“Nos parece que medidas de fuerza en esta situación de pandemia están fuera de lugar. Estamos teniendo mucha dificultad en las fábricas para mantener los niveles de producción, porque hay que cumplir con los protocolos y además hay que garantizar el abastecimiento a la población. Es una situación muy especial, y creemos que las discusiones salariales, que son legítimas, tienen que entrar en un marco de razonabilidad y seriedad”, reclamó.
En declaraciones a La Red Rural (AM 910 Radio La Red), el integrante de Apymel remarcó que en la reunión que se postergó para este miércoles, por decisión del Ministerio de Trabajo, podría llegarse a un acuerdo si hay un diálogo “maduro y responsable”.
“Hay un pedido que no es razonable que es incorporar unos no remunerativos al salario. Siempre hay cosas para discutir pero estamos hablando de una industria con sueldos promedio de $ 80.000 a $ 85.000 de bolsillo. Están dentro del 5% de asalariados de mayor poder adquisitivo. Esperamos que si hay diferencias la discusión transite por un canal maduro y responsable, sobre todo por la situación que tenemos en el país”, afirmó.
Además contó que en la semana anterior los trabajadores realizaron asambleas de una hora, “que en el fondo son un paro encubierto”. “Una debilidad que tiene la industria es que tenemos un producto perecedero y la leche que no se procesa se pone fea. El paro tiene que ser el último recurso”, destacó.
Y agregó: “El sindicato está enojado porque el Ministerio postergó la reunión al miércoles que viene. Son cuatro días en medio de una pandemia, no entendemos cual es la desesperación”.
Respecto a los problemas históricos del sector, analizó que se pueden enumerar razones como la representación muy atomizada de los productores, con posiciones ideológicas diferentes. “En lechería hay una sensación de tironeo permanente entre el tambero y la industria que hace que no nos podamos unir en una sola voz. La Argentina es un país cada vez más pobre y cada vez nos peleamos por una torta más chica”.
Por último remarcó la ineficiencia del sector como uno de los puntos de la crisis permanente. “La verdad es que los tamberos somos poco eficientes, el transporte es carísimo y la industria super ineficiente, la logística para llegar al cliente malísima y los supermercado tienen márgenes muy altos. Toda la cadena es ineficiente, por eso es difícil exportar. Y competimos con bestias como Nueva Zelanda y Europa”.