La leche es el primer alimento del ser humano y es fundamental para su crecimiento en la niñez. Además, es esencial para el correcto desarrollo en todas las etapas de la vida.
Esto es así porque hablamos de un alimento clave en la nutrición del ser humano, ya que aporta proteínas de buena calidad, hidratos de carbono, grasas, vitaminas liposolubles, vitaminas A, D y 4 del complejo B, además de minerales importantes como el calcio y el fósforo.
Mañana, 1° de junio, se celebra el Día Mundial de la Leche motivado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que seleccionó esta fecha para difundir y reflexionar sobre la relevancia de este alimento, completo y rico en nutrientes, tan importante en la alimentación de los seres humanos.
La leche y sus derivados forman parte de uno de los grupos de alimentos recomendados por todas las guías alimentarias mundiales, como así también por la publicada para la población argentina por el Ministerio de Salud, para su consumo diario dentro de una alimentación saludable. Pese a la importancia de este alimento, se han difundido tres noticias, en los últimos días, poco positivas en cuanto a su consumo.
La primera de ellas da cuenta que el consumo de leche cayó casi un 20% en el primer trimestre de 2024, según datos publicados por el según el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA).
En concreto, el consumo de lácteos cayó 18,7% interanual en el primer trimestre del año con una baja generalizada de todos los productos. En este sentido, las leches fluidas representan el 21% y las leches en polvo el 8%, cifras que alcanzan el 29% del consumo total de lácteos de los argentinos. Siendo que en el primer caso se acumuló, en el primer trimestre del año, una caída de 19.6%; mientras que en las segundas la cifra trepó al 30.4%, en comparación con el mismo período de 2023.
El segundo dato proviene del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), organismo que depende de la Subsecretaría de Lechería de la Nación. Y afirma que cada argentino en promedio consumió 194 litros de leche en 2023, muy lejos de los 227 litros de 2000 o de los 217 litros en 2015, pero mucho mayor a los 162 que consumíamos en 1990 o los 182 litros/hab/año de 2019.
Si en 2023 los argentinos consumieron 194 litros/hab/año, la Unión Europea fue la de mayor consumo en el mundo con 280 litros (se destacan Suecia y Holanda con 355 y 330 litros), le sigue EEUU con 278 litros, Nueva Zelanda con 250 litros, Uruguay con 230 litros y Costa Rica con 200 litros.
Y el último dato surge de una reciente encuesta on line realizada en octubre de 2023 por Kantar. Los 1001 voluntarios, entre hombres y mujeres mayores a 18 años en todo el país, pertenecían a niveles ABC1, C2, C3, D1 y D2. En coincidencia con mediciones anteriores, la misma afirma que solo 12 de cada 100 argentinos consume todos los días 3 o más porciones lácteas necesarias para cumplir con la ingesta adecuada diaria de estos alimentos. El sondeo da cuenta también que un 40% solo consume 1 porción cada día y que el 22% no llega a esta mínima cantidad.
“Respecto de las porciones de lácteos que se consumen diariamente, tenemos un promedio que se mantiene muy estable desde 2018. Y ese promedio indica que una persona en Argentina consume 1,5 porciones de lácteos por día, es decir la mitad de lo recomendable a consumir y a aportar para el cuerpo, que es de tres porciones, que pueden ser un yogurt, un vaso de leche y queso manteca, entre otros”, explicaron los encuestadores al presentar el sondeo en un evento con periodistas y detallaron:
- El 76% de los argentinos considera que la leche es necesaria en todas las etapas de la vida, no solamente en la infancia.
- El 94% cree que desayunar es un hábito saludable.
- El 74% considera que los lácteos son la mejor fuente de calcio para prevenir la osteoporosis
- El 41% cree que los productos a base de semillas, almendra y soja aportan los mismos nutrientes que los lácteos.
- Al 79% le interesan los temas de alimentación y nutrición.
- El 88% de los argentinos adultos no cumple con la recomendación diaria de 3LD: en promedio se consumen 1,5 porciones vs. las 3 recomendadas por las Guías Alimentarias Argentinas del Ministerio de Salud de la Nación.
- Este incumplimiento se debe principalmente a que los consumidores creen erróneamente que ingieren una cantidad suficiente.
- En paralelo observamos que solamente el 22% conoce la recomendación de las 3 porciones diarias, porcentaje que viene cayendo de manera sostenida desde 2018 (-11 pp).
