Un foro empresarial sirvió de escenario para que autoridades de Uruguay, Argentina y Brasil hicieran catarsis sobre la integración regional, plantearan puntos de acuerdo y diferencias, además de algún pase de facturas sobre temas álgidos.

“Si el Mercosur fuera esto (por el diálogo que se dio entre las autoridades) estaría muy bien, aquí hubo acuerdos y debate”, dijo al cierre del panel María Dolores Benavente, presidenta de la Academia Nacional de Economía de Uruguay.

Quienes disertaron previamente en el Primer Encuentro Iberoamericano de Convergencia Empresarial fueron el ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori; el presidente del Banco de la Nación Argentina, Javier González Fraga; el secretario adjunto de Asuntos Internacionales del Ministerio de Planeamiento de Brasil, Renato Coelho Baumann; y el presidente del Consejo Iberoamericano para la Productividad y Competitividad, Enrique Iglesias.

El panel se titulaba “Perspectivas de la economía regional a la luz de la coyuntura internacional” e Iglesias rompió el hielo: dijo que el mundo está atravesando “un cambio de era” producto de las nuevas tecnologías, y que el desafío es superar esa instancia sin perjudicados, porque “en la historia siempre han sido traumáticos” los vaivenes de este tipo.

El expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sostuvo que la guerra comercial entre Estados Unidos y China es “por quién domina” en materia de tecnología, y “ningún país es inmune a esos impactos”. Añadió que la sociedad avanzó mucho en los últimos 70 años, y una de las principales innovaciones fue “el multilateralismo”, que hoy por las disputas comerciales “está peligrando”.

Dentro de esa realidad, Iglesias subrayó que la integración del Mercosur hoy es “un sueño a medias”, y es “responsabilidad del sector público y privado replantearse” los términos del acuerdo. “Es una buena noticia que Argentina y Brasil pidan un Mercosur más flexible, como quiere Uruguay”, señaló.

Esto último en referencia a las últimas declaraciones de los presidentes de ambos países Mauricio Macri y Jair Bolsonaro. Aunque Coelho al ser consultado en rueda de prensa sobre qué significa la mayor libertad que plantea Brasil, respondió que “los países ya pueden negociar individualmente con el resto del mundo en materias no comerciales, pero lo comercial es complicado y sensible”.

Astori defendió en sus intervenciones la necesidad de “fortalecer los lazos de integración regional”, aunque aclaró que eso no debe confundirse “con una suerte de encerramiento regional”. De hecho, dijo que “la apertura al mundo es fundamental”, y que “los problemas del Mercosur se mejoran con más flexibilidad, pero también haciendo acuerdos con países de fuera del bloque”.

El ministro de Economía se mostró expectante por la reunión que habrá la próxima semana en Bruselas para intentar sellar el acuerdo con la Unión Europea. Iglesias destacó la importancia de ese tratado comercial, pero se preguntó “si esas mismas concesiones que le damos a Europa no la podríamos usar entre nosotros mismos y fortalecer la integración”.

A su vez, el funcionario del Ministerio de Planeamiento de Brasil dijo que “hay un escenario positivo” en términos financieros porque a nivel internacional hay “exceso de liquidez” e “interés de invertir en la región”. Pero aclaró que la llegada de capitales debe tener como objetivo máximo “contribuir a la integración regional y a la complementariedad productiva” entre los países socios.

En esa línea, Coelho esbozo una crítica al proceso de integración: “Son 70 años de discursos desde la Cepal (que comenzó a funcionar en 1948) y pocos resultados”. También el titular del Banco Nación realizó cuestionamientos: expresó que el Mercosur es hoy “el área de comercio más aislada del mundo”.

El dulce de leche de González Fraga

Finalmente, el argentino González Fraga recordó cuando como empresario en los años 90 quiso ingresar con dulce de leche producido en Argentina en los países vecinos. “Tardé cinco años para entrar a Brasil y en Uruguay nunca pude entrar. En una reunión en 2001 que estaba el presidente (Jorge) Batlle y otras autoridades, me dijeron ‘para qué queremos dulce de leche argentino si tenemos el uruguayo’. Si ese es el criterio, no hay posibilidades de avanzar”, indicó.

Además, el funcionario argentino sostuvo que “hay cosas elementales” que no se concretan entre los socios. “Turistas argentinos deben traer dólares para hacerse de pesos uruguayos, no hay mercado para que le compren sus pesos argentinos”, dijo y recordó que en 2015 ambos países firmaron un acuerdo para implementar el sistema de moneda local y “no se implementa”.

De cara a reformar el bloque, el brasileño Coelho señaló que “hay una tendencia en los cuatro socios de reducir las barreras arancelarias y con ello la disconformidad con la unión aduanera”.

Por su parte, Astori opinó que la región debe definir “una estrategia de fondo” para recuperar los niveles de crecimiento de años pasados. Esa “mejora de las condiciones económicas” también podría ayudar a revertir “los enojos en los sectores medios de la sociedad”, un fenómeno común en los países de América Latina, añadió.

“Nos creímos un país rico y eso es un problema”

“Hace 100 años el Diccionario Enciclopédico Español definía a Argentina como un país tan rico que estaba destinado a competir con Estados Unidos por el liderazgo del mundo. Esa es la causa de nuestro problema, nos creímos un país rico, y cuando uno se la cree se debilita el esfuerzo, el ahorro y la búsqueda de más productividad. Como dicen los norteamericanos, uno piensa que el cheque está en el correo al llegar”, dijo González Fraga, al reflexionar sobre la situación de Argentina. Ese sentir ciudadano, repasó, “es tierra fértil para los populismos, para los políticos que prometen riquezas sin esfuerzos”.

Señaló que en los últimos 70 años el país pasó por diversas medidas que apuntaban a “soluciones fáciles y mágicas, tomando atajos”, pero en realidad “nos llevó a la frustración y el estancamiento”. Indicó que hoy en la sociedad argentina “hay una mayoría que apuesta por valores republicanos, por integrarnos al mundo con transparencia y libertad de expresión”, pero “todavía hay niebla política” de cara a las elecciones.

Un desafío en común: la reforma previsional

El crecimiento del déficit fiscal es un problema común en los países de la región, que tienen como un punto clave el gasto en jubilaciones. Astori dijo que en Uruguay la seguridad social representa seis puntos del PIB y el desafío en el próximo período es “transformar estructuralmente” el sistema sin que ello “implique un retroceso (de los beneficios) para la población”.

El brasileño Coelho informó que la reforma previsional que elaboró el nuevo gobierno de Jair Bolsonaro “está en el Congreso” y de las negociaciones que allí ocurran dependerá “en cuánto se reducirá el gasto del Estado a largo plazo”. Igualmente, aclaró que en el sistema político brasileño “hay consenso sobre la necesidad de una reforma”.

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