Con el visto bueno de la FDA, una nueva tecnología de tratamiento no térmico promete cambiar el paradigma global del procesamiento de la leche.
Basado en luz ultravioleta, este método elimina patógenos sin los efectos adversos del calor, conservando enzimas, proteínas inmunológicas y compuestos bioactivos que normalmente se pierden con la pasteurización tradicional.
Por primera vez, un sistema no térmico ha sido reconocido por la agencia reguladora estadounidense como equivalente en seguridad a la pasteurización, abriendo la puerta para aplicaciones en proteínas funcionales, derivados nutricionales e ingredientes de alto valor.
Para una industria global que busca continuamente eficiencia, sustentabilidad y diferenciación en sus exportaciones, esta innovación merece atención.
Una innovación que interpela a toda la cadena
Desde su sede en California, Tamarack trabaja con el objetivo de modernizar un método que lleva más de siglo y medio sin grandes variaciones.
Lo que su tecnología plantea no es sólo una mejora en la eficiencia, sino un reposicionamiento del concepto de “leche segura”: sin calor, pero con garantías sanitarias y sin sacrificar lo que los consumidores más informados valoran en la leche cruda.
En ensayos clínicos recientes, como el realizado por UC Davis, se observó que concentrados proteicos tratados con TruActive® contribuyeron a restaurar funciones inmunológicas en adultos mayores.
Y estudios europeos previos, que asociaban el consumo de leche cruda a menores índices de alergias en niños, suman argumentos a favor del tratamiento de compuestos lácteos sin calor, pero con seguridad validada.
La aprobación regulatoria inicial permite su uso en ingredientes como whey protein concentrate, milk protein concentrate y compuestos inmunoactivos como lactoferrina.
Tamarack ya anunció planes de expansión hacia productos fermentados como yogur, kéfir, quesos e incluso calostro. La empresa estima que para 2027 podría solicitar autorización para el uso del tratamiento en leche fluida para consumo directo.
Lo que el mercado global debe empezar a discutir
Con la FDA abriendo el camino, las preguntas que emergen ya no son sólo tecnológicas, sino también estratégicas y comerciales. ¿Está el sistema lácteo mundial preparado para repensar sus estándares en torno al tratamiento de la leche?
Una de las interrogantes centrales es el costo energético real del proceso UV.
Aunque Tamarack sostiene que es más eficiente que la pasteurización térmica, la evaluación deberá considerar escalabilidad industrial, disponibilidad de equipos, inversión inicial y mantenimiento, especialmente si se apunta a un uso masivo más allá de los ingredientes premium.
La segunda pregunta relevante es la viabilidad de adopción a gran escala. ¿Podrán adaptarse plantas medianas o cooperativas de países emergentes a esta tecnología, o quedará confinada a centros de alta tecnología y producción especializada?
También está en juego si este avance representa una revolución sanitaria con proyección global o si terminará formando parte de una oferta de nicho, alineada con la creciente demanda por alimentos “clean label”, funcionales y mínimamente procesados en mercados de alto poder adquisitivo.
Otra consideración clave es la compatibilidad con regulaciones internacionales.
¿Estará el proceso TruActive® en condiciones de cumplir con las exigencias técnicas de mercados complejos como la Unión Europea o China?
¿Cómo reaccionarán organismos como EFSA o la Administración General de Aduanas de China ante una tecnología disruptiva que reconfigura lo que hoy se entiende por leche pasteurizada?
Finalmente, surge la gran pregunta: ¿las autoridades sanitarias nacionales e internacionales darán luz verde a que esta tecnología se aplique también en leche fluida? Esa respuesta puede redefinir las reglas del juego para productores, procesadores y exportadores lácteos en todo el mundo.
Un llamado a los líderes del sector
Más allá del entusiasmo técnico, el avance de Tamarack Biotics interpela directamente a los responsables de innovación, calidad y desarrollo de negocios de la industria global.
No se trata de un fenómeno limitado a EE.UU., sino de una señal sobre cómo la ciencia y la tecnología están desafiando paradigmas históricos, incluso en sectores tan regulados como el lácteo.
Para exportadores de ingredientes como Argentina, Uruguay, Nueva Zelanda o Irlanda, esta novedad puede representar una ventaja competitiva o una barrera, según cómo se posicionen frente a esta nueva categoría de productos. Incluso compañías que hoy apuestan fuerte a proteínas lácteas biofuncionales para nutrición deportiva o fórmulas infantiles deberán considerar si adaptar sus procesos, o diferenciarse en otro eje.
La discusión ya no es si es posible eliminar patógenos sin calor. La discusión es cuándo y cómo esta tecnología se va a insertar en los estándares internacionales.
Tamarack Biotics no ha descubierto la leche cruda, pero sí ha logrado dar un paso hacia una versión más segura, más estable y potencialmente más rentable para ciertos segmentos del mercado.
El hecho de que la FDA haya validado el proceso TruActive® como equivalente a la pasteurización, pone a prueba las fronteras entre lo tradicional, lo saludable, y lo regulado.
En tiempos donde las exigencias del consumidor y las capacidades tecnológicas avanzan más rápido que las regulaciones, la industria láctea global debe mantenerse alerta, y actuar con visión.
Valeria Hamann
EDAIRYNEWS
