El manejo de las cabras, en comparación con vacas, es más sencillo debido a su tamaño más reducido, que hace el trabajo de ordeña más fácil.

El co-dueño y encargado de la parte operacional del rebaño de cabras de Lácteos Callaqui, Felipe Matthei, resaltó las bondades de la producción de leche de cabra en comparación con la leche proveniente de la vaca, que esa la de uso más masificado.

El productor local contó que el consumo de leche de cabra, si bien se le cataloga como de nicho, ha aumentado en el país durante el último tiempo, al ser un producto más amigable con el organismo con no tener los mismos problemas de intolerancia.

En conversación con diario La Tribuna, Matthei precisó que su negocio caprino “nació como una idea en el año 2013, trabajando nosotros mismos para hacer los quesos. Hoy tenemos 1.100 cabras en ordeña y personal de planta. La idea siempre fue hacer queso con esta leche, que no compramos porque la que uno produce tiene mejor calidad”.

Además hizo presente que debido a que “el transporte de este tipo de leche, “afecta su calidad. Mientras más transporte o bombeos se hagan, se va perdiendo calidad”.

CONSUMO DE LECHE DE CABRA AÚN ES DE NICHO

“Pese a sus ventajas desde el punto de vista nutritivo, la leche de cabra disponible en el marcado es poca y no es regular (…) pero ha ido aumentando año a año. Este año el consumo ha bajado, por el estado de la economía, pero hasta el 2022 se mantuvo con un nicho más puntual, de Santiago al norte, donde están acostumbrados a consumir productos de cabra”.

Felipe Matthei comparó las principales diferencias entre las leches de cabra y la de vaca: “La gente lo busca (la de origen caprino) porque el sabor es distinto, sobresale y es algo nuevo para muchos- Además hay un gran mercado de gente que tiene alguna intolerancia a la caseína o a la lactosa. La leche de cabra tiene menores riesgos de intolerancia a estas dos cosas que en el caso de la leche de vaca”-

En ese sentido, reseñó que “el tránsito intestinal de la leche de cabra es más rápido, entonces no genera los problemas como alergias o intolerancia, mientras que, como el glóbulo de la leche de vaca es más grande, pasa más lento por el organismo”. Sin embargo, destacó que aparte de ese factor, las leches de vaca y de cabra “son muy parecidos en cuanto a composición y calidad”.

Sobre la sostenibilidad económica y permanencia en el tiempo de lecherías caprinas en comparación con la de origen vacuno, Matthei explicó que “el manejo de las cabras es más sencillo por un tema de tamaño. Es más fácil manejar un animal que pesa 60 kilos, a una vaca que pesa 500”.

Destaco que ese manejo más fácil, se suma que “son animales intrínsecamente dóciles y curiosos que aprenden más rápido que las vacas”.

El agricultor reconoció que “en el manejo de ordeña (para obtener la leche desde el animal) son muy similares. Comen los mismos productos y la misma cantidad de veces al día, se ordeñan las mismas veces al día y con las mismas máquinas. Si bien hay algunos cambios en la forma en la que se debe hacer, pero en el resto son muy similares”.

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