Canadá tiene un complejo sistema de leche y lácteos. Para garantizar que los productores lecheros canadienses no quiebren, el gobierno canadiense restringe la cantidad de productos lácteos que se pueden producir en el país (y la cantidad de productos lácteos extranjeros que pueden ingresar) para mantener altos los precios de la leche.
Esto es para el consumo interno. Sin embargo, esta política convierte al país en superavitario en leche y sus derivados. Su tecnificación, hace que en temporadas de invierno las vacas produzcan suficiente leche para el consumo interno y, mucho más para exportar.
A Donald Trump no le gustó que Trudeau colocara adelante esos productos. Sin embargo, Trump aceptó que Canadá abriera su mercado a los granjeros de Estados Unidos, que también producen lácteos.
Canadá cobraba aranceles tan altos por los productos lácteos estadounidenses, pero ahora no habrá impuestos. Sin embargo, los consumidores canadienses son muy conscientes de proteger sus productores, ya que con ello llevan la protección de su planta productiva y empleo.
Los negociadores estadounidenses dicen que obtuvieron una gran victoria al obligar a Canadá a eliminar el esquema de precios para los llamados productos lácteos “Clase 7”; los productores de lácteos de EU, pues.
Seguramente podrán enviar mucho más concentrado de proteína de leche, leche desnatada en polvo y fórmula infantil a Canadá (y esos productos son relativamente fáciles de transportar y almacenar).
México, en ese concierto, tendrá cuotas mínimas, de sólo 100 mil litros. Para ser más gráficos, sólo 2 pipas de esas que vemos en las carreteras. No tiene las puertas abierta de par en par. Es más, de los 12 millones de litros producidos por el país, en el primer año, a ninguno de los 300 mil productores les interesa exportar a América del Norte. Es más, quedan en su zona confort manteniéndose como el 5º importador lácteo en el mundo. Les compraos a EU y Canadá.
En términos generales, la leche en polvo que compra Liconsa para desayunos escolares y paran revenderla a personas pobres, seguirá importándose de Canadá. Los productores nacionales, cuando tienen sobreproducción no bajan sus precios y prefieren tirarla al caño. No hay un manejo inteligente para comercializar en el mundo. Un caos, pues.