Las granjas ecológicas se imponen en muchas regiones del mundo y Manizales no es la excepción. Así lo evidencia Gildardo Tigreros, habitante de la vereda Pueblo Hondo, la última que tiene Manizales antes de llegar al municipio de Neira.
El señor Tigreros tiene una finca con ganado, gallinas y diversos cultivos pero con una filosofía netamente orgánica, ya que no se suministra concentrado a los animales, sino pasturas abonadas con productos de la misma granja como el estiércol.
“Estoy produciendo yogur y otros derivados lácteos sin ninguna clase de espesantes ni colorantes, además cuando debo utilizar frutas como la mora, la cual no produzco, los proveedores garantizan la organicidad de la misma. También sacamos huevos de gran calidad gracias a que las gallinas están libres y se alimentan de salvado de maíz o plantas como quiebrabarriga, bore y botón de oro. Además tengo un cultivo de larvas de mosca que son fundamentales para suplir sus necesidades proteínicas”, dice el señor Tigreros en entrevista con Magda Jimena Ríos para Al Campo, de Caracol Radio.
Aclara que le gusta llevar a sus clientes productos muy frescos y con pocos días de haber sido obtenidos para garantizar la máxima calidad, a la vez que hace énfasis en la alelopatía como un método eficaz y totalmente amigable con el medio ambiente para el control de las plagas, sustituyendo por completo los productos químicos.
Las granjas ecológicas se abren paso en el campo colombiano, poniéndolo en sintonía con una tendencia global que busca salvar el planeta.
