Pagan siete céntimos más de lo acordado en contratos suscritos en marzo.

El precio de la leche en origen va camino de alcanzar cifras históricas. Durante el mes de abril la materia prima se pagó en Galicia a un precio medio de 42 céntimos por litro, diez céntimos más que hace un año. Y parece que esa cotización continuará subiendo.

Lo hará en parte por la revalorización en los mercados internacionales de derivados industriales como la mantequilla, el queso o la leche en polvo; pero también porque la subida de costes de la alimentación animal experimentado en los últimos meses ha llevado a muchos ganaderos a reducir las raciones con la consecuente merma de producción. Y como la industria no quiere quedarse sin materia prima, hay primeros compradores que no escatiman en lanzar ofertas al alza para atraer ganaderos. Lo cuentan los propios productores, para los que ahora el gran problema es que ese incremento de precios en origen se diluye en medio de un tsunami inflacionista que lleva meses aumentando sus costes de producción.

Mientras, desde la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) prefieren ser cautos y, como explican fuentes de la entidad, no mostrar su opinión sobre las causas que explican la actual situación de bonanza en los precios de la leche, ni sobre la posible evolución de las cotizaciones a medio y largo plazo.

La cuestión es que el precio de la leche en mayo ha subido un 30 % en relación al mismo mes del ejercicio anterior, una cotización que según comentan en el sector no ha tocado techo. Así al menos es lo que han comunicado algunas de las principales industrias lácteas a sus mayores proveedores que estiman que la cotización media en la comunidad -primas por calidad e IVA aparte- puede superar antes de finalizar el verano la barrera de los 45 céntimos.

Las industrias lacteas se lanzan a fichar ganaderos para asegurar el suministro1

Los ganaderos no ven esa cifra en sus liquidaciones desde el último trimestre del 2007, cuando una caída generalizada de la producción mundial provocó que el litro se vendiese a más de 50 céntimos. Fue un espejismo que duró cuatro meses y que podría volver a repetirse ahora. Porque, salvando ciertas diferencias, son varios los profesionales vinculados al sector que coinciden en señalar que la actual coyuntura láctea se parece mucho a la que se dio entonces. Lo es porque coincide un momento de precios altos de los derivados lácteos, con una caída generalizada de la producción global, debido a la climatología desfavorable que ha provocado una merma de la cosecha de forraje y del pasto disponible para el ganado, y la subida de los piensos de cerca de un 50 %, factores que están detrás de la reducción de raciones para poder sostener las cuentas a costa de la rebaja de producción.

Menos leche

En este escenario, no resulta extraño que cada vez más industrias lácteas valoren como un horizonte altamente probable una reducción significativa de la materia prima disponible en el campo en los próximos meses. Eso es lo que está provocando tensiones entre algunos primeros compradores que no dudan en lanzar agresivas ofertas a los ganaderos con la intención de renovar o ampliar sus contratos de suministro o, incluso, comenzar a captar mayores cantidades de leche.

De hecho, desde el departamento de compras de una de las principales lácteas que opera en Galicia, apuntan que algunos primeros compradores, la mayoría sin industria, se están viendo obligados a tirar de chequera para hacerse con la materia prima que necesitan para cumplir con sus clientes. «A cantidade de leite spot -aquella que se comercializa a granel y acaba en una u otra industria en función del precio que marca la oferta y la demanda- baixou moito e moitos compradores vense obrigados a ir ao mercado a prezos mais altos do normal», matizan también.

Estas prácticas han motivado que empresas como Inleit hayan comenzado a enviar comunicaciones para llamar a la calma a sus proveedores ante la «convulsa situación por la que atraviesa el mercado de la leche». En la misiva piden «tranquilidad y confianza para que los cantos de sirena u ofertas desesperadas de otros que no han hecho sus deberes, no nos hagan perder la cordura». No solo eso porque además apelan a la necesidad de cumplir los contratos lácteos firmados durante el primer trimestre de este año, unos documentos que en muchos casos parecen haberse quedado obsoletos dado el incremento de las cotizaciones de la materia prima.

