Las bebidas de avena, soja y almendras pueden mantener la palabra leche en sus nombres, planteó la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) la pasada semana, en un esfuerzo por acabar la larga batalla entre la industria láctea y los advenedizos a base de plantas que han cambiado la forma en que las personas consumen cereales y dan sabor a su café.
La mayoría de los consumidores, señaló la agencia en su borrador de propuesta, saben que los extractos líquidos de plantas no tienen relación con la ubre de una vaca.
Pero en una concesión a los productores de leche tradicionales, la FDA también recomendó que el empaque de las bebidas a base de plantas dejara en claro las diferencias nutricionales clave entre ambos productos. Si una caja de leche de arroz contiene menos vitamina D o calcio que la de vaca, por ejemplo, la etiqueta debe proporcionar esa información al público.
La FDA recomendó a las empresas de bebidas de base vegetal que informen claramente en sus envases las diferencias nutricionales clave con la leche de vaca
Aunque las nuevas recomendaciones de etiquetado se describen como voluntarias, los expertos de la industria predijeron que la mayoría de las empresas las cumplirían. La agencia planea emitir una decisión final después de otro período de comentarios públicos.
La orientación de la FDA había sido anticipada con entusiasmo por los productores de lácteos y los de alimentos a base de plantas, que han estado en desacuerdo sobre si la palabra «leche» en productos derivados de nueces y granos confunde a los consumidores.
Un cambio sísmico
El debate, que comenzó hace cuatro décadas con la introducción de las bebidas a base de soja ha cobrado mayor urgencia en medio de un cambio sísmico en los hábitos dietéticos. Las alternativas vegetales disfrutan de un fuerte crecimiento, mientras que el consumo de leche de vaca ha caído durante décadas. En promedio, los estadounidenses toman casi la mitad de la leche que bebían en 1970, según el Departamento de Agricultura.
La creciente adopción de bebidas a base de vegetales ha sido impulsada en parte por problemas de salud; algunas personas las compran porque son intolerantes a la lactosa . Y un número cada vez mayor de consumidores cita el deseo de una dieta vegana o la contribución de la producción láctea al cambio climático. Los activistas por el bienestar animal retratan la ganadería lechera como cruel. Para otros consumidores, el giro hacia los productos de origen vegetal es solo por una cuestión de gusto.
En promedio, los estadounidenses toman casi la mitad de la leche que bebían en 1970, según el Departamento de Agricultura de ese país
Los ejecutivos del sector de alimentos a base de plantas anticipaban un fallo menos favorable. En 2018, el entonces comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, dijo que «una almendra no produce lactato», comentario que sugirió que la agencia podría prohibir la palabra «leche» para las bebidas no lácteas.
Madeline Cohen, abogada reguladora del Good Food Institute, que promueve los alimentos derivados de plantas, indicó que la guía de la FDA es un reconocimiento de que los consumidores eran lo suficientemente inteligentes como para saber que la leche de coco no fue producida por animales lactantes. «Sabemos que salen y compran estos productos a propósito», señaló.
Alan Bjerga, portavoz de la Federación Nacional de Productores de Leche, expresó su decepción porque la palabra «leche» podría definir a las bebidas vegetales. Sin embargo, sostuvo que las nuevas recomendaciones de etiquetado nutricional podrían persuadir a algunas empresas a cambiar a palabras como «bebida» para no tener que reconocer que sus productos tienen menos proteínas y calcio que la leche tradicional.
«El hecho de que la FDA esté haciendo algo luego de 40 años es positivo», concluyó.