Según las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) difundidas por el Ministerio de Salud de la Nación, la cantidad de lácteos recomendada por día es de tres porciones. Un vaso de leche fresca equivale a una porción, es decir que con tres vasos por día se cubriría el ideal que se debe consumir. Pero también se lo puede alcanzar, por ejemplo, con un vaso de leche, una porción de yogur y una porción de queso. Es decir, 500 ml entre leche y yogur junto a 30 gramos de queso por día.
La licenciada en Nutrición Silvina Tasat (MN1495), miembro de la Subcomisión Científica de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) explicó a Infobae que la leche contiene 9 nutrientes esenciales: las vitaminas A, D, B12, B2, B6 y B9, así como proteínas, calcio y fósforo.
La experta destacó a la leche fresca como una bebida fuente de nutrientes esenciales, fundamentales para el crecimiento y desarrollo óptimo, tanto en niños como en adultos. Consumirla diariamente en todas las etapas de la vida mejora la calidad de la alimentación en su totalidad, ya que la leche se caracteriza por ser uno de los alimentos más completos.
Tasat mostró un estudio científico publicado en la revista Nutrición Hospitalaria, que habla de los posibles mecanismos de acción responsables de los efectos sobre las enfermedades crónicas no transmisibles de la matriz láctea, como los ácidos grasos, ácido linoleico conjugado, ácidos grasos de cadena corta y triglicéridos.
“La leche aporta muchos beneficios para contrarrestar eventos cardiovasculares, enfermedad coronaria y ACV. En cuanto a las fracturas óseas también su consumo es importante, ya que es un nutriente que aporta calcio que beneficia a la densidad mineral ósea del cuerpo humano. También es recomendable para el sistema gástrico, el trabajo que realiza la vejiga y contribuye a mejorar nuestro estado nutricional, además de tener importantes efectos beneficiosos sobre las enfermedades crónicas no transmisibles, gracias a las interacciones que se producen entre los nutrientes y otros compuestos que están presentes en la matriz láctea”, destacó la nutricionista.
Y agregó: “En la actualidad, numerosas guías nutricionales señalan que hay que ingerir de 2 a 3 porciones cada día de lácteos bajos en grasas. Pero la actual evidencia científica indica que más que el contenido de grasa, habría que tener en cuenta el tipo de lácteos que se están consumiendo y que la eliminación de la leche y de otros productos lácteos de la dieta pueden tener más efectos negativos que positivos para la salud”.
“¿Qué quiere decir todo esto? Las guías por lo general nos hablan de que los lácteos tienen que ser descremados, que tienen que ser bajos en grasa, pero no es lo mismo tomar leche que comer quesos. Y no es lo mismo comer un queso untable a comer un queso sardo. Y ahí está la diferencia en la concentración que tienen de ácidos grasos saturados. Tenemos como una regla que el queso, a mayor consistencia, mayor contenido de grasas. Por eso, ese tipo de quesos son quizás productos de consumo más ocasional y de porciones más reducidas”, precisó la experta.
Tasat mencionó otro estudio publicado en la misma revista científica que habla de la leche y los productos lácteos como vehículos de calcio y vitamina D necesarios para el funcionamiento del organismo. “La conclusión a la que se llega es que es necesario insistir en los riesgos asociados para la salud de la baja ingesta de calcio y vitamina D a corto y mediano plazo”, afirmó.
“La leche y los productos lácteos contienen cantidades de calcio biodisponible adecuadas para satisfacer las ingestas diarias recomendadas de este mineral. No existe otro alimento que proporcione esta cantidad, tanto de calcio como de vitamina B. Nos referimos al término de biodisponibilidad a cuando una vez que ingresó el alimento al organismo, éste puede ser digerido y absorbido. O sea, es la tasa de aprovechamiento que tiene un alimento o nutriente”, sostuvo.
“Consumir leche significa incorporar inmediatamente calcio al organismo. Por eso, cuando se habla de que las personas que siguen un patrón de alimentación vegetariano pueden cubrir el calcio, la verdad es que es dificilísimo. Porque además, por ejemplo, para cubrirlo con brócoli hay que comer dos brócolis y medio grandes, todos los días, para llegar a lo mismo que un vaso de leche. O bien consumir 100 gramos de semilla de sésamo, equivalente a 10 cucharadas soperas. Es impracticable, además de caro”, dijo Tanat.
