“Normalmente la producción de leche en el mes de julio crece un entre 8 y 9% respecto a junio, este año ha tenido similar comportamiento, a pesar de la seca generalizada y prolongada que sufrieron en diferente medida todas las regiones productivas y que redujeron la disponibilidad de pasturas, verdeos y reservas forrajeras y que persiste aún en muchas zonas”, señaló el reporte de Ocla.
La producción en el período enero-julio de este año fue 0,3% inferior a igual período del año 2022. Seguramente que la producción para los meses que restan del invierno, se mantenga con tasas interanuales negativas respecto al año anterior, queda por ver el comportamiento en el último trimestre para determinar el volumen de producción anual, que según las consultas realizadas en estos días a diferentes actores sectoriales oscilaría entre un sostenimiento de la producción en 2023 hasta algunos casos que pronostican caídas máximas del 2 a 3%.