Molinos Río de la Plata y Mastellone reportaron importantes rojos al 30 de septiembre. Arcor los presentará mañana.
Los tres productos fundamentales para la alimentación de los argentinos evidencian en su composición una alta carga impositivo. Los detalles

Frente a un contexto de fuerte suba de costos por la aceleración de la inflación y brusca devaluación, sumado a una caída del consumo masivo que no cede, las empresas alimenticias se perfilan para cerrar otro año con importantes pérdidas. Por lo pronto, así lo reflejaron en los balances al 30 de septiembre que dieron a conocer hoy algunas compañías. Es el caso de Molinos Río de la Plata, que reportó una pérdida de $1.356 millones durante los primeros nueve meses del año, así como también lo hizo Mastellone, con un rojo de $553 millones. Mañana, a su vez, presentará sus números Arcor, que según trascendió tampoco serían buenos.

En el caso de la compañía del grupo Pérez Companc, el balance negativo está asociado, según dijo la propia empresa mediante un comunicado, “a la imposibilidad de trasladar a los precios de su cartera de productos los aumentos de costos”.

Los ingresos de la empresa cayeron 1,5% respecto del año pasado y alcanzaron los $22.335 millones, mientras que los costos de ventas subieron 6,4%. El resultado es una caída del resultado operativo, que fue negativo en $37 millones, a pesar de los programas de eficiencia que se han implementado para reducir los gastos de comercialización y administración, informó Molinos.

Además, el impacto de la devaluación sobre la deuda financiera asciende a aproximadamente $1.100 millones, costo que tampoco pudo ser trasladado a los precios debido a la situación del consumo, agregó en el comunicado.

La pérdida de los primeros nueve meses de 2019 sigue la misma tendencia registrada en 2017 y 2018, donde la firma perdió, en moneda de 2018, $755 millones y $1.703 millones, respectivamente. “La exponencial suba de costos, asociada a la muy fuerte devaluación de la moneda y la inflación, ha sido determinante en los resultados negativos de Molinos que no ha podido trasladar a los precios de su cartera de productos dichos efectos”, explicó la compañía.

Desde la empresa anticiparon que es muy probable que el año cierre con una pérdida mayor, ya que no se avizoran mejoras en el consumo. Recalcaron, incluso, que los números negativos se dieron aún en meses donde el Gobierno busco morigerar el impacto de la devaluación de mediados de agosto con la quita del IVA para los productos de la canasta básica.

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