Además, la especialista indicó que el calcio y vitamina D se asocian a una mayor densidad ósea, a un menor riesgo de fracturas de la población adulta y a una menor pérdida de huesos. Es importante recordar que el cuerpo humano acumula calcio hasta los 25 años. Luego, o se mantiene en los mismos niveles si se lo consume, o bien baja, causando problemas óseos en el corto o mediano plazo. También es clave recordar el incorporar vitamina D a lo largo de la vida que es la encargada de fijar el calcio en nuestros huesos. Por el contrario, los suplementos farmacológicos de calcio tienen efectos secundarios, principalmente dispepsia, estreñimiento y formación de cálculos renales, además de elevar el riesgo de enfermedad cardiovascular, especialmente si se superan valores diarios de ingesta de 2 gramos por día”.
Y concluyó: “El consumo de leche es importante en todas las etapas de la vida. Desde que una persona nace hasta su vejez. En los chicos es fundamental, ya que están en un periodo de crecimiento acelerado y necesitan de todos los nutrientes, proteínas, vitaminas, fósforo y calcio que brinda la leche”. Por eso se afirma que “la leche materna es el mejor alimento y el más completo que puede recibir tu hijo recién nacido. Le brinda todos los elementos que necesita para un crecimiento y desarrollo saludables”.
Beneficios de la leche a toda edad
Sobre la importancia de la leche en cualquier etapa de la vida, Tanat afirmó: “No sólo es importante durante la niñez y adolescencia, por participar en el crecimiento y desarrollo, sino que su incorporación es fundamental en todas las etapas, tanto en hombres como mujeres. Es sumamente importante en las mujeres durante la etapa fértil, en embarazo y lactancia, para el buen desarrollo del tejido fetal y materno. En la adultez, contribuye con nutrientes esenciales y previene la sarcopenia y osteoporosis por su aporte de calcio, Vitamina D y proteínas”.
El Ministerio de Salud de la Nación, por su parte, indica que es clave darle al recién nacido solo leche materna hasta los 6 meses y evitar cualquier otro alimento o líquido: agua, té, jugos u otros. Y que es recomendable continuar dándole la teta hasta los 2 años, o más.
El calostro (primera leche materna y de color amarillento) es el mejor alimento que puede recibir un recién nacido, ya que lo defiende de las infecciones más comunes, ya que siempre está adaptada a las necesidades y posibilidades del bebé, por eso la digiere mejor que a cualquier otra.
La leche materna es más segura e higiénica, nunca es de mala calidad. Está siempre disponible a la temperatura justa. A través de ella se le transmite al bebé factores de protección (“anticuerpos”) que lo resguardan contra las enfermedades más comunes, hasta que sea capaz de formar sus propias defensas.
Los bebés amamantados no solo sufren menos enfermedades infecciosas (respiratorias, diarreas, etc.), sino que también tienen menos probabilidades de padecer, cuando sean grandes, enfermedades crónicas como obesidad, diabetes y cáncer.
Darle teta también le hace bien a la madre, ya que la protege del cáncer de mama y ovario, de la depresión posparto, la anemia, la hipertensión, la osteoporosis y la artritis reumatoidea, y además te ayuda a recuperar tu peso anterior al embarazo.
¿Cómo incorporar más lácteos a la alimentación diaria?
Existen algunas estrategias recomendadas por los profesionales para sumar más lácteos a la dieta de cada día. Una sugerencia es agregarlos en preparaciones habituales, opción interesante para variar y enriquecer nuestro menú.
En el desayuno, se puede incorporar cereales -sin azúcar- a la leche y untar las tostadas con manteca, queso blanco o dulce de leche. Asimismo, se puede agregar una porción de queso blando para tener una ingesta mayor de nutrientes.
Con respecto al almuerzo y la cena, los expertos recomiendan que no falte algún tipo de queso, como puede ser su versión rallada. También, se puede sumar crema o leche en distintas preparaciones. En la merienda, se puede beber una chocolatada o licuado, incorporar algún yogur o, simplemente, agregar leche al café o té.
Asimismo, otra opción es terminar el día con un vaso de leche tibia que puede incluso ayudar a conciliar mejor el sueño. De esta manera, la leche y sus derivados estarán más presentes en la alimentación diaria y se alcanzarán las porciones recomendadas.
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