A pesar de contar con condiciones naturales favorables, recursos humanos capacitados y una fuerte tradición lechera, Argentina arrastra una realidad preocupante: 25 años de estancamiento en su producción nacional, que aún no logra superar los niveles del año 1999. Ese fue el diagnóstico central del investigador Javier Baudracco, especialista en lechería de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
Baudracco participó recientemente del evento Expotan, donde anticipó su conferencia titulada “Oportunidades y desafíos de los tambos argentinos” y planteó una pregunta crítica: ¿vale la pena seguir produciendo leche? Para él, la respuesta es afirmativa, pero requiere del llamado “entusiasmo maduro”: un compromiso sostenido con la innovación, la sostenibilidad y la resiliencia.
Ejes del entusiasmo genuino
Para reactivar el sector, Baudracco propuso tres dimensiones clave:
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Productores y sus familias: lograr márgenes sostenibles para que continuar en la producción sea viable en el mediano plazo.
Colaboradores: hacer que las tareas del campo sean atractivas, flexibles y competitivas frente a las oportunidades urbanas.
Consumidores: generar confianza mediante credenciales ambientales y de bienestar animal, fortaleciendo la llamada “licencia social” del sector.
Infraestructura antes que tecnología
Baudracco advirtió que la industria sufre de una saturación de soluciones tecnológicas que muchas veces prometen más de lo que pueden ofrecer. En cambio, insistió en que debe priorizarse la mejora de infraestructura básica del tambo: salas de ordeño adecuadas, acceso al agua, caminos y abastecimiento eléctrico.
Además, sostuvo que el gran obstáculo estructural es la falta de financiamiento a largo plazo, ya que muchos productores deben asumir inversiones pesadas con recursos propios o a plazos cortos.
Volatilidad como regla de juego
El investigador señaló que los precios de la leche fluctúan de manera severa, con altibajos entre 40 y 20 centavos de dólar por litro. En un país con reglas cambiantes, el reto es no depender exclusivamente del contexto externo, sino construir sistemas “robustos” que puedan resistir esos vaivenes.
Dado que los cereales hoy compiten en usos más rentables como biocombustibles o proteínas alternativas, Baudracco impulsa que la lechería aproveche el potencial de producción de pasturas adaptadas al terreno, en lugar de depender tanto de concentrados importados.
Intensión, pero sin deslumbrarse
Aunque el panorama parece complejo, Baudracco confía en que sí se puede avanzar si se define un plan colectivo de largo plazo. “Podemos, pero no tenemos” resumió su crítica al déficit de consenso y visión nacional para el sector.
La lechería argentina está frente a un momento de bifurcación: seguir estancada o apostar a una reconversión madura que integre sus fortalezas naturales con disciplina estratégica.
Fuente: LU22 — “La lechería argentina necesita un ‘entusiasmo maduro’ para superar 25 años de estancamiento, asegura Baudracco” lu22.com.ar