Las industrias deciden anticipadamente cortar la racha sostenida de aumento al productor por su materia prima de agosto.
Tal como se preveía, los cheques de la leche que están llegando a los productores en estos días, vienen sin aumento. No es para alarmarse, de no ser porque la economía argentina continúa con una inercia inflacionaria sostenida, que llena de dudas el mediano plazo de la producción primaria y su rentabilidad.
Iniciando septiembre, la temporada que inaugura el incremento de producción de leche en los tambos (hasta noviembre inclusive), las industrias también observan un panorama complejo, donde deben planificar cada paso financiero para no desbalancear la oferta del mercado interno en un contexto de baja del consumo de lácteos.
Según el reporte del Observatorio de la Cadena Láctea el volumen de ventas de productos cayó casi un 8% en el primer semestre, tendencia que no necesariamente se revierta en el corto plazo, teniendo en cuenta que los programas de precios cuidados y ofertas especiales, estuvieron vigentes hasta el presente. “Es contundente que las ventas y por ende el consumo, presentan en los últimos años una tendencia a la baja en general y una primarización del mismo (productos más básicos, como leches fluidas no refrigeradas, quesos de pasta blanda y yogures bebibles de litro) en detrimento de aquellos productos de mayor valor agregado y por ende, económico, que obviamente afectan el mix de ventas de la cadena de valor láctea”, analiza el OCLA.
“Esta situación sin duda se da por un fuerte deterioro de los niveles de ingresos reales, fundamentalmente de los segmentos medios de la pirámide poblacional, lo cual al margen de reducir el volumen de consumo, afecta el valor del mix de ventas haciendo que se facture un menor valor en las ventas internas”, completa el reporte.
MAYOR PRODUCCIÓN
Si las lluvias acompañan y los precios de los commodities agrícolas se mantienen relativamente estables (especialmente soja y maíz), no hay motivos para suponer que se desacelere la producción de leche cruda en los tambos, que en esta época del año comienza a trepar fuertemente hasta alcanzar su pico en octubre, lo cual suele provocar cuellos de botella para su fluida colocación en el mercado (tanto interno como externo).
A datos de julio, la Dirección Nacional de Lechería indica que la producción nacional crece sostenidamente a razón de un 5% interanual, lo cual por el momento es manejable para las industrias.
EXPORTACIONES TRABADAS
El mercado mundial de commodities lácteos se encuentra muy firme en cuanto a precios, con una demanda asiática desbordante y una oferta global limitada en un escenario que lentamente retorna a los niveles prepandemia.
Este martes pasado, luego de seis caídas consecutivas la cotización de la Leche en Polvo Entera en el Global Dairy Trade se incrementó significativamente un 3,3%, promediando los 3.700 US$/tn, fortaleciendo además, el mercado de futuros de Nueva Zelanda y asegurando valores similares hasta fin de año.
Pero los problemas de la exportación argentina no están en el precio de los contratos negociados sino en la disponibilidad de contenedores y buques de ultramar para llegar en tiempo y forma a los clientes. Situación que por el bajo volumen de comercio internacional de Argentina en productos elaborados, ha provocado que las navieras prioricen otros países y rutas comerciales, retrasando y encareciendo los envíos, lo que ocasiona mayores costos financieros para las empresas exportadoras.
SE SOSTIENE EL PRECIO
Por todos estos factores mencionados, las principales industrias lácteas del país, decidieron adelantar el impacto primaveral y cortar la racha de aumento que traía la leche cruda.
Fue en julio del año pasado cuando, luego de un breve estancamiento en el valor percibido por el tambero, el precio al productor comenzó a escalar en forma sostenida, oscilando entre un 5 y un 8% mensual, alcanzando en 12 meses un 75,4% de aumento interanual, que permitió a los tambos superar el incremento del costo de producción (69,4%) y obtener la actualización necesaria para volver a la línea de rentabilidad positiva.
En esta cuenca lechera, las empresas más importantes decidieron pagar los mismos valores de agosto, esto
es entre 32 y 33 $/litro de promedio general.
Si bien estos precios todavía no ponen en riesgo a los tambos ordenados, sí plantean un interrogante hacia fin de año. En tanto las industrias no puedan aprovechar los valores del mercado internacional normalizando las operaciones de exportación, o que no mejore el consumo interno, ni hablar de un eventual impacto de las elecciones en el tipo de cambio, este congelamiento de precios al productor podría generar algún dolor de cabeza en el corto plazo.