Los empresarios Mima Roca y Esteban Banús recibieron hace una semana un reconocimiento por su contribución al sector primario. También producen en Ingenio el vodka más puro del mundo, el Blat, que se vende en EEUU.

El matrimonio de empresarios catalanes Mima Roca y Esteban Banús, detenidos este martes en el marco de la trama de presunta corrupción que se dedicaba a extorsionar a empresarios y ganaderos para que entregaran grandes sumas de dinero a cambio de no recibir una inspección en sus granjas o de que no se les bloquearan las ayudas de Bruselas al sector primario, llegó a Gran Canaria hace más de 30 años. Ella, vinculada a la importación y venta de forrajes desde Lérida para la cabaña ganadera canaria, y él al sector de la fabricación de licores, pues su familia había construido en 1982 una fábrica en Ingenio en la que elaboraban los licores Bols y Tía María. Con el paso de los años se hicieron, casi por casualidad, con la propiedad de una explotación ganadera y en 2016, a través de la empresa Artesanos de Leche Fresca S.L., compraron y reflotaron la histórica marca de leche Sandra, cuya fábrica de Almatriche cerró cuatro años antes. Al cierre de 2020, Sandra estaba valorada en 5.533.018 euros y entre los ejercicios 2018 y 2019 cuatriplicó los ingresos recibidos por subvenciones y donaciones, de 39.964 a los 141.264 euros.

La empresaria agroalimentaria Mima Roca, actual propietaria de Sandra, nació en Igualada, en la provincia de Barcelona, en 1966, aunque creció en Agramunt, un pueblo de la provincia de Lérida. De padre industrial y madre ama de casa, es la más pequeña de cinco hermanos y desde niña ha sentido la misma pasión por el campo que su padre. Con 24 años se mudó a Gran Canaria por motivos laborales y en esta isla se casó. Lleva tantos años en esta tierra que ella misma se considera «más canaria que catalana», según ha contado en declaraciones a este periódico.

La emprendedora ha estado toda su vida ligada al campo y eso la condujo al asesoramiento en alimentación de animales través de la sociedad Mec Suministra, actividad que contribuyó a su acercamiento al sector de la ganadería. «Me he criado en el campo y es donde me encuentro más cómoda, pero ha sido en Canarias donde he desarrollado la actividad agroalimentaria y mi pasión por los productos naturales, simples y saludables», señaló en una entrevista.

El vodka más puro del mundo

Esteban Banús, por su parte, nació en Tarragona en 1961 y tenía vinculación con las Islas desde que era pequeño pues llegó en barco en un viaje con sus padres en 1965. Junto a su hermano, forma parte de la tercera generación de una familia que desde el siglo XIX, en 1887, se dedica al sector de los destilados y en 1982 decidió construir la fábrica de Ingenio, en la que durante años ha investigado en los procesos para quitar las impurezas a las fermentaciones, animado por su abuelo.

Esteban Banús es, junto a su hermano, creador del vodka Blat, el más puro del mundo, hito que hasta 2009 nadie había conseguido. El vodka se comercializa desde Ingenio a varios países, entre ellos a Estados Unidos, considerado el primer consumidor mundial de vodka premium. Este producto es muy apreciado porque al eliminar las impurezas alejan la sensación de malestar y la resaca. Este vodka cuenta con el respaldo de una de las diez familias más adineradas de aquel país, los Hearst. También se comercializa en países como Alemania, Suiza o España.

Hace unos años, la enfermedad de un amigo ganadero, que provocó su retirada del mercado laboral, llevó a estos empresarios a comprarle su granja e iniciar así su andadura en la producción de leche. «Le teníamos mucho cariño, entregó su vida a la ganadería y no tenía descendencia, nos daba mucha pena que la granja con todo es esfuerzo que había detrás se perdiera», ha explicado Roca en numerosas ocasiones.

Mima Roca. JUAN CARLOS CASTRO
Mima Roca. JUAN CARLOS CASTRO

Adquisición

Con esta operación se convirtieron en proveedores del Servicio Insular de Abastecimiento de Leche (Sialsa), una compañía impulsada por el Cabildo de Gran Canaria seis décadas atrás que comercializaba la conocida leche Sandra. En 2005, el Cabildo vendió la central lechera por 12 millones de euros a Kalise Menorquina, que años después alegó una caída de ventas y la marca y la central entraron en un concurso de acreedores. Cerró en 2012.

Y en ese punto los empresarios catalanes volvieron a sentir que se iba a pique una empresa que fue durante años referente en Canarias, y cuatro años después, ya en 2016, acudieron a su rescate y compraron la marca, reflotando así a la histórica leche Sandra.

En octubre de 2018, la marca Sandra volvía a producir y envasar la leche. La empresa familiar Artesanos de Leche Fresca S.L. cuenta por un lado con una explotación ganadera, a la que llama el Parador de las Vacas, en Vargas, en el municipio de Agüimes, donde en la actualidad cuenta con unas 1.000 cabezas, la mitad para ordeñar y producir leche y la otra mitad para engordar y recriar. Y a apenas cuatro kilómetros, en Carrizal, en Ingenio, dispone de un edificio donde recoge, envasa y desde donde distribuye la leche. «Echábamos de menos que ya no hubiera leche fresca», señaló la propia Roca a este periódico, «se producía poca leche fresca en Canarias y se importaba mucha UHT [pasteurizada], que no tiene las mismas propiedades».

Sello de bienestar animal

Casi tres años después de relanzar la marca al mercado, con una buena aceptación entre el público, la compañía familiar inauguró su explotación ganadera, unas instalaciones que se convirtieron en la primera y única granja ganadera que dispone del sello de bienestar animal de Aenor, la Asociación Española de Normalización y Certificación, según explicó entonces la empresa.

Los números de la compañía, que cuenta en la actualidad con una plantilla de 24 trabajadores, han ido creciendo con el paso de los años hasta alcanzar un valor patrimonial de 5.533.018 euros al cierre del ejercicio de 2020, mismo año en que la sociedad Artesanos de Leche Fresca S.L. declaró unas pérdidas de 269.846 euros frente a unos beneficios de 716.364 euros un año antes, en 2019, antes de la pandemia, según datos registrados por Informe Axesor.

Al mismo tiempo, la evolución del patrimonio neto de la compañía revela también que las subvenciones y donaciones recibidas por la ganadería casi cuatriplican su importe en 2019 respecto al año anterior. Así, de los 39.964 euros que obtuvo en ayudas públicas en 2018 pasó un año después a percibir 141.264 euros, lo que significa que la compañía obtuvo 101.300 euros más de un ejercicio respecto a otro.

La apuesta de esta empresa por impulsar y desarrollar la ganadería en la isla de Gran Canaria le ha granjeado a sus propietarios un reciente reconocimiento por parte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y el Cabildo de Gran Canaria, dos instituciones que precisamente la semana pasada homenajeron al sector primario insular con una distinción para reconocer su contribución a la gastronomía y la soberanía alimentaria.

Hace un año, Mima Roca fue nombra presidenta de la Academia de la Gastronomía de Las Palmas de Gran Canaria, un cargo desde el que, afirmó entonces,, quiere lograr que «el turista recuerde su viaje a Canarias por el clima y por lo que ha comido».

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