Justino Zavala: “Son muchos los factores que traban el desarrollo de la lechería uruguaya que tiene, a no dudarlo, ventajas para crecer e insertarse cada vez más en los mercados mundiales”.
Cuando se conocieron los datos estimados de la declaración jurada de Dicose en 2020/21 se prendió en el tablero sectorial de la lechería uruguaya una luz de alarma.
En efecto, en las categorías de reemplazo teníamos 30.816 vaquillonas menos (sumando las categorías de más de 2 años y de 1 a 2 años).
No era un dato que causara sorpresa, en 2021 se exportaron 72.553 terneras/vaquillonas en pie, lo que anticipaba una falta importante del número de reemplazos para el ejercicio 2021/22.
La corriente exportadora, si bien perdió fuerza hacia finales del ejercicio, se mantuvo exportándose 14.050 animales en el primer semestre de 2022 (en todo el ejercicio fueron 35.550).
La faena de vacas, el otro dato que importa para analizar la realidad, fue de 74.770 vacas (no incluye vaquillonas), número que si bien es elevado, no es significativamente mayor al de 2021 (72.052).
Este era un dato muy esperado, porque todos lo suponíamos elevado en función de los altos precios del ganado en frigorífico y del cierre de Olam que determinó por razones sanitarias el envío a faena de un número muy importante de las vacas de sus establecimientos.
Así llegamos a los datos de las existencias al 30 de junio de 2022, con una disminución del 7% del número de vacas en producción (analizando datos preliminares de las dos declaraciones), en números: 29.793 vacas menos, bajando por primera vez en muchos años de las 400.000 vacas, situándose en 389.872 vacas.
Para completar un panorama que es complejo, no hemos recuperado el número de los reemplazos, que permanece casi igual al del año anterior.
Si asumimos un descarte promedio de 70.000 vacas más un 3% de mortandad (11.700 vacas), nos da que necesitaríamos 81.700 de reemplazo, lo que implicaría que un 77% de las categorías de más de 2 años y de 1 a 2 años entrarán a producir en el ejercicio que está corriendo, apenas para mantener el rodeo actual en producción, lo que por lo menos es bastante difícil.
En todos los modelos de investigación que siguen el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Red Tecnológica Sectorial (RTS) el aumento de la carga es la variante clave para aumentar la productividad y rentabilidad de las empresas lecheras.
La carga promedio de los tambos está hoy en 1,1 vacas/ha-vaca masa, y los modelos de la RTS presentados hace pocos días en el Centro Regional Sur (CRS) de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República nos indican llegar a 1,5 a 2 vacas/ha-vaca masa.
Avanzar hacia esos modelos que permitirían un crecimiento importante de nuestra lechería implicaría sostener un incremento del rodeo en producción del orden de 50.000 a 60.000 vacas por año.
Hoy no sólo no estamos recorriendo ese camino, sino que estamos retrocediendo.
Son muchos los factores que traban el desarrollo de la lechería uruguaya que tiene, a no dudarlo, ventajas para crecer e insertarse cada vez más en los mercados mundiales exportando como ningún otro sector el trabajo de miles de uruguayos, pero no debemos olvidar que todo empieza en la señora vaca, sin ella todo lo demás no existe.
(*): productor e integrante del consejo directivo del Instituto Nacional de la Leche (Inale)