El presidente del Senado, Eduardo Ramírez, no sabe cómo seguir dándole la vuelta a sus paisanos de Chiapas que se dedican a la producción de leche a pequeña y mediana escala, así como de al menos seis entidades, porque se comprometió a interceder ante el gobierno federal para que les paguen el producto que les deben desde el año pasado, y con el que Segalmex surte a Liconsa, como parte del programa de Abasto Social.
Ramírez ya se comunicó a Segalmex, después de que el 7 de enero se aprobó un punto de acuerdo en la Comisión Permanente para que se pongan a mano con 260 mil productores que viven una fuerte crisis, la cual pone en riesgo a la cadena de producción. Pero le avientan la papa caliente a Hacienda.
Lo que es cierto es que, por la pésima administración, Segalmex no contrató seguros para sequías u otras contingencias, para proteger al sector agrícola, y ahora padecen graves problemas. Por lo pronto los productores ya fueron amenazados, en el sentido de que ya no les comprarán su producto. A eso hay que agregar las movilizaciones en lugares como Hidalgo, para pedir ayuda a sus gobernantes locales en la compra del alimento para ganado, porque el costo subió durante la pandemia. Un tema que no tarda en reventar.
Reordenamiento aéreo
Ya está listo el reordenamiento en el espacio aéreo que contempla los vuelos del AICM y de Toluca. Luego de dos años de estudios, en marzo, entrará en vigor la primera fase, que consiste en integrar las operaciones en todo el Valle de México con tecnología de punta, misma que no se renovaba desde hace más de una década. El personal de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) está terminando de capacitarse con nuevas técnicas para las 800 operaciones de despegue y aterrizaje que se realizan al día —antes de la pandemia eran mil 300, y en los primeros meses de la crisis se redujeron hasta 95 por ciento—. Víctor Manuel Hernández Sandoval, director de Seneam, nos adelanta que con esto se van a terminar los retrasos de salidas y llegadas de vuelos comerciales, y las aerolíneas podrán ahorrar hasta 30 por ciento de combustible. La segunda etapa será cuando empiece operaciones el nuevo aeropuerto de Santa Lucía.