca del 37% en el mercado. “Cuando el CEO cuenta con la confianza de parte de los inversionistas, se presenta una recuperación en el mercado, que reacciona de manera positiva”, señala Humberto Calzada. El precio de la acción aumentó de 10 a 14 pesos, pero todavía está por debajo del que marcaba antes de la salida de Mauricio Leyva, y muy lejos de su máximo histórico, de 47 pesos.

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Por ello, el otro gran pendiente para el grupo es decidir quién reemplazará a Celis en el futuro, pues en algún momento se jubilará de verdad. La compañía debe establecer una estrategia de sucesión que se lleve los nubarrones de desconfianza que permanecen entre los inversionistas y el mercado accionario, coinciden los analistas consultados. “Es un tema importante, aunque no crítico. (…) Es algo en lo que ya deben estar trabajando, y seguro hay más de dos nombres que se barajan al interior de la empresa. ¿Qué tan efectivos pueden ser? Dependerá de la educación que puedan tomar de Arquímedes”, dice Hermosillo.

La compañía deberá decidir si vuelve a su apuesta por los líderes externos, que tienen el reto de aprender cómo funciona el negocio, o elige a alguno de los directivos que ya están dentro y que no enfrentarían esta curva de aprendizaje. Scot Rank y Mauricio Leyva eran líderes de alto perfil, con una extensa experiencia en la industria de comercio y el consumo. El próximo director general deberá aprender a trabajar de la mano con Eduardo Tricio, quien se mantiene como la cabeza de la empresa desde su posición de presidente del consejo y que, como tantos empresarios mexicanos, mantiene aún sujetas las riendas.

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