Mientras el consumo de lácteos alcanzó sus mínimos históricos en el país, las exportaciones de leche y sus derivados se dispararon en volumen y precios.
LECHE

Este contraste pone en evidencia una dinámica que prioriza los mercados externos mientras la población local enfrenta restricciones económicas que limitan el acceso a un alimento esencial.

Consumo interno en caída libre

Según un informe reciente, las ventas de lácteos en noviembre de 2024 fueron las más bajas registradas en la historia argentina. Este desplome se refleja especialmente en la venta de leche fluida, que cayó un 8,3% en comparación con el mismo mes del año pasado. Además, se registra una contracción acumulada del 3% en lo que va del año, lo que confirma una tendencia de largo plazo en la reducción del consumo interno.

Factores como la inflación y la devaluación, que han golpeado el poder adquisitivo, sumadas a la disminución del salario real, explican por qué los argentinos están consumiendo cada vez menos leche. La situación se agrava en un contexto en el que los precios de los lácteos han aumentado a un ritmo superior al de otros productos básicos.

Exportaciones en auge

Por otro lado, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) destacó que las exportaciones de productos lácteos han mostrado un crecimiento notable en 2024. Entre enero y noviembre, las ventas al exterior aumentaron un 9% en volumen y un 10% en valor respecto al año anterior. Este incremento fue impulsado por la demanda internacional, especialmente de leche en polvo y quesos, cuyos precios internacionales se han mantenido firmes.

Las empresas lácteas han sabido capitalizar esta oportunidad. Al destinar un mayor porcentaje de la producción al mercado externo, obtienen mejores márgenes de rentabilidad, ya que los precios internacionales suelen ser más competitivos que los del mercado interno, regulado por la política de precios cuidados y por el menor poder adquisitivo de los consumidores locales.

394723w790h444c.jpg

Consumidor argentino, ¡afuera!

El resultado es un mercado dual, en el que la leche que no se consume en la Argentina se destina a la exportación, asegurando mayores ingresos para las empresas del sector. Mientras tanto, los argentinos, históricamente grandes consumidores de lácteos, están excluidos de acceder a este alimento en las cantidades necesarias para una dieta equilibrada.

La dinámica no es nueva, pero se profundizó en 2024 con el contexto de ajuste económico y la política oficial de priorizar la entrada de divisas a través de las exportaciones. El gobierno, que enfrenta una creciente presión fiscal, encuentra en el sector lácteo una fuente importante de ingresos en dólares. Sin embargo, este enfoque tiene un alto costo social, al reducir la accesibilidad de un producto esencial para la población.

El dilema de la leche

La contradicción entre el auge exportador y el desplome del consumo interno plantea interrogantes sobre las prioridades económicas y sociales del país. ¿Debe primar la búsqueda de divisas por encima del acceso al alimento básico de la población? ¿Es sostenible un modelo que empuja al mercado interno al consumo reducido mientras maximiza las ganancias externas?

Mientras las exportaciones siguen en ascenso, millones de argentinos enfrentan dificultades para consumir leche, un símbolo de bienestar que parece cada vez más lejano de las mesas del país. La leche, que alguna vez fue sinónimo de abundancia en la Argentina, ahora refleja un modelo desigual que beneficia a unos pocos mientras perjudica a muchos.

Ahora puedes leer las #noticias más importantes en los canales de #Whatsapp de #eDairyNews!!

🇦🇷 eDairy News ESPAÑOL: https://whatsapp.com/channel/0029VaPqM3eAu3aInae2Qt0V

Te puede interesar

Notas
Relacionadas

Compra y Vende Lácteos en

Destacados

Sumate a

Más Leídos

Mundo

Seguinos

Suscribite a nuestro newsletter