Además de ser hipoalergénica -o sea que tiene pocas probabilidades de producir una reacción alérgica-, la leche de camella podría proteger el intestino de las enzimas dañinas y crear una digestión más saludable.
En el mundo, la producción de leche es principalmente vacuna (81%); la leche de cabella está por detrás de las búfalas, cabras y ovejas, y representa apenas el 0,4%, pero su popularidad va ganando espacio.
Una nueva investigación de la universidad australiana Edith Cowan (ECU) -ubicada en la ciudad de Perth, Australia Occidental- ha descubierto que la leche de camella contiene más péptidos bioactivos naturales en comparación con su contraparte vacuna.
Manujaya Jayamanna Mohittige, estudiante de doctorado y del equipo investigador, dijo que los hallazgos a los que condujo la investigación son “algo bueno”, porque “ahora sabemos que la leche de camella tiene el potencial de ser hipoalergénica en comparación con la leche de vaca, pero también que tiene un mayor potencial para producir péptidos bioactivos que pueden tener propiedades antimicrobianas y antihipertensivas”.
“Estos péptidos bioactivos pueden inhibir selectivamente ciertos patógenos y, al hacerlo, crear un entorno intestinal saludable y también tienen el potencial de disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en el futuro”, explicó, y agregó que era necesario más pruebas para conocer la potencia de esos péptidos bioactivos.
La beta-lactoglobulina (β-Lg) es una importante proteína del suero que se encuentra en la leche y los productos lácteos).
Investigaciones anteriores sobre bebidas, la leche de vaca, encuentran entre un 85% y un 87% de agua, un 3,8% a un 5,5% de grasa, un 2,9% a un 3,5% de proteínas y un 4,6% de lactosa.
La leche de camella se compone de un 87% a un 90% de agua; su contenido en proteínas varía del 2,15% al 4,90%, el de grasas del 1,2% al 4,5% y el de lactosa entre el 3,5% y el 4,5%.
POPULARIDAD CRECIENTE.
Actualmente, alrededor del 81% de la producción mundial de leche proviene de vacas, y la producción de leche de camella ocupa el quinto lugar, detrás de las búfalas, las cabras y las ovejas. La leche de camella solo representa alrededor del 0,4% de la producción actual de leche a nivel mundial.
Sin embargo, Mohittige señaló que el clima semiárido de Australia y la población de camellos existente, aunque algo salvaje, constituían un argumento convincente para aumentar tanto la producción como el consumo.
“La leche de camella está ganando atención mundial, en parte debido a las condiciones ambientales. Las zonas áridas o semiáridas pueden ser un reto para la ganadería tradicional, pero perfectas para los camellos», añadió.
VOLÚMENES DE PRODUCCIÓN.
En Australia ya hay varias lecherías de camellos, sin embargo, los volúmenes de producción siguen siendo bajos. En comparación con las vacas lecheras, que pueden producir hasta 28 litros de leche al día, los camellos suelen producir menos.
No obstante el párrafo anterior, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita están invirtiendo en tambos de camellas, y gracias a la selección genética y a una alimentación adecuada, es posible obtener producciones diarias que pueden llegar hasta los 30 litros de leche.
En base a artículo de ECU.
La investigación de la Universidad Edith Cowan fue publicada en la revista científica Science Direct.