La ganancia en el tambo ya no se mide solo en volumen: eficiencia, bienestar y veterinaria preventiva, claves del “relanzamiento” argentino.
La lechería argentina redefine su modelo: del volumen a la eficiencia integral
La lechería argentina ha experimentado una profunda transformación en los últimos dos años, superando una década de rezago tecnológico para abrazar un modelo más resiliente y sostenible. Ya no se trata solo de producir más litros; la clave reside ahora en la eficiencia, la prevención sanitaria y una gestión veterinaria integral. Según el MV Claudio Sarramone, asesor y productor lechero, esta evolución es un “relanzamiento” del sector, que ha capitalizado una coyuntura favorable en 2023, marcada por un clima propicio y una excepcional relación grano-leche que impulsó la reinversión y la adopción de tecnologías para tambos.
Inversión en tecnología y cambio de mentalidad en las granjas
El “alineamiento de planetas” de 2023, con commodities bajos y precios récord de la leche en dólares, permitió a los productores lecheros argentinos realizar inversiones significativas en infraestructura y tecnología. La adquisición de galpones, camas, renovación de maquinaria (mixers, tractores) y la incorporación de collares de monitoreo son ejemplos de esta modernización. Sarramone destaca un cambio fundamental en la mentalidad: de considerar incluso el decrecimiento, se ha pasado a una etapa de planificación y crecimiento sostenible. Este nuevo enfoque se mide por la eficiencia y la mejora continua, no solo por el aumento de cabezas o litros producidos.
La medicina veterinaria preventiva: eje estratégico de la rentabilidad
El concepto de “más litros no siempre es más renta” cobra fuerza al priorizar la eficiencia en indicadores clave: reducción de mortandad en guacheras, disminución de animales enfermos, optimización de la recría y logro de la edad óptima al parto de vaquillonas. La medicina veterinaria preventiva emerge como un eje estratégico fundamental en este modelo. Su implementación no solo anticipa patologías y mejora el bienestar animal, sino que tiene un impacto económico directo en la producción láctea. Además, la evolución genética con el uso de genomas y semen sexado implica decisiones más meditadas y de alto impacto económico para el tambo.
Desafíos climáticos y el rol del veterinario en un sistema integral
El cambio climático se perfila como la variable más impredecible y desafiante para la industria láctea, con eventos extremos que pueden paralizar la actividad, como la imposibilidad de retirar la leche por dos meses. La preparación ante esta realidad implica no operar al límite de los sistemas y contar con resguardos. Sarramone subraya el impacto del estrés climático (barro, estrés calórico) en la salud y productividad de las vacas. En este escenario, el rol del veterinario generalista es crucial. Más allá de los especialistas, su visión integral del sistema productivo, combinando la experiencia clínica con el análisis de datos de nuevas tecnologías (collares, caravanas), es indispensable para anticipar problemas y optimizar la gestión del rodeo lechero, especialmente en tambos pequeños y medianos.
Bienestar, tecnología y trabajo en equipo: el futuro de la lechería
Las tendencias actuales en la lechería argentina se enfocan en mejoras macro que impactan directamente en la rentabilidad. Se invierte en el bienestar del personal (internet, viviendas, caminos) y de las vacas (sombras, callejones, puntos de bebida). La mejora en la alimentación, con pasturas de calidad, fertilización y mixers con balanzas, asegura que la dieta planificada llegue correctamente al animal. Sarramone concluye que la clave del éxito reside en una visión integral del sistema, donde el bienestar animal y humano, la eficiencia y una gestión sólida frente a la impredecibilidad climática son tan importantes como el volumen producido. Este enfoque marca el camino para la sostenibilidad lechera y la competitividad internacional.
Fuente: Motivar – En lechería no siempre un litro más significa más renta