Los contratos

De hecho, son muchas las granjas que refrendaron acuerdos por un período de doce meses con unos precios de referencia de entre 36 y 38 céntimos por litro, cuando apenas dos meses después estos oscilan entre los 42 y los 45 céntimos. «Firmamos o contrato por un ano a 38 céntimos cando, naquel mesmo momento, xa cobrábamos o litro a 40. Como tamén firmamos que cubríamos os custos con ese diñeiro cando non era certo. Os contratos son unha mera formalidade que pouco está axudando ao sector produtor», apunta un ganadero de Santa Comba que lamenta la escasa capacidad de negociación que, pese a las diferentes normativas que se han puesto en marcha, siguen teniendo los ganaderos. «Cobras o que che dan e firmas o que che poñen diante. Non tes outra solución mais que a de aproveitar momentos coma este nos que hai falta de leite e, polo tanto, os prezos suben», añade.

Mayores subidas

Algo parecido es lo que opina Óscar Blanco, presidente de Gandeiros de Mazaricos, entidad que aglutina a más de 200 productores de las comarcas de Xallas, Barcala y Soneira. A su juicio, de aplicarse la Ley de la Cadena que obliga a cubrir los costes de producción, los precios deberían estar rondando ya los 50 céntimos.

Mayores subidas que las que se han producido esperaba también Román Santalla, secretario de ganadería de UPA, matriz estatal de Unións Agrarias: «Agardaba maiores repuntes para o leite producido en maio aínda que supoño se corrixirán nas liquidacións dos seguintes meses. Incluso para o outono as previsións apuntan a prezos á alza. Neste contexto o obxectivo debe ser a contratación a longo prazo, porque sabemos que a distribución está a favor. Falta a industria que, precisamente, está ofrecendo os mellores prezos para os contratos de menor duración».

Lo que descarta este ganadero dezano es el desabastecimiento en los mercados durante los próximos meses, como han vaticinado algunas organizaciones de productores, lo que no quiere decir que no haya guerra por captar productores: «O que vai haber probablemente son fortes tensións entre algunhas industrias lácteas á hora de facerse coa totalidade da materia prima que precisan para cumplir os seus compromisos coa distribución», afirma.

Las granjas gallegas ingresarían 12 millones más al mes si les pagaran a precio europeo
El sector productor lácteo gallego generó el año pasado un volumen de negocio ligeramente inferior a los 996 millones de euros. La cifra, que supone un incremento del 6,5 % en relación a la facturación del ejercicio anterior, es una estimación resultado de multiplicar los cerca de tres millones de toneladas de leche entregadas a la industria por los 33 céntimos de precio medio que obtuvieron los ganaderos en ese ejercicio. La facturación sería mayor de eliminar el importante diferencial de precios con el resto de comunidades del Estadoy, sobre todo, con el conjunto de países de la Unións Europea.

Porque aunque la comunidad está posicionada entre las primeras diez regiones europeas por volumen de producción, cuando de lo que se trata es de hablar del precio al que los ganaderos comercializan la materia prima que producen sus vacas, Galicia está claramente en el furgón de cola. No es algo nuevo. Lleva ocurriendo años. Tanto es así que, mientras el precio medio de la leche en el conjunto de la UE se elevó hasta los 47,6 céntimos por litro, en un contexto alcista como el actual en Galicia se quedó en solo 42 céntimos por litro.

Amplia brecha

La diferencia de 5,6 céntimos que se registran entre los precios medios de la Ue y los de Galicia, multiplicada por las cerca de 262.500 toneladas entregadas a la industria durante el mes de mayo, elevaría los ingresos de las 6.200 granjas que permanecen en activo en la comunidad en cerca de 15 millones de euros durante ese mes.

Incluso si la comparación se realiza con el precio medio registrado en el conjunto del estado -la diferencia se sitúa en 1,1 céntimos por litro-, los ganaderos gallegos estarían dejando de ingresar, sin una causa objetiva que lo justifique, casi 2,9 millones de euros mensuales.

En este sentido, Galicia acumula casi dos décadas a la cola de los precios a nivel nacional y ni siquiera el hecho de producir el 40 % de toda la leche española ha permitido reducir los diferenciales con el resto de comunidades con mayor vocación láctea como es el caso de Castilla y León, Asturias, Cataluña o Andalucía.

Esta última es, precisamente, la que registra los mejores precios de todo el estado con un precio medio de 45,3 céntimos durante el mes de mayo.

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