La sequía de más de 2 años y medio que azotó a la región afectó en gran medida a estos sectores, que además enfrentaron una crisis que los obligó a vender sus redes o llevarlas al matadero, incluso las de buena genética.
Fue tal la afectación que los hatos ganaderos se redujeron a un 50 por ciento, “es lamentable la crisis wue se vivex pero las lluvias son esperanzadoras”.
Santos Anchondo líder de los pequeños productores de la región, dijo que el agua que que cayó en los últimos días le dio vida a los pastizales y habrá comida para el ganado bovino.
Esperan que los agostaderos se recargue de agua, porque otro de los problemas era llevar el líquido de un lugar a otro para darles de beber a las redes.
Una situación así viven los ganaderos, según dio a conocer, Luis Ramos miembro de la Asociación Ganadera de la región de Meoqui, coinciden en la desaparición del 50 por ciento en los hatos.
Para los introductores la lluvia es una esperanza y alivio porque los animales aumentarán de peso y serán de mejor calidad.
Una res en engorda y en el mejor estado se puede ofertar hasta en 10 mil pesos en el mejor de los casos, pero cuabdo6no había pastura y agua estas se ‘mal vendían’ abajo de la mitad del primer precio mencionado.
Para ambos sectores, así como para la agricultura las precipitaciones y la recarga en las presas es sinónimo se tranquilidad y de una reactivación económica mayor.
