Un vistazo exclusivo a la producción de leche orgánica en General Rodríguez, donde la pasión y la sostenibilidad se encuentran.
En el corazón de General Rodríguez, Argentina, un singular tambo orgánico se erige como uno de los 16 establecimientos que proveen leche orgánica a Nestlé en el país. Este proyecto, cargado de una profunda vocación rural, es administrado con dedicación por Gustavo Benítez Cruz y Rubén Vandoni, quienes han dedicado sus vidas a la actividad lechera. Su compromiso va más allá de la producción; se centra en un modelo que prioriza la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente, marcando una tendencia creciente en la agroindustria.
La producción de leche orgánica implica un conjunto riguroso de normativas que garantizan el bienestar animal, la ausencia de agroquímicos en los pastos y la no utilización de hormonas o antibióticos en el ganado. Este enfoque no solo asegura un producto final de alta calidad y más natural, sino que también contribuye a la salud del suelo y la biodiversidad del entorno. La certificación orgánica es un sello de garantía para los consumidores que buscan opciones más saludables y ambientalmente responsables.
La historia de Benítez Cruz y Vandoni es un testimonio de la pasión por el campo y la adaptación a las nuevas demandas del mercado lácteo. Su experiencia de años en la ganadería lechera les ha permitido transitar con éxito hacia el modelo orgánico, un camino que requiere inversión, paciencia y un profundo conocimiento de los ciclos naturales. Para los productores lecheros interesados en la sostenibilidad, este tambo es un ejemplo inspirador de cómo integrar prácticas respetuosas con el medio ambiente en un negocio rentable.
La relación con una empresa multinacional como Nestlé, un gigante en la industria alimentaria, es crucial para el éxito de estos tambos orgánicos. El compromiso de Nestlé con el suministro de leche orgánica impulsa la demanda y brinda estabilidad a los productores, creando un círculo virtuoso que beneficia a toda la cadena de valor láctea. Esta colaboración demuestra cómo las grandes corporaciones pueden apoyar la transición hacia modelos de producción más sostenibles y de mayor valor agregado.
En definitiva, la intimidad de este tambo orgánico en General Rodríguez revela no solo un sistema de producción avanzado y sostenible, sino también la historia de dos hombres dedicados a su oficio. Su labor es un reflejo de una lechería argentina que se diversifica y apuesta por la calidad y la sostenibilidad, posicionándose en un nicho de mercado con creciente demanda global y ofreciendo un modelo a seguir para la producción lechera orgánica a nivel internacional.
Fuente: Bichos de Campo
